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—Este mi papá es mejor de lo que pensaba —murmuró Natasha, la Suma Sacerdotisa de la Fortaleza de Wildgarde, así como la buena amiga de Vera—. Los Invocadores que pueden pelear en combate cuerpo a cuerpo son muy raros.
—Gerald, el Líder de la Fortaleza de Wildgarde, y quien tomaba las decisiones importantes, asintió con la cabeza en señal de acuerdo —. ¿Debajo de qué roca se habría escondido este chico gordito hasta ahora? Con sus habilidades, ciertamente no tiene un simple pasado.
—El Maestro de Nero, Rainer, quien también era uno de los Guardianes de la Fortaleza de Wildgarde como Vera, también asintió con la cabeza, aunque a regañadientes.
Como alguien que había estado guiando al adolescente de cabello marrón hasta que el joven alcanzó su fuerza actual, no podía evitar impresionarse por la tenacidad que mostraba el adolescente gordito.