—¡Tú, mujer, sal del camino de esta Señorita! —Una hermosa mujer de unos 21 años gritó agudamente a Shenlian YingYue.
—¿No escuchaste lo que nuestra Señorita dijo? —Tres hombres detrás de la mujer miraron fijamente a Mu AnWen.
Mu AnWen entrecerró los ojos sombríos. Su poder espiritual, mezclado con veneno, circulaba por sus esbeltos dedos.
—No sabemos quiénes son nuestros enemigos aquí. Algunas personas aprovecharán de nosotros y se escabullirán por nuestras espaldas —Shenlian YingYue sujetó la muñeca de Mu AnWen y negó con la cabeza. Transmitió su voz a través del sentido espiritual hacia él.
Mu AnWen asintió. Sus manos rodearon su cintura. Si no fuera por ella, no dejaría vivos a esta mujer y estos hombres.
El veneno que obtuvo del inmortal Congzhu podría matar incluso a un maestro de Formación de Núcleo con su fuerza de base.
—Considérate afortunada de conocer la situación —La mujer se burló.