La esposa. La verdad detrás del casamiento (segunda parte). La visita de la Familia (¿Cómo que te casaste?). Seguimos ordenando la sala Hades.
No dejas de sorprenderme Gaia. -
Ella agachó la mirada sin decirme nada al respecto
- Debó ser sincera contigo Júpiter. Y ser sincera tal vez sea devastador
¿Estamos casados o no? En esta cultura sofisticada parecería que ocurrió lo que en las Vegas, Estados Unidos, cuando dos personas se conocer de manera repentina y se declaran amor, pero tú me salvaste, y esa es la razón suficiente, pero hay algo más. Claro que no me agrada la idea, de casarnos
- ¡MM! No sé por qué vendrá una respuesta difícil – Pensé, asintiendo con cierta mueca. –
- Casarse, significa entregar los votos de marido y mujer. También significa libertad. Mis padres piensan que somos una pareja feliz y que todo estará bien para la humanidad, sin embargo mi corazón está en otro sitio. Un matrimonio arreglado entre partes por dotes no merece nada. Es un acuerdo un tanto complicado y muy complicado para evitar ciertas cuestiones.
- ¡Eh! …!Eh! – Al fin me contuve sorprendido. –
- Si, para ustedes será algo insólito, pero preciso mantener éste nuestro matrimonio verídico a fin de poder evitar el que fuera arreglado, y luego podemos separarnos, ya que las reglas de dónde vengo lo permiten. Y el
acuerdo arreglado tiene una fecha de caducidad. Te elegía porque eres el indicado. Tú me salvaste, y esa carta de presentación es justificativo. Sé, que nos debemos citas y conocernos, pero el poco tiempo te estado comprendiendo. Durará un lapsus, del cual no tendrás que preocuparte.
- ¿Te refieres al divorcio?
- En efecto. Y de hecho me servirá como experiencia. No quiero lastimarte. No pensaba decirte nada, hasta un tiempo considerable, pero ya tenemos
¿un mes y no sé qué ocurre? Pero debo sincerarme para no lastimar a nadie, y menos a ti. -
- ¿Experiencia? ¿Lastimar? Sabía que era demasiado bueno para ser verdad ¡Una hermosa mujer! ¿Queriéndose casar conmigo? ¿Jurando amor eterno? Y luego conociéndonos con citas. No tenía mucho sentido.
- Te prometo que compensaré todo tu esfuerzo.
- ¿Quieres fingir una relación?
Ella asiente. No podía meditar mucho sobre ello. Será tal vez que no me lo dijo, debido que de alguna manera podría negarme ¡¡¡Ya casados!!! ¡¡¡Maldita sea mi suerte!!!
- Ahora no comprendo ¿Por qué la persona a la que elegiste es un extraño?
- ¿Es una buena pregunta? – Asiente un tanto afligida – Esa persona fue la que me salvó. Ya te lo he dicho en reiteradas ocasiones. -
- ¿O sea, que por ser un héroe estoy condenado? – Expresé preguntándome a mí mismo
- ¿Condenado? Ey!! A mí tampoco me agrada la idea. Ni siquiera eres mi tipo.
- ¡Eh! Oiga doña sorpresa, no sé en qué juego estoy metido, pero no quiero engaños– Aclaré con cierto enfado. –
- ¡Júpiter Anónimo! Ese es tu nombre. ¿Quieres dejar de ser anónimo? Estarás con una persona de la alta clase. Y escucha bien vamos a fingir hasta que caduque ¿Entendido?
- Un amor no correspondido, y una fiera que me tiene encatusado - Supongo - Que bella mescla de relaciones – Me manifesté con resignación. -
- ¡¡Te compensaré!! – Afirma con semblante arrogante.
- ¡Espero que sí! ¿Oye y que vivirás conmigo?
- ¿Qué parte del matrimonio viven separados amor? Pero pronto terminará y podré desechar ese matrimonio arreglado, e ir hacia él.
- ¿Otra persona?
- Si – Expresa con un poco de vergüenza – Lo conozco desde hace tiempo y siempre estuve enamorada. Él, no lo sabe, pero iré a confesarme. Es una idea mía.
- ¡¡Ahh perfecto!! Aparte de ser su esposo falso, debo aguantar una niña enamorada de otro ¡¡¡Madre mía, mi suerte!!!
- ¡Perdona mi egoísmo!– Sigue soñando ella – Ernust Mercurio, es un sueño. Valiente, dedicado, bello, trabajador. Tú también tienes todas esas cualidades, pero no podría comparar a ambos. Solo puedo decirte que a ti te conozco un poco más.
- No lo digas muy fuerte - Aclaré - ¡Y no me conoces, ni un poco! Si fuera así, sería otra la respuesta, sería otro el momento. Yo si generé un sentimiento hacia ti. Tú, si me agradas. Tú, si me dejaste una marca en el corazón. – (Eso lo dije en mi mente, pero seguro me leyó). -
- ¡Perdón!– Se pone roja – Lo dije en voz alta.
- ¡No se qué pensar!
- ¿Eh? Te lo dije te compensaré. Has deseado vivir sin trabajar hasta los últimos días.
- Claro es un sueño. Pero no va al caso.
- Bien, toma parte del pago – Y me entrega una pequeña barra de oro, que saca de su bolso, junto a otros papeles que se mezclaron, papeles viejos.-
- ¡Wow! ¿De dónde sacaste esto? – Dije asombrado. Era oro puro y macizo. Pronto me asuste – ¡momento! – Fruncí el seño – ¿No estás metida en nada extraño no?
- ¿Extraño? Todo es extraño en éste universo – Expresa ladeando los brazos como explicación científica
- ¡¡¡No me refiero a eso!!! ¡y no divagues! – Dije con rectitud – ¿O serás narcotraficante, yakuza, gánster? ¿O trabajas para el gobierno o partido político? ¿O tu familia…?
- ¡¡Oye!! ¡¡No seas idiota Júpiter!! Soy de la realeza – Expresa levantando la nariz con altanería – De hecho deberías dirigirte a mí de otra forma
- ¡¡Deja de bromear!! Supongo que tu familia es millonaria. En fin.
