Download App
68.75% Mi insólito matrimonio es un disparate del universo como sospechaba / Chapter 11: La esposa. Gaia y cada momento con Júpiter. Se empiezan a revelar acontecimientos.

Chapter 11: La esposa. Gaia y cada momento con Júpiter. Se empiezan a revelar acontecimientos.

La esposa. Gaia y cada momento con Júpiter. Se empiezan a revelar acontecimientos.

 

 

La verdad es que he jugado con él, y he vivido lo suficiente con él para ser feliz. No se podría decir que es un arreglo frívolo, sino un contrato cuyas clausulas incluyen todos los afectos que existen en el mundo.

 

 

Era otro día y la lluvia había cesado por completo. Gaia se sentía mejor.

 

Mientras ella fue a la cocina, pude oír el maullido del gato, fui a darme una ducha y al salir con era de costumbre la plática de Gaia con el felino era tan normal. Sera mejor que los vecinos no la vean.

- No sabía realmente, que afectaría a ambos – Le comentó al gato. estarán platicando sobre otro gato.

- ¡Cariño! No te parece una locura. Bueno ya lo he dicho.

- ¿Veo que te encuentras bien?

- ¡Claro que me encuentro bien! Todo se ubica en orden.

- ¡Ah! – Dijo ella – ¿No recuerda...…?..MMM…. Eso es bueno. -

- ¿Qué debo recordar? – Pregunté con sigilosa mirada –

- Tus trabajos de la universidad – Explicó

- Es verdad. Pronto me darán los resultados del trabajo de informe de sumeria. Aún la sala Hades está en proceso.

- ¿No pudieron avanzar?

- Para nada. Erwin explicó que faltan piezas y resultados, para aclarar a qué procedencia ubicarlos.

 

- ¿Debe ser muy difícil catalogarlos no? – Pregunta ya en la mesa con las tostadas y mermelada. Ella sorbe un poco de café

- Hay muchas culturas foráneas – Le comenté untando un pan con queso. Luego de un sorbo de café moví el cuello para relajar los músculos. Sentía una tenue tensión, al girar veo como una cabeza de una efigie como estatuilla– ¿Y esos elementos?

- ¿No te parecen fantásticos? Es sino me equivoco un tiki, o parte de ella.

- ¿Un tiki? ¿Una estatua de la polinesia? ¿Es de la isla a la cual perteneces?

- Se podría explicar que sí.

- ¿Es un dios?

- Estemm.. pues sí..

- ¿No sabes no? – Pregunte frunciendo el ceño en burla. -

- Para tu información, tu querida esposa sabe más de lo que crees. –

- Eso, pues, es totalmente cierto. En forma, tú fuiste quien presento el trabajo, y fuiste ayudarnos al museo.

- ¿Al museo?

- Claro, ¡el día que estaba con Origima!

- ¡Danna! Debes revisar tu cabeza. No fui a ningún lado.

- Pero, si tú estabas. Es más, me ha dicho que no tuviera miedo a las leyendas que existía ahí.

- ¡Ay Danna! Me da pena saber que mi esposo se está volviendo loco. No te preocupes éste matrimonio arreglado funcionará a la perfección de cómo que me llamo Gaia Justina

- ¡Mujer no me tomes por tonto! Confió en tu poder de invocación, pero no me da mucha credibilidad.

- Volviste a ser el de siempre.

- Siempre he sido esto que ves

 

Por la ventana se asomó Gaía al escuchar unos ruidos.

 

- ¿Qué ocurre Gaia?

- Alguien se muda. -

- ¿Se va, o viene? - Y fui hacia ella. -

 

Veíamos juntos que un camión de mudanza, estaba transportando uno objetos. Eran aparentemente de la dama de coletas. Si, Rigel. La que es mi superior en el trabajo se mudaba. A Gaia le pareció bien, a mí no cruzarla aquí mejor todavía. Nunca más la había visto, y eso por su carácter de sub jefe me generaba tranquilidad. Ante ello. Una partida de una persona hubo un impase en mi mente de un dama, y vino a mí ese instante. Su nombre era Carol. Era nuestra vecina también. Tampoco la veía hace mucho tiempo a ella, la chica cosplay. Entonces le pregunté a mi esposa.

- Gaía. ¿Sabes algo de Carol?

- ¿Carol?

- ¡No recuerdo ese nombre!

- ¿Eh? Es nuestra vecina. Tú fuiste a su casa, varias veces.

- ¡Danna! ¡Estás loco! – Gaia me observó fijamente con sus ojos rojos, y de alguna manera su cabello parecía moverse solo por inercia como si el viento se ajustara solo a ella, y su extensas líneas que viajaban por si solas.

- ¡Bueno…! - Me mantuve analizando lo que dije hasta que, olvide por completo aquellas palabras. Algo está mal en mi cerebro. Las redes nos deben estar transfiriendo la información como corresponde - ¡Gaia, tu cabello esta despeinado! – Dije en un lapsus de hipnosis. –

- Suele ocurrirme cuando tengo emociones – Confesó seriamente. -

- ¿Qué?

- ¡Olvídalo!

 

Ella sonrío. Tocaron a la puerta.

 

- ¿Quién será? – Pregunte, y me incorporé para ir.

 

Al abrir Luna había venido a visitarnos.

 

- ¡¡Luna!! – Dijo Gaia. -

- Buenos días - Y paso como si yo fuera un fantasma

- ¡Oigan! - La miró para que vean que existe alguien. –

- ¡Ay perdón! ¡Júpiter!

- No hay problema.

- Luna viene a verme a mí Danna.

- ¡Qué bueno! – Comenté con desgano mordaz colocando ojos de pescado muerto. -

- No te pongas tan feliz Danna – Me dice Gaia con mirada mucho más mordaz y hasta reticente. – Pareces un hombre que acaba de salir del baño luego de un mal día.

- Mis intimidades en el sanitario, son el reflejo de la vida dura que llevo. – Expliqué con detenimiento dentro del plano científico de la biología intestinal. – Luego de tomar un último sorbo, me despedí, y me dirigí a mi trabajo a continuar el día.

- Por fin se hay ido. –

- No me imaginé que fuera afectado. –

- ¿Cómo seguiremos?

- No puedo retrasar lo que está pactado. –

- ¿Saldrás este viernes?

- Si, no lo veo como algo complicado. El escritor es interesante

- Es extraño como todo se fue realizando aquí.

- Estas con deseos de quedarte

- Si, no quiero regresar.

- ¿Y él?

 

- Es un gran hombre, pero no puedo hacer nada, y no quiero meterlo en problemas.

- ¿Eres dura de corazón, no?

- No lo soy.

- Vamos algunas cosas te gustarán de él.

- Si, muchas. Desde que lo conocí hasta el momento. Es un tonto…pero…..un tonto que me da calor al alma…

- ¿Y por qué te mientes?

- Pues, será que nunca he conocido a una ser como él.

- ¿Te sigue doliendo ahí dentro? - Señala un punto de su cuerpo en el centro cerca del corazón

- Sí, me ocurre cuando estoy con él.

- Es amor ¡Ja! ¡Ja! Ya hasta te has olvidado de Ernust.

- Es un bobo, pero cada vez que nos vamos conociendo lo admiro más. En algún punto, me llevó a un parque de diversiones. Claro que él no recuerda. Y yo no lo dejo tampoco hacerlo. Y ese tema…solo era una excusa para no lidiar con nadie.

- Debes dejar eso.

- El parque fue esplendido. Luego a almorzar. Un cita normal, y luego esas maquinas de osos en cuales depositas una moneda. Tenias que verlo., se gastó hasta lo que no tenía para lograr su cometido.

