En los majestuosos pasillos del gran Palacio de Leville se encontraban los dos príncipes imperiales dirigiéndose a la sala del trono.
"No entiendo por que esta obsesionada con el núcleo de los elfos." Dice Soyo, el segundo príncipe.
"No vayas a decir eso en frente de ella, ya sabes lo loca que esta desde la muerte del emperador a manos de Flamee, además, no estoy en desacuerdo con el plan de madre, si se logra todo entonces vamos a poder vengamos del emperador." Dijo Teryes, el primer príncipe.
Soyo piensa por unos segundos con una expresión bastante preocupada.
"….Mmmmmm…"
"Si eso es lo que quiere entonces estoy a favor de madre y de entrar en guerra con los elfos."
"Por cierto, he escuchado rumores con respecto a que hay problemas entre los demonios."
Al escuchar eso Teryes no puede evitar llevarse una mano a su cara y preocuparse aún más de lo que ya estaba.
"Otro problema más del que estar atento, los conflictos no dejan de salir, es impresionante, porque cuando piensas que solucionaste algo surge un nuevo problema….¡Maldición!..."
"Ahora que me dijiste eso estoy mucho más a favor de lo que madre esta por hacer. "
Luego de esa pequeña charla los dos llegaron a la sala del trono.
A penas entraron los dos tragaron saliva al ver la pose imponente de la emperatriz en su trono.
"Buenas tardes, madre."
Los príncipes se arrodillan.
"¿Que desea la emperatriz de sus hijos?."
La emperatriz suelta una sonrisa imponente.
"Cuanto tiempo sin verlos, se la pasan entrenando y dejan sola a su madre, eso está muy mal chicos."
Dice Selim a sus hijos.
Teryes, no duda y le responde a su querida madre.
"Siempre estas con el general del ejército para que te cuide y no estés sola."
" ¿Para que nos has llamado madre?."
El heredero de la corona insiste en ello por segunda vez.
La emperatriz se pone seria y menciona "Como ya sabrán, envié una declaración de guerra al reino Elfo y si nos dan el núcleo del árbol entonces no hará falta que los invadamos."
"Todavía esperamos sus respuestas."
"Estaría feliz que nos entregaran el núcleo sin tener que luchar, así apenas lo tengamos partimos directamente a Flamee.
Los dos hijos no contienen sus emociones y dejan ver sus sonrisas retorcidas.
"Estamos ansiosos por la caída de Flamee."
Ver esas sonrisas, causo varios elogios por parte de su madre.
"Se nota que son mis hijos."
Mientras hablaban entre familia alguien golpea con fuerza la puerta y pide permiso para entrar.
La emperatriz se enoja y grita "¡Como se atreven a interrumpir la charla con mis hijos!."
Suspira muy agotada y esconde su enojo.
"Esta bien, entren."
Dijo de mala gana.
El mensajero al entrar pide disculpas por su intromisión.
"¿Cual es el motivo de verlo en este lugar, mensajero?."
Ante tal presión en el palabras de la mujer el mensajero traga saliva.
" Mi señora, voy a hablar sobre la respuesta de los elfos a nuestra declaración. "
La emperatriz sonríe de alegría.
"Al fin decidieron responder esos antisociales de orejas largas."
Seguido el mensajero procede a leer la carta.
<El reino Elfo acepta con gusto la declaración de guerra del imperio Leville. Ya estamos hartos de que ustedes los humano se aprovechen de su poderío para esclavizar y masacrar a los nuestros, es momento de ponerle fin a esto y demostrar de lo que los elfos son capaces de hacer. No estamos solos en esta lucha contra los injustos humanos, el reino Orbis apoyara nuestra causa y defenderá a los elfos en esta guerra.>
Escuchar esas palabras causo que la emperatriz hirviera de enojo en su trono.
Estaba molesta.
No importa lo molesta que se vea ella se seguía viendo hermosa y como si su edad fuera la de una joven de dieciocho años.