- Solo tómalo, ¿Si? Y nuevamente te doy mis disculpas.
- ¿Y qué hay con las citas? ¿Y todo ese juego del casamiento?
- Ya lo hemos hablado. Podemos tener las citas que quieras. Podemos fingir un matrimonio, podemos concluirlo dentro de un tiempo, o ahora mismo. Eso lo decides tú, Júpiter – Ella comenzó a subir las escaleras poco a poco, hasta llegar primero a la puerta. Al abrirla entró y la dejó semi-abierta – ¡Cariño! – sonrió – ¡No tardes mucho!
Estuve desde abajo mirando su figura, y toda su confección que se iba con ella.
- ¡Júpiter tu sí, que te ganaste la lotería!
Al entrar cerré la puerta. Un bollo de papel estaba en su bolso. El color me parecía característico, pero con todo el asombró, no me sobraban las ganas de averiguar nada. –
- Te cocinare las hamburguesas – Manifestó Gaia tarareando una canción que podría ser de cierto grupo musical antiguo. -
Al concluir la cena estuvo en un perpetuo silencio. Gaia lo entendió, y entendió que me fuera a descansar primero, sin siquiera darme una ducha. No tenía en su semblante más que un poco de preocupación por ello.
- Espero no haber sido fuerte con lo que expresé – ¡Danna! – Ella lo miraba atentamente. Miraba su rostro. Su forma de hablar, su simpatía. El momento en que se conocieron – Quizás no debí decir nada. – ¡Qué tonta soy! - Ella, entonces observó un cuaderno al ir a la mesa de luz cerca de la cama de Júpiter. Un anotador de Júpiter. Allí escribió unas palabras en su clase, en una distracción "¿Cual fue tu momento de felicidad? – El día que Gaia llegó a mí. Esta loca, pero me encanta, y la amo". – Ella se sonrió para su interior, y lanzó una pequeña lágrima - Si pudiera intentarlo contigo ¡Qué diablos! ¡Lo haré!....fluye, una y otra vez…tiempo...
Al otro día, desperté y Gaia. No estaba en su cama. Al abrir los ojos, temí que me hubiera dejado alguna nota despidiéndose luego de todo lo que hemos hablado en el camino a casa, y un sentido de culpa la haya invadido, aunque no recuerdo el hecho de haber explayado concretamente que no deseaba verla, o que este tipo de relación falsa se concluía. Las telenovelas no son lo mío. Lo único que pude realizar es darme una ducha, y asearme antes de desayunar e ir al trabajo. La sala todavía debía repararse con todos los cambios que teníamos planeado. También, consideré que aquel humanoide regrese. Cuando Gaia vino, desapareció
- ¡Danna!, lo que posees es un miedo interno ya te lo he dicho – Expresó – Espero no haber sido fuerte con lo que le he dicho.
Tiene razón solo es un miedo interno. Solo son leyendas.-
Fui a cumplir la labor, pero no podía dejar de discurrir por mi cabeza, lo que Gaia me compartió de toda una mentira. Lo consideré algo siniestro, no
obstante no podía en mis lenes entretejer una idea de ella. No podía captar una descabellada forma despiadada de proceder. Solo consulté conmigo mismo las posibilidades fácticas de que, realmente debía escapar de la familia como coacción de tiranía hacia su manera de ser feliz. Y yo era en algún punto su salvo conducto. Mastiqué cada palabra, y cada letra desde la mayúscula la minúscula.
Desistí de tanto complot de ideas. De preguntas y respuestas que no llegarían a ningún sitio. Esa aflicción que me estaba atacando al corazón, era una lanza hacia el amor, que no se perpetuaba más que en un interés externo.
- ¿Si hay algo que podemos hacer es continuar? ¡No lo creo! Afortunadamente mis padres y hermanos no tienen una noticia por los hechos recientes. Mis colegas de trabajo, vecinos, y compañeras o compañeros de escuela, en definitiva no eran amigos, por lo que no me interesaba en absoluto los resultados de un futuro divorcio.
Ya veremos que hacer….al salir de la casa, se veía desde una de las ventanas a la chica Cosplay, vestida de unos de esos animes románticos, con atuendo de colegiala. No puede vitar observarla, y claro que se dio por enterada de mi presencia al saludarme. Había otra persona con ella. Una mujer vestida del mismo atuendo. Era Gaía.
- ¡Rayos Gaia! No dejas de sorprenderme. Tan temprano. ¿Desde cuándo esta allí?
- Danna! – Abre la ventana, buenos días –
- ¡Ey! ¡Vecino! – Me saluda la cosplay
- ¿Ehh? ¿Por qué están vestidas así?
- Carol, me pidió si podía ser modelo para su video. ¿No es genial?
- ¡Mmm! Si, fantástico – concluí con ironía –
- ¡Naaa! ¡Aguafiestas! ¿No quiere venir vecino?
- ¡Claro que no! – Expresé ofuscado – Debo ir al trabajo – ¡Adiós!
- ¡Ah! Que mentalidad de mantra tan negativa –
- Que tengas buenos días, cariño – Lanza su sonrisa matutina Gaia. Realmente con el atuendo de colegiala estaba muy bella. Otra vez el corazón se dispara. ME detuve unos momentos. Bueno, es amable, e interactúa con los vecinos. Carol, es la youtuber.
Estoy retrasado en tiempo debo dirigirme al museo pronto y continuar los preparativos para la Sala Hades.
Al llegar Rigel estaba aguardando en la puerta. Tomando lo nombres de los que llegaban. Parece un sargento de esos que prefieren perderlos en el campo de batalla.
Levantó la mirada al verme. -
- Ahh! Creí que eras un acosador.
- Ah que va esa expresión. Es mi rostro de todos los días - Le dije con cara de pocos amigos
- Parece que vienes de una fiesta a la que nadie te invito ¿Y apareces? – Expresa Riff
- Ya deja de lanzarme puñaladas como si fuera algo sutil y normal Riff, tú pareces salido de una fiesta de payasos que va divertir un velorio.