- ¿Y lo logró?

- Claro. Él siempre lo logra. ¿No sé cómo lo hace? Desde que comenzamos, prepara en su mayoría el desayuno. Trabaja duro. Ayuda a sus colegas. Juega conmigo. Nunca pregunta lo que hago, y dejo de hacer. Toma todo en un ademan positivo. No busca llevarse mal con los vecinos. Han pasado meses, aunque él, no lo sepa en los cuales fuimos felices. Y no quisiera concluir así. Es una reina del drama, a todos lo usa como experimento social cuando pone esos ojos de pescado muerto, y es gracioso – Dice Gaia, con su mano

 

colocada en su mentón apoyándose con el codo en la mesa, mientras mira a la nada feliz.

- Hablas de él como si realmente sintieras algo. – Se coloca su mano y brazo y codo sosteniendo su cabeza de la misma manera- El amor llega de esa forma, cuando hablas de la persona que amas de la nada, sin que tu mente te lo dicte. Cuando nada te impide pensar en esa persona. Solo es él en el universo y nadie más. – Gaia la escuchaba y pensaba ella misma. -

- Claro que discutimos, y siempre lleva la delantera..—Dijo Gaia sin denotar las palabras de Luna. -

… Gaía imaginaba..

 

- ¡Danna! Dejas el baño lleno de agua en el suelo

- Si lo siento, y por cierto te ves muy linda hoy

- No es la cuestión. El problema es el baño. -

- Cierto, y lo tendré muy presente ¿Qué te parece si desayunamos?

- ¡No me cambies el tema..!

- ¡No cambio el tema! Es más, estamos ambos de acuerdo de que pueda resolverse sin trastornos mayores.

- ¡No me salgas con filosofías de precios módicos!

- Hablando de filosofía. He leído, y te lo recomiendo el Critón de Platón

- ¡¡¡Júpiter!!!

- ¿Dime cariño?

- Nada, vamos a desayunar.

- Veras que te encantará lo que prepararé

 

 

 

- Parece que es como dices Gaía. Eso se llama manipulación psicológica.

 

 

- Si pero no deja de ser adorable con ello. Es algo que extrañaría. -

 

 

 

- Deberías decirle lo que piensas.

 

 

- ¡No!, Jamás le diría. Metete en tus asuntos Luna.

 

 

- ¡Claro que me meteré, y me meteré en los tuyos también!

 

 

- ¿Te dejaron con lágrimas, alguna una vez?

 

 

- ¡Sí!, y fue justo tu marido quien se acercó a darme unas palabras que pudieran ayudarme. Por eso entiendo que no debes dejar algo que consideras que puede hacerte feliz. -

 

- Hay muchas cosas que no entendería. -

 

 

- ¡No!, No es el problema. El problema eres tú, y tu fatal forma de tomar las decisiones.

Gaia comienza imaginar….lo que su época fue con Júpiter. Ella sabía que el el lapso de Júpiter, no era el tiempo de ella. Y él, guardaba recuerdos escondidos, no en su mente, sino en su corazón.

- Gaia, ¿Qué te parece ir a la playa un día?

- ¡Danna! Eso sería fantástico.

- Bien, en el verano, antes que concluya iremos ¡Te encantará!

- ¿Pero… y tu trabajo?

- Eso no es problemas, ni tampoco la universidad.

 

..Eso fue antes de saber que nuestro matrimonio era solo un arreglo egoísta de mi parte, sin embargo el siguió tomando la relación como algo importante. Algo muy propio de su persona.

 

Segunda vez en el tiempo de Gaia tuvieron la siguiente cita. Fueron a una gran terraza a mirar las estrellas. Fue al concluir su primera cita. Esa terraza, correspondía al museo en el cual trabaja. Fue un día en que ella iría a ver a su marido para saber a qué se dedica. No tuvo complicaciones para pasar por la puerta de entrada, ni por el hall central, y siguientes. De hecho, su imagen era como un fantasma para la multitud aledaña. Júpiter estaba parado frente a un Megaterio

- ¡Wow! Señor, me gustaría que fuera mi guía en este recinto.

- ¡Gaia! ¿Qué gusto verte? Es una sorpresa que estés aquí - Alegré al verla

- Me dejaron ingresar, así que tenías ganas de verte, ¿Y ver cómo es tu trabajo?

- Lo que encuentras es lo que tienes. Soy guía en cada sector. Eso requiere que estudie cada sala y cada elemento.

- Nada mal, para un profesor de Historia.

- Si, solo que no tenemos un comunicado de información muy eficiente, entonces nos vemos obligados a investigar.

- ¿Qué me pueden decir de este enorme oso?

- No es específicamente un oso, y ni siquiera es su antecesor. El megaterio, o gran bestia, que vivió en un periodo llamado Pleistoceno, para darte una idea. Desde la creación de la vida, en adelante se fueron catalogando diferentes eras. Precámbrico, o jurásico son por ejemplo. Lo habrás oído en películas taquilleras. -

- Muy cierto, la de los dinosaurios. Ahora es interesante, como la evolución darwiniana, fue conformando según el ambiente del ecosistema. El megaterio podría haberse desarrollado en un continente como América de sur, pues lo que parece se alimenta de diferentes plantas de arboles que tienen que desarrollar, una altura especifica. Precisa de vegetación. Lo mismo debe ocurrir con las especies carnívoras

 

- ¡Estem!... – Pensé unos momentos – De hecho, su gran estatura, les permitía ello, como también la defensa contra depredadores, aunque, el hombre en su formación comenzó a realizar los primeros avances.

- ¿9000 años deberían ser calculo no? Las marcas en esos huesos de ese gigante denota que murió a causa de ataques de puntas de piedra con lanzas.

- ¡Wow! ¿En serio?

- ¡Ja! ¡Ja! Danna, es una suposición.

- Es que me has dado una explicación tan amplia, que hasta dudo de lo que sé. Tal vez sea ese poder de convencimiento psicológico por el uso de las palabras.

- La lingüística de Saussure con signos podría ser el significado.

- ¿Quién sabe? Bueno podemos ir avanzando, y tenemos las diferentes especies.

El viaje por el gran corredor incluía en su mayoría a los mamíferos como el tigre dientes de sable, mamut, gliptodontes, llallawavis (ave del terror). Gaia se asustó al ver el modelo en maqueta.

- No tengas miedo es un muñeco.

- ¡Si Danna! Es que son terroríficos, y peligrosos. Solo verlos infunde pánico.

- Si, eran muy aterradores, pero por fortuna no existen. La evolución es sabia en algún punto de la historia. Si lograran sobrepasar el tiempo, nos veríamos en peligro.

- La evolución es un toque de dedos, para salvar el origen de la especie principal.

- ¿Cómo?

- Imagina que existieran reptiles gigantes hoy en día, o el enorme pájaro del terror. O mejor dicho si el oxigeno de la tierra fuera suficiente amplio como

 

para dar fortaleza y amplitud a insectos como ese – Señala una araña prehistórica fosilizada.

- De hecho si fuera así, no existiría otra raza que los insectos, arácnidos, o reptiles gigantes.

- ¿Los dedos del cielo manipulan como si fuera un laboratorio, a fin de cumplir el objetivo no crees?

- ¿No entendí lo que significa esa metáfora?

- ¡Olvídalo! – Ella se encogió de hombros.

 

//…..//

 

- Siempre te equivocas con las palabras Gaia.

- Lo sé, por eso tuve que realizar varias operaciones

 

 // //

 

- ¡Gaia! ¿Qué te parece, si vamos a otros salones?

