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Incluso después de la impotencia acumulada durante incontables años, Shandal no renunció a cultivar. Noah y los demás solo podían respetar tal antigua existencia y su determinación.
La visión del mundo del grupo había cambiado por completo en esos minutos. El Cielo y la Tierra ya no eran simplemente existencias casi omniscientes. Eran una entidad que había tomado el control de los diversos planos para crear la respuesta que necesitaban para avanzar al décimo rango.
Las Tribulaciones, su equidad y su voluntad dentro del "Aliento" eran solo herramientas que usaban para obligar a los seres vivos a superar sus límites y seguir caminos individuales.
La naturaleza de las bestias mágicas y de los híbridos probablemente también estaban conectadas a sus acciones. Aun así, la voluntad no habló sobre ellos, y Noah no indagó más por ahora ya que tenía pensamientos más urgentes en su mente.