- Veo que estas podrido por dentro eso es bueno – Explica Rigel – Rápido el jefe quiere verte, y luego ve a la sala a seguir con el inventario. Veo que han hecho un buen trabajo. Aprovecha que estoy de buen humor
- Gracias por el cumplido. Agradecí - Que fantástico que lo hayas notado - Comente para mis adentros, no es tan obtusa como lo imaginaba.
Al ingresar fui a la oficina del Jefe. –
- ¡Ahh! ¡Muy buen trabajo! ¡Oye! Hicieron un movimiento esplendido con el agrupamiento de todas las cajas.
- ¡Gracias señor! De todas maneras aún nos falta bastante.
- No lo creo. Esta casi todo listo.
- Ayer dejamos partes sin revisar.
- ¡Mmm!....¡MMM! Está todo en condiciones. –Explica moviendo mas manos como remarcando un boceto del lugar. –
No entendía lo que me explicaba, pero de todas formas estaba bien. –
- Hay objetos que según el catalogo, los pondremos como anónimos. Fueron enviados a investigación, por el momento, para saber a que corresponden.
- Sí señor. He visto algunas estatuillas y papiros muy avanzados como para el análisis.
- De hecho de lo que me informas no recuerdo en estos veinte años que manejo las instalaciones tales. He visto esos manuscritos como datos que fueron recopilados en papeles de listas, al magnate le gusta buscar de todo, y traer todo lo que fuera posible. Que no te sorprenda que este allí el cáliz de Cristo ¡Ja! ¡Ja! – Se ríe sin motivo tomándose el pecho con la mano. –
Concluimos la plática con todos lo requerido. Al llegar al último piso, y subir las escaleras, ya no presentía el hedor, ni el aire gélido. De ser así estaría asustado, pero no lo era. Todo estaba muy tranquilo, al punto de que me sentía relajado. De todas maneras no podía dejar de pensar en la situación con Gaia y el falso matrimonio.
Recorrí el pasillo sin muchas complicaciones. Y las puertas del gran salón ya estaban abiertas con sus luces encendidas. El viejo Erwin estaba allí catalogando algunas cosas.
- ¡Júpiter! ¡Qué bueno verte! Recién he llegado aquí
- ¡Wow! ¿Tú ordenaste todo? – Estaba sorprendido. Ayer nos habíamos ido con Origima y Gaia, y aún restaba trabajo por hacer. Hoy la sala está completamente vacía con todos los elementos preparados.
- ¡Para nada! Solo vine a tomar unas notas. –
- ¿Quizás hayan venido antes? – Me dije – ¿Tuviste problemas?
- Sí,..¡Estem!....U f f … . . Bueno…¡Ehh..no!
- ¿Viste algo?
- ¡Eh! Bueno
- ¿Te atacó?
- ¿Qué?
- ¿El humanoide, o fantasma?
Erwin me miró frunciendo el ceño.
- ¿Júpiter has dormido bien? – Comenta extrañado del asunto
- Claro que sí. ¡Bueh! Olvida lo que dije. -
- Lo único que me extraña, es que de los documentos en papel donde se detallan lo que hemos recibido, difiere de lo que hay aquí
- ¿Qué quieres decir?
- ¡Falta elementos!
- Los robaron, hurtaron, tomaron prestado.
- No podría asegurarlo, quizás nunca llegaron, o quizás los tomaron cuando estaba todo cerrado.
- Hay papiros que faltan, por ejemplo el de la estatuilla de barro indefinida de color negro, que estaba en esa dirección - Señala un lugar específico en el cual estuve separando objetos. -
- ¿Estatuilla de barro? -. Pensé y recordé, si era la que había tomado antes de recibir el llamado telefónico. Si mas no recuerdo, había unos papeles. Como no estaba seguro, no podía decir nada al respecto.
- ¿Sabes algo Júpiter?
- Ahora que lo pienso…. – Deje la duda, mientras Erwin esperaba atento la respuesta -…!No!
- ¡MMM! A mi entender, pudo desaparecer con el tiempo.
- ¿Es mu y urgente encontrarlo?
- Con ello, podemos catalogar o enviar al departamento de investigaciones a que corresponde la estatuilla, y los otros elementos que venían con ella.
Asentí.
- Está todo muy tranquilo – Manifesté con cierta ansiedad. -
- Si, y pensar que rondaban esas ideas de fantasmas y leyendas de gente que desaparece. ¡Qué tontería!
- ¡Ey! A mí me dio un gran susto en el día de ayer, y Origima también.
- Origima – Explicó que no hubo ningún tipo de problemas, y que resolvieron todo ambos, sin inconvenientes.
- Bueno , lo habrá dicho para que Rigel no se entere de lo que fue
- Para nada, ella no miente. Dice que los dos pudieron hacer todo el trabajo.
- ¿Los dos? – Pregunté extrañado. Si estuvo Gaía con nosotros. Tal vez no la nombró para no generar molestias, ni regaños.
- Será mejor que regrese. Continúa tú. Solo cataloga las cajas que han quedado detrás de ese mostrador, y luego vendrán por la tarde los expertos en electricidad, y albañilería para darle retoques. Paso siguiente la pintura. Y tendrán unos alfombrados por lo que me han explicado, aunque todos esos detalles de esa ocupando Rigel, la supervisora.
- ¡Perfecto! – Asentí nuevamente con los manifestado por Erwin . –
Éste se retiró, y tome mi móvil celular para ver algunas noticias, como tiempo de óseo. Abrí las redes sociales, y luego Youtube, la primera imagen que me salió con publicidad es la de dos colegialas explicando sobre un anime japonés conocido. La presentadora parecía conocida. Claro era Carol, mi vecina, y la otra ¿Qué? ¡Es Gaia! Que lanzaba sonrisas y algunas palabras divertidas al público. No tardaron los mensajes románticos en llegar para ambas. Al leerlos no sabía si estaba celoso, enojado, o con una capa de vergüenza ajena.