 

La próxima sala, era la conformada por el hombre en sus diferentes fases. Desde los primeros homínidos – Australopithecus, hasta los diferentes homínidos.

- Así que éste es el ser evolucionado con pensamiento lógico – Confesó Gaia.

- Es el último eslabón de los que somos. Posiblemente prosigamos, pero no lo veremos.

- ¿Tú qué piensas?

- ¿Cómo que pienso?

- ¡Está bien llegar a esto! Tú eres historiador. Sabes bien

- Si está bien o mal, no depende de un producto realizado, sino de su comportamiento. No podemos definir el bien y el mal en cada sujeto. Son dos pujas constantes de una cuerda para tener el control.

- Eres el lobo del hombre ¡Ja! ¡Ja! ¿Quieres saber lo que creo? Esto es una mentira.

- ¿Mentira? ¿A dónde quieres llegar? –No comprendía en absoluto.

 

- Es un producto fallido, que aún requiere modificaciones. El pensamiento psicológico, social, ambiental. Ya sabes todo esta remarcado como un banco

de datos.

- Bueno, en ese caso debe la evolución limpiar los desperfectos.

- No le prestes atención. El tiburón será tiburón pasen así millones de años.

- En algún punto, tienes razón. Pero la puja entre maldad, y bondad, no siempre

viaja del lado del primero. ¿Mira! ...Alrededor tuyo. ¿Qué te parece?

- En una sala con objetos.

- No cariño. La bondad significa belleza. Aquí encontrarás lo que es el hombre, lo que es la tierra. las obras de personas que dejaron su huella en el tiempo. Mira ese mural. – En una pared, un pedazo de roca con dibujos en espiral pintados - Alguien quiso retratar un momento maravilloso. Mira ese otro. – Otro mural en la cual dos personas comparten un momento entre lo que parece un paisaje. – Si hay algo bueno de lo que beneficiarse en éste mundo es la belleza. – Alguien allí, quería tomar una fotografía como podía, con un cincel, o pintura de carbón, o lo que fuere, para darle a otra persona un instante de paz. Algo de amor. Entonces no esta tan mal después de todo que existía una raza como la nuestra. En cierto punto no podremos salvarnos, pero dejaremos algo interesante para que no nos olviden.

 

 

Gaia parecía mirar las estrellas, al escuchar las palabras de Júpiter. Quizás tenga razón. Quizás si exista una manera de salvarse.

- Qué te parece si vamos a la terraza, ya casi esta anocheciendo, pero el museo no cierra hasta las 21:00 horas.

- Me encantaría.

 

Fuimos desde el {ultimo corredor a un ascensor especial que lleva hasta el punto final, del otro lado se encuentra la Sala Hades, pero allí solo se llega con escaleras.

 

Mientras subíamos, Gaia sintió el escalofrió –

 

- ¡Ah! Perdona Gaia. Aquí cerca hay una sala, a la cual dentro de poco deberé ir hacer una inspección. Es un lugar no muy cómodo.

- No importa.

- Es una historia muy extensa para arruinar lo que quiero mostrarte.

 

Al llegar a la puerta principal, solo subimos unas escaleras, y luego otra puerta. Al abrirla, un claro de cielo estrellado se veía desde muy extensas galaxias. Para suerte de la altura del edificio, la contaminación lumínica no afectaba aquel paisaje. Gaia fue corriendo hacia ellas y comenzó a bailar girando en círculos extendiendo sus brazos y manos como una hélice de avión.

- Danna es muy bello. ¡Gracias!

- ¡Al contrario! Gracias a ti por venir. Digamos que la cita siguiente fue buena.

- Siempre lo serán dijo ella. –Sonrió en tiempo presente-futuro.

 

Luego nos mantuvimos en el suelo. Ella estaba de cuclillas y yo recostado con las manos colocadas en mí nuca sosteniéndola para no tocar el frio pavimento del suelo. Ambos observábamos las estrellas.

- ¡Gaia! ¿Podríamos ir a las estrellas?

- Si tanto lo deseas te llevaré.

- ¡Gracias! – Cumplimenté sus dichos con cierta alegría de pensar en utopías.

- No creas que todo es utopía. A mí me encantaría recorrer el cielo de ese hermoso espacio como si fuera solo un viaje al cual nunca concluir.

- ¡Un periplo mágico! – Metaforé. -

- No es posible.

- Por razones obvias, no lo és – Confesé. Gaia no prestó atención incluso supuso una extrañez.

 

- Todo podría ser posible. Hay tanta libertad aquí, tantos sentimientos, que parece que uno se maravilla cuando solo contempla unas estrellas.

- ¿De dónde vienes no es así?

- De donde vengo solo existen unas cuantas excusas para vivir.

- ¿Y eres feliz allí?

- ¿No sabría decir qué es la felicidad?

- Nadie lo sabe en éste mundo

- Ni en ningún otro.

 

Al escucharla podía sentir como quizás algunas tenues lagrimas intentaban escavan de sus retinas.

- En algún lugar debe haber felicidad – Dije –

- ¿Lo sabes?

- No con certeza, pero si se que determinados sitios, o ocasiones, o personas nos llevan a algo parecido a ello.

Gaía me observó detenidamente en cuanto recitaba las palabras al cielo nocturno de la noche estrellada.

- No quiero tener que regresar Danna. Quiero quedarme aquí. Este es mi hogar. – Lanzó entre dichos de resignación.

En ese entonces Júpiter no sabía lo que ocurría. Tampoco sabía la farsa. Tampoco sabía muchas otras cosas que vendrían.

- Gaia, éste siempre será tu hogar si lo deseas. O lo que quieras que sea. O dónde fuere. Siempre te voy apoyar.

- ¿Podrías abrazarme Júpiter?

 

Júpiter se incorporó del suelo, y la invito extendiendo la mano a levantarse. Su mirada era de esperanza y ella no podía separar la vista de sus ojos. Y luego la tomó por sus

 

brazos a la que era su esposa, mientras ella se acercaba a él, y sin remedio, lanzo en su pecho las lagrimas.

- No quiero volver. Quiero estar aquí. En este momento por siempre.

 

El corazón de Júpiter latía como más intensidad que de costumbre. Él, solo podía abrazarla lo más fuerte posible. Ella se acercó a sus labios y le dio un beso.

Luego la noche se fue dibujando con cometas que parecían ir como estrellas que morían en el tiempo.

Quiso el bucle formarse para repetir la escena, pero no. Ella no lo deseó, solo decidió borrar ese momento por el bien de los dos.

 

 

- Así que todavía imaginas cada instante con él –

- Los momentos son difíciles de olvidar. Desearía poder ponerlos en un baúl, para que no se vayan, pero no puedo. Debo descartarlos.

- No lo haces. Nunca lo harás. Es imposible cognitivamente, siempre estarán allí. Estarán en él.

- ¿Tú crees?

- Si

- ¿Y si los descubre?

- ¿Deberás decidir qué hacer? No puedes vivir toda tu vida de esta forma.

- Es complicado, enfrentar la realidad.

- ¡Lo es querida Gaia! ¡Lo es…!

 

La mañana se fue desarrollando. En el trabajo se estaban complementando los siguientes informes para la sala Hades. No había avances significativos e importantes. Luego tendría que ir a la universidad. Hay algunos flashes extraños en mi mente de situaciones con personas, e imágenes. Quisiera tener una respuesta a ello, para poder entablar mi razonamiento práctico de manera

 

qué entienda que significan. A veces pienso que he viajado en el ómnibus tantas veces y en todas ellas Gregory, me identifica, y concluimos platicando algún punto específico de la historia, pero ello no es el problema. Siempre hay una fecha borrosa, que no puedo vislumbrar con facilidad. Ese no es el motivo principal, sino que la última vez soñé con Gaia. Un picnic en el parque. Estábamos ambos disfrutando del atardecer, y ello bebía un jugo de ciruela, del cual me convido como si fuera un beso indirecto. Y ella me hablaba de la importancia de casarse, pero de una forma tan emotiva que no podría, determinar la realidad de tal sueño. Era tan transparente.