"¡Les mostramos misericordia y nos tratan de esa manera los malnacidos, además, ¿Quién mierdas conoce el reino Orbis?!."
La emperatriz por pura rabia usa su magia y controla la espada que estaba al lado del trono para dirigirla a un costado del mensajero.
La espada quedó clavada literalmente al lado.
Este no paraba de tiritar y transpirar.
Estaba lleno de miedo y sus piernas gelatinosas lo demostraban.
El hijo mayor hace una mirada agotada y le dice al mensajero que se largue de él lugar.
Entre miedo el humano que traía la carta sale corriendo del lugar como si fuera su último día de vida…Bueno, fue literalmente algo similar lo que acaba de suceder.
"Madre, tranquilízate. Los elfos no tienen poder para hacernos frente." Dice Teryes, el heredero absoluto de Leville.
La mirada de furia de su madre se posa sobre el y ante la presión traga saliva y siente miedo.
Sin embargo, por motivos extraños y como si estuviera fingiendo cambia drásticamente.
"Esta bien, ya me estoy tranquilizando."
A continuación le habla el segundo hijo, Soyo.
"Propongo que seamos precavidos en esta guerra, lo digo por la intervención de ese reino desconocido."
"Me parece completamente rara la confianza que tienen los elfos después de haber obtenido la ayuda de ese reino."
La reina medita por unos segundos.
Hace una expresión pensativa y seria.
"Esta bien, así será, enviare a todo el ejército y dejaré solo la guardia real y la guardia de la ciudad, no dejaremos reservas y mandaremos a todo el ejército, además, ustedes serán los que comandante esta guerra."
" ¡Traigan ese núcleo para que podamos cumplir nuestra venganza en contra del imperio Flamee."
-CONTINUARA-
Nota: Con este capítulo pongo fin a la segunda fase de remasterización. Dentro de poco volveré a ponerme a trabajar en la remasterización de lo que queda del Volumen 2. Espero que a todos les hayan gustado estos capítulos y el nuevo inicio de la novela, cuyo capítulo 1 y 2 nuevamente remasterice.
Para los que leen la novela en el lugar apartado en que subo solo los capítulos remasterizados les recomiendo que busquen la novela con el mismo nombre en la misma app y podrán continuar los doscientos capítulos más que les falta por leer jajaja.
A veces es un poco difícil remasterizar los capítulos debido a que hay que hacer muchos cambios a futuro y todo eso, así que estaría agradecido que me dejen saber su opinión sobre los cambios y lo que les parecieron los anteriores capítulos.
También me gustaría aclarar que esto es una Novela web, no una novela ligera, es decir, a lo largo del tiempo puede ir sufriendo cambios y mejoras hasta llegar a un producto final.
Se que muchos deben de tener un sinfín de dudas o estamos curiosos por hacerme alguna que otra pregunta como ya lo han hecho varios lectores, así que les recomiendo que me sigan en la página de la novela de Facebook, en Instagram y Twitter, sin embargo…
…Prefiero hablar con ustedes por Twitter o Instagram, ya que Facebook no anda como me gusta y tiene muchas restricciones.
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Página de la novela en Facebook: Mi reino fue transportado a otro mundo.
Luego de que el reino elfo enviará una carta aceptado la declaración de guerra del imperio, Leville dio su respuesta al instante, en esta nueva carta se detallaron el día y lugar en el que este enfrentamiento daría inicio.
La guerra iba a comenzar en dos noche, es decir, pasado mañana y a las afueras de la ciudad elfica Arkan, que era el lugar intermedio entre ambos países.
…
Me encuentro en mi habitación, que esta en el buque de guerra en el que vine.
A pesar de que Luprel me ofreció un cuarto en su hermoso palacio, lo rechace.
No es que no quisiera dormir ahí, sin embargo, para asegurarme de que nadie me apuñale mientras duermo decidí estar simplemente en mi buque.
Lastimosamente no hay nada que hacer.
Estoy aburrido, demasiado.