- Eres maravillosa. Chica de cabello rojizo.
- Tu hermosura es una luz del alma.
- ¡¡¡¡¡Chicas!!!!!, ¡¡hagan más videos!!. – Expresa desesperado. -
- Los ángeles están en la tierra. -
- ¡¡Dáme tu número de teléfono para conectarnos….!!
Y así millones de mensajes en tan poco tiempo. No podía creer la cantidad de poetas de ordenador que existían en el mundo. Claro que cualquiera lo es, cuando se trata de alagar de forma barata.
- ¡Gaia deja de sorprenderme! – Lo habré dicho varias veces, y lo seguiré diciendo.
Mi cabeza estaba en un emplazamiento en la cual existían dos posiciones antagónicas. Continuar con ella, o no. La disyuntiva podía ser un monte de pensamientos ¿Y qué ocurre? ¿Si ella estuviera con otro, estando conmigo? ¿O si fuera al revés conociese a otra dama? Habría problemas. Claro que no. No nos ata ningún hilo. Pero hay problema. Si siento por ella. Posiblemente sea deseo y no amor, pero sin embargo mi corazón late malhumorada mente. ¿Será entendible?
Ella esta gratamente como da con esta posición ¿Y las citas? ¿Podría enamorarla? ¿Y si tiene otro objetivo?
- Dejar de llenar de llenar tu mente de material plagado de suposiciones. El trabajo de hoy en día no se hora por sí solo.
En efecto permanecí, toda la mañana hasta el cambió de turno, en el cual me suplantaron a fin de poder realizar el informe debido y cruzar los datos con Erwin.
En definitiva, eran demasiados los objetos a analizar lo que retrasaría el proyecto del salón Hades.
Dependiendo de mi punto de vista, no tendría prisa por ello. Si, nadie se ha postulado para la sala Hades. Postularse significa encargarse. Estudiar la historia de cada elemento, y dar las conferencias correspondientes. Por lo que estaba determinado a que fuera quien se ocupara desde un principio. Todo requería trabajo arduo.
Antes de retirarme de la sala, había una gran efigie. Era como un muñeco de una tribu africana. Desconozco cual, pero parecían los Dogon aquellos adoradores del cielo, en el cual asimilaron una astronomía eficaz impartida por visitantes del espacio. A su lado y sin clasificar un detalle en menor medida de un Moái de la Rapa- Nui. Una estatua originaria de la isla de Pascua. No gigante como lo son aquellas, dentro de una planicie de llanuras sin árboles y con solo pastizales. Era muy pequeña. Tenía sus ojos orientados hacia algún lugar a la derecha. No del salón, digamos que si estuviera en su hábitat natural sería en dirección a alguna isla de la micronesia.
Posiblemente sea la isla de la que me nombra Gaia. Y tomando en cuenta ello. Gaia, tiene un semblante blanco, nada mestizo. Y es de la realeza. Hoy en día existen principados, imperios, repúblicas, comunidades. Nunca le pregunte sobre ello. Incluso ¿A qué se dedica su familia? No es extraño, ella tampoco
pregunto sobre la mía. Por fortuna, no saben nada del matrimonio. Es solo cuestión de tiempo. Sería mejor cancelar todo éste asunto tan engorroso.
El turno bendito se concluye. Un bostezo es lo mejor, y todavía queda pendiente el horario de la universidad ¿Allí está Origima? Justo a la salida de las escalinata del museo.
- ¿Origima? ¡Hola!
- ¡Júpiter! ¿Cómo estás?
- Bien, concluyendo. Hice unos avances en el informe
- Es increíble – Observa al frente mientras – hicimos todo muy rápido
- ¡Sí! – Concluí – a pesar de los temores
- ¿Temores? No entiendo. -
- La oscuridad, la silueta. -
- ¡Mmm! Debes estar hablando de otra cosa.
- ¿Estamos en la misma sintonía? ¡Je! ¡Je – Dije riendo -
- Si es por el susto de la araña. Era muy pequeña – Se burla ella con muecas - ¡Ja! ¡Ja! Deberías haber visto tu rostro
- No es para tanto. Gaia, me dijo lo mismo.
- ¿¿¿Eh??? ¡Oh! Ahí vienen por mí. Es mi padre. Adiós Júpiter, nos vemos mañana
- ¡Adiós Origima! ¡Mujer extraña! – Me dije tarareando lo de extraña. –
Salí y tomé la primera vía que vinculaba con el metro. Solo una parada hasta la universidad de Historia, al descender de las escalinatas estaba plagado de personas, así que al llegar el vehículo me entremezcle entre muchedumbre. Era extraño, pero percibí la sensación de que alguien me estaba observando. Comencé a mirar de entre las personas. Sabía que era alguien, empero no podía descifrar. Advertí esa misma sensación cuando estábamos con Gaia y Origima en el Salón menor de la sala Hades. En un breve lapsus recibí tres toques de dedos y luego una palmada por la espalda. Al dar la vuelta estaba allí.
- ¡Ey! ¡Júpiter!, - Se me corrompieron los nervios - ¡Soy yo!; Tu vecino, Gregory, ¿Qué tal?
- ¡Gregory! Entre la cantidad de personas, se me hace difícil reconocer
¡Estoy bien!
- Me alegra – Expresa gratamente - ¿Vas a la universidad?
- Si tengo, un curso de tarde. Historia Antigua – Edad paleolítico
- ¡Ah! Te admiro. Es una cuota pendiente el cursar una carrera como ella. – Al ser escritor, sirve como punto para ampliar conceptos. Yo también voy para allá. Estoy con un curso de literatura de la edad media – Y coloca un rostro como si el aburrimiento fuera una opción mejor. -
- No suena muy interesante ¿No?
- Claro que no. La prosa es demasiado rebuscada. No se acentúa a la época, de todas maneras tienen buenas narraciones que ayudan para ampliar las ideas.