..Casarse, es un voto de prueba. Nadie vive eternamente – Y luego de esas palabras desperté.

No quise platicarle a ella sobre aquel sueño, ni todos lo que he venido teniendo a lo largo de nuestra relación. Según ella han pasado seis meses y para mi solo uno. Y todos esos momentos quisiera vivirlos. Que sean realidad.

Deja de divagar Júpiter, ya te ha dicho Gaia, que todo es una mentira, y que solo durará un tiempo hasta resolver sus conflictos familiares.

Estaba contra la pared de un cuadro cubista, de que artista. Una réplica de Paul Klee, "Senecio". Pero sus trazos deformes de una máscara me recordaban al rostro de Gaia. Algo debe esconder en su interior, que la hace tan interesante, y misteriosa. La curiosidad es hija del rigor. No quiero poner a prueba lo que no quisiera saber.

- Deja de soñar Júpiter, ya te lo he dicho – Me digo a mi mismo. -

 

Ya es hora de irse. En el metro, en pleno viaje, llego a mi destino. La universidad de historia. Sin descuido, veo a Gregory con Luna, un tic en mi cabeza, mezclo un sueño.

- Voy a invitar a Luna a salir..

 

**/** - Impase de la memoria.

 

- Estamos saliendo.

 

**/** - Impase de la memoria.

 

- Claro que no estamos saliendo –

- Si lo que se conoce como demonio de Laplace.

- Claro, dos partículas conectadas…

 

**/** - Impase de la memoria.

 

 

 

Al regresar en mi, ambos seguían su camino a lo que parecía un restaurante. Fui directamente al aula de estudio. Mi compañero de clase no se encontraba, a lo que se sentó delante de mí, una compañera de nombre Josefina.

**/** - Impase de la memoria

 

- La comida sabe mejor cuando tiene dueño –

 

La miraba atentamente, a ella que estaba delante de mí.

 

- Estudiantes, pronto tendrán los exámenes

- ¡Dios es cierto! ¡Los exámenes! ¡Debo prepararme!.

 

Al concluir la clase, no pida evitar pensar en ello. Y el profesor me pidió antes de retirarme que fuera con él por unas preguntas.

Al acercarme. Estaba en frente de su notebook.

 

- ¡Sí, señor!

- ¿Júpiter no?

- Sí, señor.

- Deseaba preguntarte por tu práctico de sumeria.

 

El pensamiento de un futuro desastre se venía como una ola que parecía arrasar con la isla de mi mente.

- Si, dígame profesor. –

- Para ser concreto…. ¿Cómo puedo explicarte? Tiene una gran cantidad de información, como si alguien hubiese vivido allí en tiempo y espacio.

- ¡¿Eh?! ¿No entendí?

- De donde has sacado esa información. Incluso con fragmentos en escritura pictográfica cuneiforme, ni siquiera los libros traducidos, parecen tener tales datos.

- ¡Estem..! Bueno..yo...

- No, me digas nada. Es solo colocarte la mayor nota. Es una gran trampa, o eres un experto investigador que ha viajado a medio oriente a las regiones de Irak en el rio Tigris y Éufrates. -

- Casualmente, tengo familiares que forman parte de lo que es la rama musulmán – Dije para evadir el problema –

- ¿Habiendo tantos conflictos?

- ¡Bueno! ¡Je! ¡Je! No son un problema los terroristas.

- ¡Ya veo! Solo te he enviado por email, los puntos que me parecieron interesante y a la vez extraños. Juegas mucho con la cosmogonía, y la mitología como una realidad. Los avances parecen de la era actual, pero no sales del foco de un arqueólogo.

- Bueno también, debo mencionar que mi padre es arqueólogo – Dije nuevamente salvando el inconveniente de un trabajo que no pude realizar.

- A eso podría explicarlo, de todas maneras es extraño que un experto en la materia, se dedique tanto a la mitología. Bien, no te distraeré un segundo más. Revisa el email que te he enviado.

- Muchas gracias profesor. Mis saludos

- Saludos.

 

Al salir del aula, me encuentro con Josefina. Aquella dama

 

- ¿Fue una plática ardua no?

 

- Si, más, o menos. –

 

- Me clavas la mirada como si no te acordases de mí. –

 

- Perdón he estado un poco cansado con las presiones de todas las actividades.

 

- ¡Ja! ¡Ja!. No hay problema, ¿Quería invitarte si quieres ir a tomar un refresco?

 

- Lo siento, no podré ir. Estoy ocupado con unos informes de mi trabajo

 

- ¡MMM! Es muy rebuscada esa excusa Júpiter. Debes aprender a mentir. –

 

- ¡Es la verdad! – Dije.

 

- No importa, pronto debemos juntarnos a estudiar. Espero ese día la próxima semana

- ¿La próxima semana?

 

- Claro quedamos para principios del mes de Agosto. 5 de julio, un viernes. – Expresó ella, y su teléfono comenzó a sonar – Hola… - Atiende – Si, disculpa..Júpiter nos vemos. No olvides la cita de estudio.. – Se va saludando, luego regresa. – Me olvidaba que debemos pactar el lugar para reunirnos.

- Bueno puede ser una casa. – Dije despreocupado. -

 

- ¿Una casa? ¿¿Qué?? ¿No querrás seducirme? ¡Planeta perdido! – Dijo un tanto hiriente – ¡¡..¿?..!! – Se colocó el dedo en sus labios como pensando – ¡Ahh! Seguro que quieres coquetearme. No. No lo siento. Esto es solamente estudio ya te he dicho seguro. Te agradezco. Aparte de ello, tú eres casado. Y no me gustan los triángulos amorosos. Y tu vida parece muy chata. Y no se puede, sería todo muy difícil vernos. No quiero ser la segunda, ni tampoco tercera si tienes a otra,

 

y eres de esos tipos, y aparte….no podríamos porque somos polos opuestos, así es el destino de los no correspondidos, lo siento por ti. Mis disculpas.

- ¡¡¡¡¿¿¿¿¿?????!!!! ¡¡Oye!! ¡¡¡¡Oyeeee!!!! ¡Dije una casa para solo exponer una idea!!– Le aclaré con gritos. – ¡Maldita lunática! Esta mujer es especialista en rechazar de forma completa – Me dije a mis adentros.

- ¡Ah! Lo siento – Lanzó una leve risita – ¡Bueno adiós!

 

Ella retiraba por un lado y yo por el otro.

 

- ¿Cita de estudio? ¿Cuando fue que acepté?

 

Prefiero regresar a casa de inmediato ¿De todas maneras no puedo aceptar, o si? El matrimonio es arreglado, no habrá problema, si se lo digo a Gaia, y solo es para estudiar.

Al llegar al camino, veo el edificio con las luces prendidas en todas las ventanas. Sentado allí mirando el suelo con una lata de cerveza, se encuentra Gregory.

 

 

Al encontrarme allí sentado a Gregory estaba con templando el suelo. Parecía no querer observar más nada que líneas de contornos adyacentes e irregulares y con ello con sus dedos iba manipulando figuras abstractas que solo un escritor puede imaginar como con las palabras. No tuve remedio más que acercarme. No solo por él, sino por el paso a ingresar a las escaleras el cual él bloqueaba.