Solo estoy en mi barco y ya.
No obstante, la verdad es que por dentro estoy muy emocionado.
Emocionado de lo que va a ocurrir pasado mañana.
Se trata de una guerra, un lugar en donde van a morir miles de personas y yo acá emocionado.
Ni siquiera me siento mal.
Estoy ansioso y emocionado por pisar un campo de batalla, hacia tiempo que no lo hacía y mi sangre hierve.
Ya quiero probar encantamientos y a mi querida arma principal.
Me sorprende que no me sienta aterrado o algo por estilo, ya que de seguro voy a matar a muchas personas, destruir familias y arruinar vidas.
Creo que desde que entré a este cuerpo mis pensamientos y sentimientos se vieron influenciados por el verdadero Yossu.
No es malo, pero tampoco bueno.
Lo único que no se van son los nervios.
Río levemente.
Bueno, si sigo acostado me voy a morir del aburrimiento, mejor me levanto, además, ya le avise a Izet para que se encargue de reunir a todos arriba.
Me levante y me puse las túnicas negras y doradas que dejan ver casi todo mi pecho.
Si se tratara de mi yo anterior, de seguro me moriría de vergüenza cada vez que mostrará mi pecho, no obstante, no me molesta para nada.
Una vez termine de pensar en eso me dirigí hacia arriba.
Al llegar puedo ver a todos reunidos y en fila. Al estilo militar.
"Los reuní a todos para contarles que el día de mañana tendremos visitas importantes"
"El gobernante de este país y sus hijos van a viajar con nosotros a la ciudad Arkan, donde va a transcurrir una guerra de la que seremos parte. Espero que los traten bien y como tiene que ser, ¿entendido?"
Todos gritan con un fuerte "¡Si"
Me alegra escuchar esa inmensa emoción, después de todo Orbis siempre debe ser así cuando estamos en períodos de guerras.
XXX
A penas recibieron la nueva carta del imperio, la gobernadora de la ciudad Arkan partió hacia su ciudad acompañada de la mayoría de soldados de la capital y al contrario que los soldados, los ciudadanos de Arkan partieron en dirección a la capital. Luprel y la gobernante no deseaban la muerte de civiles, así que no dudaron en resguardar a su pueblo en la capital.
Los soldados que partieron hacia la ciudad de Arkan eran veinticinco mil elfos y dos mil se quedaron en la capital por si ocurría algo. En la ciudad Arkan había siete mil soldados. El total de los soldados elfos era de 32.000 y el total de Leville era de 150.000, es decir, ellos solo iban a usar la mitad de los soldados con los que contaban.
Orbis aporto entre tres mil y cuatro mil soldados, pero Yossu no tenía pensado en usarlo, el único que iba a luchar frente a frente era Yossu.
XXX
Un día antes de la guerra…
El buque de guerra de Orbis desciende a la misma altura que el balcón del palacio Elfo.
Mientras Luprel y compañía subían al buque, agradecía a Yossu por todo lo que estaban haciendo por los elfos.
Al buque subió toda la comitiva elfa, es decir, el padre, los hijos, los sirvientes y el gobernante de la otra ciudad elfa.
A penas terminan de subir se llevan un asombro al observar el sinfín de razas que había en el lugar.
Había seres que recorrieron al instante y otros que ni siquiera conocían, esto último principalmente con los seres heteromorfos.
Uno de los que si reconocieron los dejo boquiabiertos.
Al ver a dragones tragaron saliva e incluso sintieron un escalofrío en todo su cuerpo.
Seguido, diez sirvientas zorro se acercaron con su vestimenta oscura a darle la bienvenida a los invitados.
Luprel miro de reojo a Yossu y con una sonrisa tras todo esto.
"Parece que si eres un rey que gobierna sobre varias razas"
Dijo con una voz un tanto picara.
"¡Por supuesto, de eso se trata Orbis!"