- Comprendo ser escritor es difícil en muchos aspectos – Asiento a lo que expresa. –
- Mira Júpiter. No puedo aseverar, si es difícil, o complicado, o trastabillóso. Perdón es la costumbre. Me gusta llenarme de sinónimos….si puedo mencionarte que solo basta una buena imaginación, y dentro de ella fluyen las ideas.
- Es extraño como lo dices. Parece que hablas de una película.
- Es eso mismo – Me señala con el dedo – Es una película en tu mente. Tú la creas, y tus dedos son los productores. Escribes hasta el cansancio sin importar los tiempos, ni el espacio.
- Un escritor confeso algo parecido
- Puede que haya sido Bukoswki, o Heminway, no sabría decirte. Pero si es cierto que escribes donde sea, como sea, siempre que exista en tu mente esa película que quieres dar a conocer. Y cada historia y personaje
es como un hijo. Una parte de nosotros que nos entiende, y sabe qué hacer. Es nuestro héroe, o heroína.
Al escucharlo, no podía dejar de pensar en esa pasión que nace del alma. Muy pocos la poseen, y muy pocos la explotan de esos que la tienen.
- Hablas con mucho ánimo.
- ¡Ja!¡Ja! Perdona es que a veces me fanatizo. No quiero aburrir a nadie
- Al contrario, me parece muy interesante. Es como que te narrase como Quinto Sertorio el héroe de los hispanos, repelió los avances de la Roma de Sila. Fue el último rebelde que puso en jaque a Roma durante 10 malditos años, en los que con un puñado de rebeldes, en un enclave resistieron. Era un hombre de confianza, y encarnaba al buen soldado, al héroe, el incorruptible. Claro que luego de someter al yugo romano, recibió las glorias, pero también las calamidades, y su subalterno realizó la campaña, la cual darían muerte en un asesinato en una cena.
Cito: ..no creo que una virtud decidida y razonada pueda degenerar por ningún accidente en el vicio opuesto, aunque no es imposible que los mejores propósitos y caracteres bajo el embate de calamidades injustamente padecidas cambien en sus costumbres" .. Según Plutarco.
- Vaya, veo que te gusta la historia romana. A eso me refiero ¿sabes? Un día debemos juntarnos a tomar un café, me gustaría escuchar mas historias. Me ayudará con mis escritos.
- ¿Qué tipo de literatura realizas?
- Hoy en día solo son novelas ligeras. Algunas de terror y otras con cuentos. Algunas fantásticas y aventura. Surrealistas. Ciencia ficción
- ¡Wow! Haces de todo ¡El género romance es muy bueno!
- De hecho, es mu y solicitado. Será que las personas necesitan de ello – Confeso Gregory observando el vidrio del metro
- Todos lo requerimos.
- Los personajes nos identifican. Queremos ser como ellos, y hasta a veces nos enamoramos.
- Nos enamoramos de las palabras – Confesé -
- Es verdad. Y queremos que sea verdad
- Que sea real.
Ambos asentimos. Al descender fuimos ambos para la universidad. Ya en la puerta. Cada uno seguiría su rumbo.
- Estaba pensando ¡Júpiter! ¡En invitar a Luna a salir!
- ¡La vecina! No está nada mal. Estoy para lo que precises
- Gracias, eres buen vecino. Y bueno amigo – Se alegra. – ¿y tú?
- Es complicado de explicar. –
- No te preocupes. Sea como sea, si precisas mi ayuda, estoy ahí. Los soldados de trinchera somos así.
- Que ninguna primera guerra mundial nos venza ¡Ja! ¡Ja!
- ¡Así es! Nos vemos Júpiter. – Se da la vuelta y saluda con la mano extendida de espalda. -
- ¡Nos vemos! - Me dije. De cierta forma parecía que él sabía de lo ocurrido con Gaia ¿Quizás nos escuchó? No sería extraño, si de estuvimos discutiendo el tema, una media hora de tiempo desde el camino a casa, y antes de subir las escaleras. Solo espero que no fuera de esa manera, y espero que si de ello fuera (valga una simple redundancia), no haya otro vecino, como la pareja de Cin y el otro Ernesto, o Ernest, ya me he olvidado de aquel. Debería tener una memoria que se desarrollé en mejores condiciones.
Al ya el aula a mi llegada, un cartel en la puerta.
"..¡Hoy no tendremos clase!.." firma el profesor Dr. Elmer Umbriel. -
- ¡Cosmos!
- ¡¡¿?!!
- ¡Disculpa! ¡Júpiter!
- Quizás no me recuerdes. Soy Josefina Despina. Estamos en la misma clase.
- ¡Ahh!..¡Sí!..es verdad – Realmente no sabía quién sería. Hay tantos, solo conozco algunos de ellos. Y luego recordé a mi viejo compañero Rómulo. Era esta persona de la que me hablaba. -
- ¡Disculpa! Necesitaría unos apuntes de la edad paleozoica ¿Podría pedirte el correo y tu número para que me los pases?
- ¡Claro! – No hay inconveniente
Comenzamos anotar cada uno de los datos en nuestro móviles. –
- Es que estoy un poco perdida con los nuevos trabajos prácticos. Apenas entregue sumeria, y a tenemos pronto.
- ¿¿¿¿¿Examen????? - El terror invadió mi alma –
- ¿No lo sabías? ¡Será la próxima semana!
- ¡¡¡Dios noooo!!! – No estudié nada, y para colmo tampoco podría faltar al trabajo.
- Si, te parece podemos estudiar – Me menciona de formar cordial con un rostro angelical acercándose a mí de forma inusual y provocativa. – Cenamos algo ligero y a estudiar.
- ¡Eh!.. si déjame ver-
- Eso responden las personas cuando van a decir no ¡Ja! ¡Ja! – Explica moviendo el dedo índice como gesticulando con su mirada la negatividad de mis palabras y riendo al mismo tiempo. Esta mujer sí que sabe recibir una indirecta. – Pero bien, no puedo decir mucho.
- ¡Déjame ver mi agenda!