- ¡Buenas! - Saludé

- ¡Ey! – Levanto la mirada - ¡Hey! Júpiter ¡que sorpresa! Perdona si estoy justo en el paso.

- No descuida – Dije. Luego me armé de cierto interés para saber ¿Qué ocurría? - ¡Viejo! ¿Te encuentras bien? -

- ¡Oh! Nunca estuve mejor y levantó su lata en un brindis

- Parece que bebiste de más.

 

- ¡¡Naa!! Solo un poco ¿Y tú?

- Podría ser peor

- ¡Ja! ¡Ja ese ánimo tuyo es muy apreciable.

 

De cierto modo podría haberme retirado, sin embargo la lógica de las relaciones humanas funciona de ésta manera cuando se trata de un desinterés nato propiciado por un ermitaño, cuya bandera de vida es la soledad. Si. Lo era, pero algo ocurrió. Ahora no era esa mi misión. Lo mío era tender una mano a un amigo. O al que sentía un amigo. Era solo ayudarlo a levantarse, y escucharlo. Luego con el tiempo podrían sucederse esas extraordinarias soluciones.

- ¡Ven viejo! Esa cerveza parece añeja.

- Sabe bien.

- Una fría saldría mejor.

- Hay un local que las vende a buen precio. Y de paso le llevaré a Gaia.

- ¿Es una invitación?

- No sea idiota. Te vendrá bien escupir las malicias del día.

- ¡Ahh! Las malicias. La vida está llena de esos improperios fatales que se toman con unas pastillas para dormir. Así es como funciona.

- Si, pues. No es necesario destruirse para volver a reconstruir. Para ello existen otros métodos

- No por el momento no intento suicidarme.

- ¡No es necesario! Solo descargo emocional de palabras.

- Es lo que los borrachos llaman desahogo.

- ¿Cómo te ha ido con Luna? – Al preguntarle, sucesos extraños vinieron a mi mente. El silencio de tumba de Gregory suponía un desastre. De inmediato visualice el metro y el diciéndome que salían hace unas semanas. Luego que saldrían. Luego luna hablándome..me..situaciones del pasado.

 

- Luna es una gran científica. Utiliza la física para determinar compatibilidades.

- ¿Y resultó que ustedes no son lo que se esperaba?

- Las leyes de universo son extrañas. Di mis mejores discursos, no obstante no alcanzaron las palabras. ¿Qué irónico no? A un escritor no le alcanzan cuando deberían sobrar ellas.

- Quizás no es que no alcanzaron las palabras. Quizás nunca llegaron a ella. Es difícil romper un bloque de hielo si es que lo hay.

- Mira que intenté asediar su corazón, pero para ella la regla máxima no tiene que ver con emociones sino con una energía que según ella nos une.

- Declararse es todo un arte del amor – ya teníamos nuestras cervezas y brindamos.

- ¡Bien dicho! ¡Salud!

- ¡Salud!

- ¿Y tú? ¿Qué dice el hombre del matrimonio?

- Que decir..es muy pronto y todo es extraño. -

- ¿La amas?

- ¡¡Claro que sí!!. ¡Qué pregunta es esa! No podría explicarlo lo que hace por mí – En mí rostro se dibujó en cierta emoción

- Esa debe ser la compatibilidad a la que se refería Luna ¿Y ella?

- ¿Ella? Es un tornado que gira y atrae todo a su alrededor.

- Si la metáfora fuera tan simple. No contestaste más que decir que ella es atractiva.

- ¿Supongo que sí?

- ¿Cómo que supones? ¡Estas casado Júpiter!

 

No podía realmente decirle la verdad. Me remití a mentir de mala manera.

 

- Si, ella siente lo mismo.

- Eso está bien.

 

- ¡Sabes cuando no vivía aún Gaia conmigo! Encontré a Luna de la misma manera que tu. Solo que tenía en su interior algunas lagrimas que luego florecieron.

- Ella también intentó conquistar una ciudad y fracasó.

- ¿Te narró los hechos?

- No es algo que pueda ser tan interesante. Rechazado para rechazar.

- ¡Y se rindió!

- Lo hizo por misericordia a ella. Era mejor que cercenar la dignidad.

- Así fallecen las historias de amor – suspiré – ¿Y ahora que harás?

- Seguiré mi vida de escritor

- ¿Y si le escribes algo?

- ¿Cómo qué?

- ¡Vamos! Tus eres el experto en materia ¿Me dirás qué no sabes?

- En la historia Pirro de Epiro, supuso que conquistaría Italia y lo hizo. Está bien que fue una guerra descomunal. Pero puso todo su clamor en conquistarla y logró su cometido. Marcelo la espada de Roma en la Siracusa de Arquímedes y Alejandro en Persia. ¿Y tú no puedes conquistar el corazón de Luna?

- Eres extraño con tus ejemplos Júpiter. Es una batalla difícil.

- Soy historiador y comprendo de batallas. El corazón es un fuerte inexpugnable, pero no imposible. – La oratoria me dio un poco de valor sin darme cuenta de ello.

- Entonces nárrame una historia de amor.

- ¡Bien lo haré! Aunque eso de narrar es tu terreno. -

- ¡Entonces lo haré yo! – Se incorpora del suelo Gregory y levanta su lata de cerveza- ¡¡Salud y por las palabras que se dirán!! -

- Por las palabras ¡¡Salud!!

 

Podemos regresar me plantee, luego de tanta palabrería. A veces se precisan algunas para aclarar los sentimientos ajenos. Encaminarlos si se puede. Gregory pensará que seguir arriesgando es doloroso, pero adictivo. Va tras Luna luego del rechazo. Me pregunto, ¿Si lo mío con Gaia no lo será? Nuestro matrimonio se gestó habiendo una mentira, y tengo sueños de una vida bella desde el comienzo, no obstante son sueños, que no forman parte de lo vivo con ella, sino una relación tajante y amistosa. Si aparentamos ante el público que nos observa la burda satisfacción de la felicidad mal dicha como felicidad. E incluso nos tratamos como si fuésemos un caso de años con diálogos trillados y llenos de sentidos en doble intensión amistosa.

Entre ella y yo, se forma a título de distancia, un vacío. Estiro los brazos y mis manos a ella, pero ella no. No lo hace, y apenas dirige su mirada. Es como un cuerpo estoico que no se inmuta.

Realmente dije si, ¡Acepto!, el día que me pidió casarme porque sentí en mi interior que era la mujer que tanto busqué. Las citas eran un complemento que justamente no ayudarían a conocernos. Pero eran solo parte de la vida de conyugues. Sentí que éramos el uno para el otro. Y si bien todo el vericueto de su historia, su familia, su amor imposible son obstáculos, tampoco pienso rendirme. Estoy dispuesto a darlo todo. A volar alto y estrellarme contra las rocas todas las veces posibles para que un día en ese abismo en que ambos nos coloquemos, mis manos puedan alcanzarla. Y ella me abrace al recibirme. ¿Acaso es mucho pedir?

- ¡Estás perplejo, Júpiter!

- ¡Oh! Lo siento Gregory. Solo me perdí.

- No son precisas las excusas. Puedo leerte en tu rostro. Tus problemas no son los míos, sin embargo estamos en el mismo barco.

- Hay que remar lo que más se pueda. ¿Debo determinar que sabes lo qué ocurre?

 

- Lo tuyo y Gaia ¡Mmm! Suposiciones de una realidad ficticia.

- Eres muy perspicaz.

- No. Solo leo situaciones.

- Eso te hace un ilustre ciudadano en la mesa del ágora.

- ¡Ja! ¡Ja! ¡No, pero muy agradecido!. No soy nada intelectual

- Pero sabes interpretar.