"Somos un país que a pesar de las diferencias aprendió a vivir como uno"
Las sirvientas estaban por guiarlos a sus habitación, pero la comitiva real se negó y decidió quedarse a ver desde arriba su país y paisajes.
Las sirvientas elfo y Orbis se juntaron y hablaron. Parecían bastante unidas, incluso cualquiera pensaría que es falso de que los elfos son cerrados a los demás, ya que acá, con las sirvientas de Orbis no dejaban de hablar, reír e intercambiar experiencias como sirvientas que eran.
Los minutos pasaron y en cuestión de una hora llegaron a la ciudad Arkan.
"Ya se puede ver la ciudad elfa…"
Menciona Yossu con una sonrisa tranquila y serena.
"….y también a los invasores."
Dice con una expresión un poco seria.
XXX
Campamento del imperio Leville…
En este inmenso campamento lleno de carpas y soldados yendo y viniendo de un lado a otro, se encontraban los dos príncipes, varios soldados de alto rango y alguno que otro noble importante.
En una de estas tiendas estaban comiendo y dialogando los príncipes con todos sus subordinados sobre lo que iban a hacer luego de la victoria y sobre cómo iban a esclavizar a todas los elfos para usarlos a su guato y placer.
"¿Por qué fuimos enviados nosotros a estas tierras mugrientas y no el general?"
Pregunta intrigado el segundo príncipe llamado Soyo.
"Ya sabes porque paso eso."
"Nos enviaron para que practiquemos nuestra toma de decisiones"
"El general Manfred no puede venir acá porque está protegiendo a madre en la capital de esos nobles corruptos."
Le dijo el heredero de la corona a su hermano menor con mucha tranquilidad.
"Escuche que los elfos solo tienen treinta mil y algo de soldados, en comparación con nosotros eso es muy poco. Al parecer va a ser un juego de niños, ¿verdad, príncipes?."
Dijo uno de los nobles con mucho orgullo.
El heredero estaba a punto de terminar de hablar, pero se ve interrumpido por la entrada de uno de sus soldados.
Seguido, el soldados se arrodilla y pide disculpas por haberlos molestados.
Teryes le pide que hable y deje de pedir disculpas. Esto con un tono un poco enojado tras ser interrumpido.
"¡Príncipes, tienen que venir a ver algo sorprendente haya afuera!"
"¡Me es imposible describirlo con mis palabras, así que lo mejor sería que vengan a verlo con sus propios ojos!"
Al instante que escuchan eso, todos dentro de la carpa salen alterados.
Ven hacia el castillo de la ciudad elfa y se encuentran con un buque raro volando por encima de la ciudad.
Todos quedaron asombrados con eso.
"¿¡Como puede un barco volar por los cielos!?"
"Eso no debería ser posible."
Dice Soyo atónito.
"Esos deben ser del reino Orbis que los elfos mencionaron en la carta que nos enviaron"
"Al Parecer no son un reino tan incivilizados como pensamos que eran."
Expresaba preocupado el heredero de Leville.
La preocupación se empezó a sentir en el campamento.
Ellos no eran los únicos sorprendidos.
Ahora sabían que no se trataba de un simple reino el que apoyaba a los elfos, es mas, comenzaron a pensar que se trataba de alguna otra potencia que apoyaba a ocultas a los elfos.
El príncipe Teryes se dio cuenta de las preocupaciones de sus subordinados y opto por tranquilizar las masas.
Se dio vuelta y miró a todos.
"¡NO HAY PORQUE PREOCUPARSE, MIS SOLDADOS!"
"¡SOMO 150.000 SOLDADOS CONTRA UN MERO PAIS LLENO DE PACIFISTAS Y UN BARCO QUE TARDR O TEMPRANO SERA HUNDIDO POR NUESTRA FUERZA AEREA!"
Grito con la mayor de sus fuerzas.
Los soldados se calmaron y empezaron a gritar el nombre del príncipe heredero.
La moral de los soldados estaba en su máximo esplendor.
-CONTINUARA-
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