- Combinado entonces para juntarnos a estudiar. Traer los ingredientes y yo cocino. La comida sabe mejor cuando tiene dueño ¡Ja! ¡Ja! -
- –¡Estemmm!.. debo irme. Y me escapé de inmediato de esas garras. -
Y saludé como es de costumbre en mi forma de ser. Ella se despidió, y pronto a mi móvil celular, recibí un mensaje como un corazón con un rostro feliz.
- ¿Qué le pasa a esta mujer? ¿Momento? ¿Me está coqueteando? Soy casado, no debería hacer eso. "la comida sabe mejor cuando tiene dueño" – No quiero ni pensar. –
En una gran pared, había un calendario electrónico con la hora y el día. 18 30 horas - Miércoles 26 de Julio …..
Al salir a la calle, tenía justo el ómnibus al pie como para poder tomarlo, e irme a casa.
Que formidable. No tener cursada de clases, y tener el vehículo publico listo para mí.
Gaia, como es de saberse paso la mañana con la cosplay Carol, y luego por la tarde ha estado entretenida con otras personas que vinieron a casa. Me envió un mensaje.
- ¡Danna! ¿A qué hora vendrás? ¡Tenemos visitas!
- ¿Visitas? – Contesté a la oración con punto y coma de ella. Serán los vecinos supuse. No me importa mucho. Solo estarían unos momentos.
¿O no? ¿se quedan a cenar? Gaia es muy servicial, y seguro lo recibió. Espero no haya preparado esas comidas con sesos de animal exótico, o una ensalada con algas del océano pacifico. – ¿Estará el gato del vecino? Pensarían que somos una familia de chiflados.
Si pudiera describir el emplazamiento, me referiría a un antro en la cual el marido es un deprimente espécimen que analiza el ambiente, incluidas las personas que se desarrollan en ese ecosistema, y la mujer que sonríe a la vida llena de satisfacciones insanas como pautas de la sociedad; costumbres
importantes que se embarcan en la normal situación ¡Diablos! ¡¡¡Qué locura!!!
¡No quiero ni imaginar!
- Imaginar es necesario para una novela – Gregory Se me vino a la mente sus palabras.
Somos una maldita novela ligera.
Ya estoy en casa, y el camino me mostraba unos gatos ronroneando, y un transeúnte yendo a su casa. Está en la misma situación en la que estoy.
- Buenas noches – Me saluda el desconocido
- Buenas noches – No le prestó atención.
- La noches esta como volar a las estrellas – Continúo hablando. Lo observé sin ninguna palabra que pudiese acompañar a su oración medida de metáforas.
Consentí lo mencionado, y me dispuse a proseguí mi camino.
Las escaleras estaban como siempre allí: hechas del metal oxidado, al subir cada una las luces de las ventanas de los vecinos, denotaban que cada uno estaba ocupado.
Saqué las llaves de mi bolsillo y abrí la puerta.
- ¡¡Bienvenido Danna!!
- ¡Bienvenido hijo! – Mi madre. -
- ¡Hijo! - Me saluda mi padre con un vaso de cerveza negra en su mano.
- ¡¡Hermanito!! – Mi hermana tediosa. –
- Ahh..ehh.ahh – Me tomé la cabeza con la mano izquierda dejando caer mi bolso – ¡Vaya sorpree..saa! – Vacilé en un conjunto de oscilaciones que se confundían entre palabras. –
- ¡Tiene mucho que explicar hijo! – Manifestó mi madre.
- ¿Y bien? ¿Tienes algo que decir? – Se cruza de brazos mi padre
- Pensaba contarles todo a su debido tiempo.
- ¡Hijo! – Sonríe mi madre- No sabía que tenías una novia tan bella y servicial.
- ¡Ahh! – Se sonroja Gaia. No diga eso.
- Y la casa la tienes muy bien ambientada hermanito – la niña lo primero que hace es ver el equipo musical – ¿Se puede adaptar móvil?
- Por supuesto, incluso la amplificación es muy dinámica
- ¡Wow! ¡Gracias cuñada!
- Ayy! Me es raro que me llamen así. ¡Ja! ¡Ja! Dime Gaia – Se ríe
- Dalo por hecho.
- ¡Es fabulosa!
- ¿Qué cosa? Están maravillados con ella – Me dije a mi mismo
Sistine, mi hermana tiene la capacidad como mi madre de llevarse bien con el universo entero. Pronto mi padre expondrá sus aficiones de arqueología y astronomía.
- ¡Cariño! – le digo con una risita irónica – ¿Tienes un momento?
- Claro – Sonríe como siempre
Fuimos a la cocina, e inmediatamente comencé mi cuestionario no sin antes recibir de ella la adulación.
- ¡Ahora entiendo cómo eres! – Se burla – ¡¡¡Eres adorable!!!
- Si, si, gracias por el cumplido ¿Qué les mencionaste? – dije con arrogancia y luego pregunté con un poco de preocupación
- ¡La verdad! – Responde sin descaro. -
- ¿Ehhhhh? ¿Le dijiste que nos casamos sin conocernos?
- Júpiter. Debes ser un poco más inteligente –responde como si fuera un tonto – Claro que no les confesé ello. -
- Dijiste la verdad. -
- ¿Si la verdad del matrimonio, no como fue, y el por qué?
- ¿Y entonces?
- Nos conocimos en la universidad. Soy estudiante de antropología. Trabajo en una dependencia cultural. O sea una biblioteca dos días a la semana los otros tres en la casa. Hablo cuarenta y cuatro idiomas. Mis hobbis aparte de la electrónica, también es la astronomía y la historia. Soy sociable amo el chocolate y el verano. Algunas cosas son mentiras, y otras no. -
- ¿¿¿¿???? - Es buena para mentir me dije, aunque cuarenta y cuatro idiomas es una locura ¡Momento! ¿No será verdad? ¡¡Naa!! - Pero bueno es infalible para mentir, no sabía que tan bien – ¡Oye! Mi padre es astrónomo aficionado. Cuidado con ello
- Ya hemos hablado
- ¡Ahora comprendo! – Los nervios disminuían, aunque algunos cabos quedaran sueltos.