- Deductivismo y empirismo.

- Van de la mano.

- Estamos como te dije en un barco tratando de llegar a nuestras islas.

- Hay que remar te he dicho.

- Si, y también saber manipular el timón.

- Eso es cierto.

- ¡Bueno!, Ya llegamos. Sera hasta mañana Júpiter. Gracias amigo por escuchar a éste tonto.

- Para eso estamos.

 

Se alegró Gregory, mientras ascendía por las escaleras y dio vuelta al pasillo. Un saludo más y desapareció entre la puerta y el interior de su departamento. Al abrir la puerta del mío. Gaia estaba escribiendo en un anotador. Como siempre me sonrió.

- ¿Tuvieron buena plática? Mejorará su situación. El amor no es un candado que no se pueda abrir.

Ella lo sabe todo. Debe ser adivina.

 

- Solo el destino podría saberlo. Como el nuestro ¡Ah! ¡Por cierto! ¡Toma! Es la marca que te gusta – Le pasé la botella de cerveza. En su rostro se dibujo una mueca amigable

- Tú ¿Tomaste lo suficiente?

- Solo para oír los lamentos de Gregory y saber de los míos.

 

- ¿Que necesitas saber de ti Danna? ¿Que no sepas?

- Muchas cosas.

- ¡¡¡Ahh!!! No te comportes como si fueras una caja de sorpresa donde va salir un muñeco chistando.

- Tus ejemplos son adorables.

- También son dardos al alma.

- Graciosa ¿Y tú?

- Yo siempre estaré bien – De inmediato noté en ella al servirse de

la botella una lentitud magnánima en desear sostener el tiempo. Luego su rostro parecía un lamento.

- ¿Sucede algo?

 

Se inmuta solo tres segundos. Suficientes para perpetuar dudas.

 

- ¿Eh? No. Todo se encuentra en su lugar.

- ¡Bien! ¿Qué te parece hacer algo juntos? Nunca hacemos nada. Me la paso soñado una vida llena de aventuras.

Gaia se contuvo en silencio.

 

- Eres todo un soñador Júpiter

- De antemano reconozco que lo nuestro no durará demasiado ¿Por cierto y ello? ¿No te has comunicado con tu familia?

- Todavía no. Pero despreocúpate. Todo se encuentra en un orden cósmico.

- Eso suena a libro de ciencia ficción de bolsillo.

- ¡Je! ¡Je! Somos de mundos diferentes Júpiter. Universos diferentes, tiempos diferentes, vidas diferentes. -

- ¡Síp!, Me he dado cuenta de ello. Yo soy Júpiter tu protector ¡Ja! ¡Ja! Y tu Gaia, la tierra.

 

- No me refería a eso – Gaia se había tomado el vaso completo y se sirvió más. Era increíble que tomase liquido salvo en la comida. Nunca la había visto tomar alguno. Pero el alcohol hizo efecto inmediato.

- ¿A qué te referías? – Pregunté. Gaia siguió tomando. Y yo me intrigué por la sola respuesta.

- Danna! Es muy deliciosa esta cerveza. -

- ¡¡Ya te embriagaste!!

- Vamos a ver una película de terror. Tengo la casa de al lado.

- ¿Te gustan las películas de terror?

- Son mi ideal ¿Quieres practicar con alguna? ¡Hip! ¡Hip! A parte te lo había dicho ¡Hip!

- No gracias. En el estado que estas deberías irte a dormir. ¡Eh! ¿Cuándo

me lo dijo? ¡Ah! Ebria perdida en sus palabras.

 

Gaia se incorporó lo mejor que pudo. Por suerte cenó algo antes para no irse a dormir con el estomago vacío.

Me preparé y al estar realmente cansado me arrojé en la cama. Gaia roncaba en la suya. Pronto me dormí.

***//*** Impase de tiempo. -

 

- Oye la casa de al lado es una gran película.

- Te aviso que odio ver terror gore.

- Es misterio, aunque podría tener algunos retoques bastante excesivos.

- ¿Parece que sabes mucho del tema?

- Su director es un genio de los efectos. Tiene otros filmes de zombis y una de fantasía épica de terror. Y por cierto pronto saldrá en cine una nueva de viernes 13.

- ¿Otra de viernes 13? ¿Llevan cincuenta?

- ¡Y de todos los gustos!

 

- No son de mi agrado. De hecho el terror no es algo que me agrade.

- ¡Conmigo deberás ver muchas! Tu vida será un terror ¡¡muejeje!! – Lo expresa con una sonrisa macabra y ojos desorbitados. -

- Gaia – Le digo con semblante irónico – ¡Mi vida ya es un terror!

- ¡Eso ya lo sabía desde que te ví antes del accidente!

- Tus cumplidos son como gotas de agua acidas de la ducha que caen en mi cabeza. – Respondo con sutileza de quien ignora a su receptor.

- Me encanta asearte de verdades que puedes entender sin actuar ofendido. Es como desligar la culpa al ataque. Debe ser por eso que nos llevamos tan bien ¡En fin! ¡Dejemos las irónicas frases! Y vamos a verla.

- Bueno. Iré a encender el productor. ¿Por cierto cómo se enciende?

- Júpiter deja que lo haga. Siempre te olvidaras. Espero recuerdes un día cuando desaparezca.

- ¿Cómo?

- Nada. – Ella enciende el equipo – ¿Júpiter?

- ¿Dime?

- ¡Me haces feliz!

- ¡¡Estem!!¡Gracias! – Me mantuve inmóvil observándola. Su brillo se distorsionaba con la luz del living. Y una sombra perpetua, copiaba sus gestos y palabras. Era como si quisiera abrazarme fuerte con esa energía poderosa.

Gaia sonríe.

 

Al otro día desperté muy temprano.

 

- ¿De qué trata la película?

- La casa de al lado.

- Gracias. ¿de qué trata la película?

- La casa de al lado

 

- Si Gaia, ya sé que es un tugurio de cuatro paredes estilo mansión lúgubre. Eso es normal en éste género. ¿Pero de qué trata?

- Si ya sabes que es una casa. ¿Qué puede suceder en ella?

- ¿Matanzas supongo?

- ¡Bien hecho Júpiter¡. ¡Te ganaste una galleta!

- ¡ey! No soy una cotorra. A parte si es obvio que habrá matanzas, no va ser un hogar de alegría. Quién es el asesino?

- Eso te lo dirá la película.

- ¡Mmm! ¿Hay alguna mujer hermosa que se desnuda y la matan no?

- Pervertido

- ¿Por qué demonios? Siempre las hay. Bueno hay hombres desnudos que los matan

- Más pervertido

- Bueh! ¿Es la casa de al lado?

- ¡¡¡Shh!!! Ya empezó.

- Buehh mira esos efectos de cine son muy básicos. Debe ser de bajo presupuesto.

¿Cuánto se habrán gastado en ella?

- No lo sé, ¡¡¡ni me interesa!!!

- Yo digo el presupuesto es importante. Hubo una película una vez..

- ¡¡¡NO ME INTERESA!!!

- ¡¡Va!! Te lo pierdes. Es la casa de al lado.

- Ya dijiste el título

- ¡Ahí! ¡¡Esta todo oscuro no se ve nada!! ¡cuidadooo! Uf

- ¡¡¡Shh!!

- Noo!! ¡¡ Cuidado ahí!! ¿Qué dijo? No entendí. ¿Qué dijo cuando dije no entendí?

- ¡¡¡NOO LO SÉEEE!!! ¡¡¡CALLATEE!!! ¡AHHH!

- Bueno guardo silencio. Tampoco es para asustarse. Tanto problema por un asesino. Ah es un tonto el hombre entrado por el otro lado y no lo mataban.

