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Cuando la brillante luz se disipó, Lux e Iris observaron las consecuencias del choque final entre Eiko y Astra.
El campo de entrenamiento estaba hecho un desastre, con pedazos de equipo esparcidos por todas partes. Sin embargo, no hubo daños en el propio Campo de Entrenamiento. Era obvio que la instalación estaba hecha para resistir ataques fuertes. Probablemente solo podría ser destruida por golpes que vinieran de los de Alto Rango.
Vera se acercó a sus nietos mientras sostenía en sus manos un pequeño charco de baba. La pequeña poza azul no era otra que Eiko, quien había usado toda su energía en su último ataque. El limo bebé ni siquiera tenía fuerzas para mantener su forma habitual, lo que preocupaba a Lux e Iris.
No obstante, después de que Iris comprobó el estado de Eiko, se alivió al descubrir que, aparte del agotamiento, su limo bebé estaba bien y simplemente había caído en modo de hibernación para recuperar su fuerza.