- Mejor regresemos. Y llevamos la cena.
- ¡Detente! ¿Qué preparaste? ¿Espero no hayas cocinado al gato del vecino?
- ¡¡Eyyy!! No digas esa blasfemia. La comida es arroz de guarnición con carne asada ¡¡¡¡y no de gato!!!! ¿cómo se puede pasar por la cabeza comerse a un mie..? ¡Va olvídalo!
- ¡No te oí! ¿Qué has dicho?
- ¡¡Nada!! ¡¡Vamos al living!!
- ¡¡Ayy!! – Se ven hermosos los dos. – Gaia, ¿Qué tal se porta Júpiter? – Mi madre es un detective que le encanta recopilar toda la información posible. Mi hermanita seguía enfocada en todos los artilugios
electrónicos. Obviamente es un gamer sin estribos. A Gaia le pareció acorde la ocasión para luego disputarse algunas partidas de dobles. Mi Sistine es bastante decidida a la hora de triunfar y extrovertida. Claramente me enoée con ella.
- Sistine! No es hora para juegos. ¡¡Cenemos…!!
- ¡Gaia! Es un nombre adecuado – Confesó mi padre – Recuerdo que Júpiter vino al mundo. Y nos pareció un gran acto. El pequeño era redondo
- ¿Ey? No hace falta que me avergüences – Me enfadé – Es solo un nombre.
- ¿Un nombre? Yo no diría eso. Nunca te percataste, de esa mancha que tiene debajo de la tetilla izquierda
- ¿Eh?
- Es un redondel justo donde está el corazón – Aclaro mi madre y asintió mi padre –
- Igual que el planeta Júpiter. Para la astronomía que aún no ha llegado a investigar es un enigma
- ¡Wow! Eso si es interesante ¿Por qué nunca cuentas estas cosas Danna?
- Mi hermanito es muy cerrado mentalmente.
- ¡gracias! Te debo una – Dije resignado.
- No seas así hermanito ¡Je! ¡Je!- se ríe – Gaia, dile algo, seguro ha tenido sus malos humores como cuando duerme reducidas horas y todo lo irrita.
- ¿Se irrita? ¡ja! ¡Ja! ¿Qué más? - Pregunta con intriga. -
- ¡Oigan! No soy una broma viviente.
- Ahí lo tienes don humor especial. Odia perder, es orgulloso, boca sucia, y le encanta ir al refrigerador a la media noche– Se burla ella, y se acerca al oído de Gaia - Pero es excelente a la hora de escuchar. Y lo quiero. – Expresa, y Gaia se alegra.
- Iré a preparar café – me ofrecí antes de seguir escuchando a Sistine
- Júpiter es un secreto hoy en día. Y esa mancha que invoca en su piel justo donde las constelaciones se unen al corazón es una gran tormenta. Nunca sabremos que hay allí. Nuestro hijo supongo que es eso un misterio – ambos asintieron, no podía oírlos pero sabía a qué se referían.
- Todos en alguna forma lo somos – Expresó Gaia – agachó la cabeza mirando la mesa un reflejo de ella que lucía desde el vidrio que la cubría.
- ¿Y tú nombre?
- ¿Mi nombre?
- El planeta tierra en griego. -
- Pues no sabría decirle – Dudó Gaia.
- Ya veo – Dijo asintiendo von la mirada en mi madre. – Júpiter protege a la tierra de innumerables ataques. Recibe a todo meteoro que o sea quiera lastimarla. Es por ello que gracias a sus ondas gravitacionales los atrae. Como si les metiera una trampa y luego los enfrenta solo. No me extraña que nuestro hijo sea quien te haya salvado. Gaia no sabía que decir su mirada fue hacía mi persona. Estaba en esa duda entre Sonreír como lo hace siempre, o lamentarse por lo que resultó. Su admiración generó que por primera vez sintiese su corazón latir. Solo yo podía escucharlo. Claro que nunca se lo comenté.
- Gaia es importante para Júpiter – Expresó mi madre – El uno, no puede estar sin el otro. No soy una experta como mi marido, pero eso no quiere decir que los sentimientos solo sean una mera metáfora de dos planetas que se aman. Sino de una hermosa casualidad de dos que están destinados a encontrarse y hacerse unos.
Todos guardaron silencio, en cuanto traía los cafés. Al servirnos mi padre me pidió ver el cuarto.
Era mejor tener una plática de mujeres por un lado y hombres por el otro.
- ¿Así que Júpiter te salvó la vida?
- Si, fue acto de valor. No me percaté. Estaba en medio de la calle, cuando la luz iluminó en un segundo. Luego sentí el golpe y cuando desperté Júpiter estaba a mi lado – Gaia entretenía a mi madre y Sistine. Era muy elocuente con sus palabras. Como si la admiración los perfumara como presente para ellas. Con mi padre fuimos a la recamara al concluir la comida. Había preparado café para todos.
- Júpiter ¿y cómo estas con el trabajo?
- ¿El trabajo? Algunos cambios. Me asignaron una sala con artefactos y documentación que está siendo en análisis.
- ¡Mmm! ¿Necesitan analizar hoy en día?
- No encuentran registros pertenecientes a ello. Incluso las investigaciones se retrasaron. No suele suceder.
- ¿Tiene algún documento o fotos? – Preguntó mi padre – me genera curiosidad.
Enseguida tomé mi móvil y le mostré la que corresponde a la estatuilla. La observó detenidamente. Luego le dio zoom a la fotografía. Meditó por si mismo.
- ¡Hijo! ¿Realmente no se qué es esto? Habría que dar un análisis amplio. Pruebas de carbono para datar el tiempo. El material.
- Parece arcilla el material
- No lo es. La arcilla tiene una pigmentación diferente. Tampoco corresponde a una figura que se haya visto en ningún continente. Podría ser de algún recóndito lugar del sur de Asia. Tal vez la isla de Borneo. O de África septentrional. Es muy ambigua. Aunque….