 

Gaia se aferra a mi fuerte por miedo.

 

- ¿No era que te gustaba el cine de terror?

- Sí, pero no dije que no me daba miedo.

- ¡¡Uh!! ¡Cuidado! Otro tonto que mataron. Mira esa hacha en la cabeza es utilería barata.

- ¡¡Shh!! ¡¡Por Dios!!

- La casa de al lado ¡¡¡ Ahhh!!! Ya me contaron cómo termina. El monstruo era hijo de una familia loca exterminada. Lo matan en el pantano detrás, pero mueren todo menos la mujer de cabello rubio.

Al decir esas palabras creí que el monstruo era Gaia.

 

***//***

 

Al otro día desperté temprano. Al otro día desperté, y tenía un chichón en mi cabeza. Debo haberme golpeado con algo. Bueno cuando uno duerme por completo no se da por enterado de nada de lo que ocurre alrededor.

Gaia, continuaba durmiendo plácidamente en su cama y balbuceaba tal vez entre sueños palabras en un idioma desconocido ¿O eso pensé? No por cuestiones que parecieran extraordinarias uno podría certificar que hasta sus sueños son un mar de olas que te sorprenden.

El día arrancó como siempre y ya teníamos los resultados de los elementos de la sala Hades. Pronto podríamos comenzar los preparativos. Recuerdo que debía ver el email de la universidad de la clase de historia antigua. Y había complotado para estudiar con Josefina. Algo que no debería producir molestia en Gaia.

En mi hogar mientras tanto Gaia realiza quehaceres de la casa. Espero no se encuentre generando algún sismo con sus ideas y locuras.

- Volviste a jugar con el tiempo –

 

- Si, es que pasamos buenos momentos. Aunque es irritante. ¿Y a ti? No te fue bien

- No, no es que no me haya ido bien. Pero sabes que no es algo del que pueda darme gusto.

- Dices las mismas palabras que alguna vez te exprese. Hemos tenido tantos momentos que no se en cual habrá sido. No deberías seguir mis pasos. Y lo sabes bien.

- No los sigo, solo cuido de ti como debe ser. Ya veremos que haré con él.

- ¿Pero algo no te atrajo?

- Ahora se invirtieron los roles. Eda pregunta te la he formulado una vez.

- Y te he contestado – dijo mofándose con orgullo

- .....No lo creo…..¡¡¡Uff!!!… de ser así, no estarías jugando con él.

- No digas eso. Jamás jugaría con él. Él, él es….. –

- Tomate todo el tiempo del mundo para saber de él. Aunque ya se cual será el resultado.

- Estábamos hablando de ti. Ya deja mi matrimonio en paz.

- Ya veré que hacer con ese hombre de palabras.

- Algo debe gustarte, tú no eres de acceder a salir. De hecho desde que llegaste nunca lo has hecho. Sigues llorando por alguien que te dejó y no te abres a nada que pueda asimilarse.

- Bueno, por lo menos, no estoy escapando y viviendo ilusiones.

- Nadie te pidió el consejo de hermana mayor.

- No soy tu hermana. Solo tu protectora. Y como tal debo velar por ti. Tus padres querrán conocerlo a Júpiter.

- Pronto.

- ¿Y qué harás?

- Lo que hago siempre.

- Va a descubrir todo tarde o temprano.

-Solo si me descuido.

 

- ¡¡¡!!!..... ¡¡mmmm!!

- ….dejemos que todo fluya ¿Te parece bien ir de compras?

- Nada mal para su alteza ¡¡¡Ja!!! ¡¡¡Ja!!!

- Graciosa. No es preciso que te dirijas de esa manera.

 

Ambas al concluir su media mañana salieron de la casa. Gregory descendía de las escaleras rápido, casi corriendo, y no se percato de ellas. Sin darse cuenta dejo caer dos hojas de un borrador de escritura que llevaba con prisa.

- ¡¡Gregory!! – Gritó al recoger tales hojas.

- ¿Qué ocurre? – Gaia salía de la casa cerrando con llave la puerta.

- Éste tonto dejó caer unos papeles. Y se largó en seguida.

- Bueno. No debe ser grave. Contáctalo y se los devuelves.

- Pero…

- Pero.. nada. Puede ser importante.

- ¡Sí!….sí. – Agachó la mirada.

- Luna deja de ser tan dura. – Colocó una mirada distante. – el destino puede que haya intercedido con ese pobre hombre. Bueno, alguien tiene que hacerlo.

- Porque será que lo mismo podría decir sobre ti.

- Vamos o llegaremos tarde.

 

 

 

- Júpiter tengo los estudios. – Expresó Erwin – Y no son nada alentadores. Ni siquiera conclusos. A decir verdad deberíamos guardar la mayoría de estos objetos.

 

- Erwin, no me asustes. Ya me doy por enterado de que los resultados no llegaron a ninguna conclusión.

 

- Es muy simple Júpiter, todo esto puede ser una estafa. Ya sabes utilería barata que fue adquirida con el tiempo. Hable con el Jefe. La idea principal es armar una sala de elementos extraños, de los cuales hablan de temas ocultos. Fíjate que tenemos figuras extrañas, que parecen salidas de la catástrofe de la edad media, por lo que sugerí que cambiaran el nombre de Sala Hades a Sala de la Parca. ¡Ja! ¡Ja! Aunque no quiso, pero expondremos elementos de alquimia, de ocultismo, las figuras de las efigies

 

- ¿Hay de ocultismo y alquimia? ¿Momento? Esos libros, no estaban, o por lo menos no los catalogué en mi informe.

 

- Júpiter, te encuentras perdido en el espacio. Hicieron bien tus padres en colocarte ese nombre. Y aparte de Anónimo. No te registran. Los libros los colocaste tú, al igual que los recipientes, y cuadros alquimistas.

 

- ¡MMM! No lo recuerdo. Puede que esté muy cansado por ello, de todas maneras. Es muy sorpresivo.

 

- Estás loco Júpiter. No es nada sorpresivo. Al contrario. A las personas les encanta todo lo que tenga que ver con estos temas, y sobre todo la leyenda que ha corrido por años sobre aquel fantasma, o figura y los asesinatos. Podemos dar un buen show.

 

- Gracia por la clase de marqueting Erwin, pero te recuerdo que es un museo, no un parque de diversiones, ni agencia de publicidad ¿Y ello?, también esa forma capitalista me irrita. ¿Ese fantasma que haremos?

 

- Fue el jefe el que tuvo esa idea alocada, ¿Y qué fantasma? No seas idiota

¿Crees en eso? Jamás apareció. Son solo leyendas. Prefiero creer en que saldrá una cerveza sin alcohol. En otras palabras nunca. -

- La vez que entré...un flash borroso se suscita en mi ....

- ¿Sí?

 

 

- ¡No nada! Si supongo que es una falacia literaria oral.

 

 

- Eso me encanta de ti. Tú vas a dirigir la Sala Hades.

 

 

- Bueno eso ya lo sabía.

 

 

- Sí, pero también toda la orquesta fantasmal.

 

 

- ¿Eh? ¿Qué le pasa al jefe? No soy ningún payaso,

 

 

- No, pero tienes talento. Bueno niño, me voy de aquí. Debo ir a cubrir otro evento. Prepara todo como para ya dar por concluido el asunto de la majestuosa Sala Hades.