- ¿Aunque?
- No, solo es mi imaginación – Mi padre sacó de su bolsillo el celular y luego me pidió que le transfiera las imágenes.
- ¡Gaia! – dijo mi madre
- ¿Si?
- ¿Quiero preguntarte? Aunque ya lo haya hecho ¿El matrimonio, realmente fue una necesidad? – Ella pregunto en cuanto tomaba un sorbo de café y mi hermana esta sería sin exprimir en sí una sola palabra. Ella se sintió extraña y se encogió de hombros sincerándose en su tesitura normal de dar una explicación clara.
- El matrimonio para mí, es la prueba de amor. Es el comienzo de éste camino de los dos. Claro que puede que no sea fácil.
- Si estas dispuesta a todo, lo comprendo. Es lo que Júpiter necesita, alguien que le tome la mano y lo lleve a volar. – Confeso mi madre
- Es parte de soñar – Dijo mi hermana. Gaia uso la treta de mentir, aunque estaba arrepentida de ello. En su lugar hubiera realizado el mismo artilugio.
- Bueno espero pronto puedan hacer una boda por iglesia y una fiesta.
- ¡¡Adelante!!, ¡¡Por favor!! – Se emociona mi Sistine.
- Si, lo tenemos pensado para un poco más adelante cuando nos estabilicemos.
- Lo harán y tu podrás tomar el ramo – Se burla mi madre de Sistine. Ella no dice nada enojada.
- No quiero hombres por el momento
- ¡Ja! ¡Ja todo llega en su momento – Se ríe Gaia.
La velada fue interesante y fuimos acompañarlos siendo de noche a la calle subsiguiente donde estaba estacionado el automóvil. Un viejo Chevrolet de cuatro puertas.
- ¡Adiós!, ¡Cuídense! – Saluda Gaia.
- ¡Adiós! – Saludan todos dentro del carro.
- Hijo luego te diré lo que investigué Asentí, mientras Gaia sin preguntar me miraba.
Fue inevitable. Me carcomía la cabeza desde mi trabajo hasta la universidad todos los días. Todos esos días regresando y sabiendo que era una mentira. Y mis padres tranquilos como si nada, ocurriese. En principio podía llevarlo bien, pero luego comencé a Experimentar la molestia. Ella era mi mujer ideal, y una compañera hermosa, pero no existía amor entre ambos. Ello conllevaba a que muchas situaciones se produjesen. Roses y malos entendidos. Tenía que hablar sobre ello. Puede que en principio no me molestase a pesar del corto tiempo. O eso creo pues las nociones básicas del movimiento de la tierra me estaban pareciendo extrañas. Hasta el punto de no discernir lo que sucedía conmigo. No obstante era hora de poder hablar con ella sobre el asunto. Aunque era un tanto inútil. Ella ganaba. Tenía un arma letal. Un virus con su nombre implantado en mi corazón. Por más que decidiese cortar la mentira siempre regresaba a ella con afirmación ¡¡Maldita sea está enamorado!!
- Gaia, quisiera hablarte un momento ahora que se han ido mis padres y mi hermana. Es sobre nuestro matrimonio. No es que no tenga claro lo que hemos pactado.
- ¿No estás satisfecho?
- No, al contrario. Te portas de una manera esplendida y disfruto tu compañía. Quisiera…
- No es posible… lo siento Júpiter..Quizás, sería mejor concluir con todo esto. Te arrastré hasta aquí sin pensar en tus sentimientos.
- Entiendo. Y se tu situación ¿Supongo que cuesta ser querido no?
- No es ello. Querer se arma de muchas otras palabras que nacen del corazón.
Al mirarla me di cuenta que no podía lograr más que sentarme a esperar que un día terminase. Por lo menos quería que mi dignidad estuviese intacta y no sufriera. Pero no podía dar por terminado todo. Algo no me lo permitía.
- Si quieres…..
- No. Olvídate de eso….No puedo dejarte en la situación en la que te encuentras.
- Tampoco puedo ser egoísta y pensar en mí.
- Las reglas me las has dicho de antemano y yo no supe jugar éste juego.
- Tal vez ambos no lo supimos – Dijo ella en su interior.
Permanecimos en silencio. Hasta que decidí quebrar ese tempano.
- Continuemos hasta que por lo menos puedas hablar con tus padres.
- ¿Y tú?
- ¿Yo? No te preocupes. He guardado tantos sentimientos que se pierden para siempre. Elijo ello.
- Eres una buena persona ¿Por qué?
- Solo hago lo que debería hacer ¿Hace falta que te lo diga?
Esa noche fue extraña. Al otro día hice como si nada ocurriera.
Regresamos a la casa en silencio. Ingresamos a la casa y mientas fui por un vaso de agua Gaia se fue a un costado contra las ventana.
Ella, estaba de frente mirando al cielo. Estaba, sin percatarme, llorando se desvanecía. Y empezó a hablar sola. Mejor dicho me hablaba a mí. Hizo su confesión. Me había dicho que sus padres realmente no la querían. Y que ella para evitar todo se fue. No sabía qué hacer y me acerqué a ella y la abracé.
- ¿Qué inmensas son las estrellas? ¿Y qué insignificantes somos? – Confesó preguntándose entre algunas lágrimas. Al mirar ambos el cielo no podíamos dejar de reflexionar.
- No importa si somos insignificantes, a pesar de todo tenemos una historia, y un futuro por seguir ¿Y si tus padres no te aceptan? No tienes porqué rendirte. Tú, te has esforzado mucho Gaia. Y has logrado lo que nadie al enfrentarlos. No importa lo que pase, o suceda...estoy contigo. Somos un equipo a pesar de todo. -
- ¡¡Gracias Danna!! – Dijo llorando y se dio la vuelta acomodando sus mejillas en mi pecho.
- Llora todo lo que tengas y debas llorar.
Las estrellas continuaban su rumbo y Gaia también debía hacerlo.
…..y al otro día es quiebre en ella produjo el cambio… Se procreó el primer bucle.