Erwin se retiró así que no tuve otra opción que firmar su papeleo. La sala ya tenía un orden predeterminado. Se habían colocado la mayoría de las piezas. Había unos dibujos colgados como cuadros en los cuales un sol iluminaba un árbol de frutas y dos personas levantaban sus manos. Luego otro en la cual se habría varias puertas y uno hombre con una toga oraba unas palabras. Y así se encontraban otros, de la misma especie. Era el arte alquimista del oscurantismo. El tiempo en que se intentaba encontrar la llamada piedra filosofal, y la eterna vida. Libros antiguos con dibujos y escritura de símbolos. Caminé por los alrededores para familiarizarme con ello, pues estaban las estaturas de las

 

figuras anómalas. Era cierto que en esa época se tallaban como podían. No existía una alineación. Hice una vista completa y fui por el corredor. Ya no temía a ese fantasma; posible espectro. Era como si el miedo se hubiera esfumado por completo. Recorrí hasta la entrada de la sub sala. Allí había nuevas estatuas, y la efigie que me miraba como altanería, daba miedo el solo inspeccionarla. Era idéntica a la que teníamos en nuestro hogar con Gaia.

¿Ahora que lo pienso? ¿La habrá traído ella? No me percaté de preguntarle, podríamos tener un dato. Pues si es de su isla, ya tendríamos información fidedigna. Seguiré inspeccionando.

A la hora apareció la chica de coletas, mi supervisora.

 

- ¡¡Rayos!! Buen momento para cruzar a Rigel. -

- Júpiter. Has hecho un buen trabajo, a pesar de ser ti.

- Intento lograr al máximo mi desempeño como trabajador de la institución. Todos lo saben – Era una dama desagradable, pero no mala. Pero su sarcasmo era intolerable.

 

 

- ¡Je! ¡Je! Eres de responder adecuadamente. Me parece que eres un tipo absurdo, pero eso me agrada. Será una antipatía que no se justifica con nada, pero que da un tanto de placer en el estudio de los terceros mundanos

- Gracias mi lema es mantenerme firme en mis conceptos para que la gente se sorprenda cada día con mis explicaciones y dejen de molestar preguntando.

- No está nada mal. La próxima semana inauguramos la Sala Hades

- ¡¡¡Pero!!! ... ¡¡Restan muchos arreglos!!

- Es lo de menos. Ya está la sala de forma adecuada.

- Es muy pronto.

 

- Es justo. Así que bien. No hay nada más que explicar. Prepárate para la próxima semana.

- ¡Entendido!

 

Se fue sin decir nada. Me mantuve firme. Ordenes son ordenes. -

 

- ¡Bien! , ¡Éste vestido está muy bello Luna!

- Si, es que lo elegí el otro día en este recinto comercial. Deberías comprarte uno. Para impresionar a tu marido. Es parte de la vida conyugal

- ¡No seas graciosa! No es que quiera comprarme algo para él….solo que no puedo, ¿O si podría?

- Vamos ¿No te gustaría impresionarlo' No le has dicho que tendrían citas

- De hecho quisiera, pero he aclarado que todo este matrimonio es una farsa. No me gustaría crearle expectativas de algo que no sucederá.

- A ti en alguna manera de atrae.

- Es que no lo sé. Realmente no lo sé.

- Vives enamorada a sueños infantiles, sin hacer nada. Tus padres, ese amor lejano que ni siquiera te conoce. Deberías comenzar a completar todo ese círculo que corresponde a ti Gaia. A tu persona. Podría seguir regañándote, pero no quiero arruinarte el día – Decía Luna firme con mirada furtiva. Gaia agachó la cabeza asintiendo, en silencio. Era cierto todo lo que venía diciendo, no obstante, dificultaba su estrategia para con sus padres. Ya habían pasado, sin saberlo diez meses. El tiempo para mí estaba inconcluso o eso creo. No solo para mí sino para todos. – Te diré todo lo que tenga que decir Gaia. Dios que frio que hace. Los inviernos en éste país son terribles, no se comparan a nuestra tierra.

- Allá, prácticamente no existe. La isla tiene un clima agradable comparado con estas estaciones.

 

- Bien, haz lo que debas hacer Gaia, de todas maneras puedes usar tu toque distintivo. ¿Y sabes a que me refiero? ¡Je! ¡Je!

- No es gracioso , para nada subalterna Luna

- ¡Ja! ¡Ja! Soy tu subalterna y tu amiga. No lo olvides, mejor dicho recuérdalo. ¡Ja! ¡Ja!

- Sigamos. Mira ese centro comercial ¿Es nuevo?

 

Las damas continuaban su paseo, y no se percataban que alguien las seguía. Era un ser con un sobretodo y sombrero. Llevaba un anotador en su mano con un bolígrafo.

Ellas no repararon en ese sujeto, aunque Gaia tenía una cierta intuición como para poder determinar el sigilo. Es tan extraña. Ya lo he dicho. Ese don, lo pude descubrir, una noche que estábamos en la habitación y cierto movimiento silencioso, hizo que ella despertara y fuera directamente a encender la luz, y colgarse del techo. Si, es un disparate. Así es Gaia. Y todo por una araña minúscula.

- ¿Qué haces?

- ¡Sentí un ruido extraño! Y desperté.

- ¡¡¡¿¿¿???!!!

- Es solo una araña.

- ¡Rayos! ¡Quiero dormir! ¿Qué hora es?

- ¡Perdona Danna! - Expresó, y miró su pequeño reloj. Al verlo me resonó en mi mente algo importante, un beso de ella que había soñado, pero antes un regalo importante. Un reloj - Buenos noches – Me sonrió y se volvió a dormir

- ¡Buehh Buenas noches! - Dije pensando en ello, y cerrando mis ojos. -

 

Otro día en el living a la cocina, fue corriendo con un palo de escoba. Estábamos merendábamos.

 

- Este café con leche esta delicioso.

- ¡Gracias Danna! – Su rostro se modificó mirándome, con semblante asesino, y tomó el cuchillo y se lanzó hacia donde me encontraba. Escupí el café del ataque.

- ¡¡¡¿Qué haces mujer?!!! – Grité.

 

Fue a la cocina, y detrás de ella ante el impacto, me dirigí también.

 

- ¿Qué sucede?

- ¡Nada! – Ladeó la cabeza negativamente. –

- Gaia ¿Dormiste bien?

- Siempre. Temí ver algo extraño detrás de ti.

- ¿Ves muchas películas de terror?

- ¡Sabes que me gusta el terror! Esto es distinto

- ¿No me digas que ves fantasmas? – Expresé con ironía. –

- Podría ser. TE quieren a ti.

- ¡¡¡¿Estem?!!! ¿Nuevamente repito estas bien?

 

Pronto se sintió un ruido extraño y luego otro. Eso me produjo un temblor. Desde ese entonces supe que Gaia, tenía cierto sensor. Lo referente a los fantasmas me lo reservé. Pues no fue el único episodio. Esto es todo un disparate, dije al principio, y lo sostuve.

Entonces ellas siguen su camino normal, siendo seguidas por alguien que con su atuendo se esconde. Las damas continuaron e ingresaron al centro comercial. Subieron las escaleras y caminaron por los corredores en los cuales había otros negocios de ropa elegante sport. Gaia aprovechó para comprar una sudadera, y un vestido. Lo mismo Luna.

- ¿Lo viste?

- ¡Ejem!, ¡Es hermoso! -

- ¡Lo quiero! -

 

Luego de probarse varias prendas salieron de allí, y fueron a la sala de comidas rápidas, para beber una gaseosa. Pidieron dos con unas hamburguesas, sabiendo que ya era mediodía y podían almorzar algo ligero, para continuar. Gaia, no es de tomar líquidos, sin embargo a medida que fuimos conviviendo comenzó a tomar el agrado de beber. Pregunté el por qué de no ingerir líquidos en la comida', ya que era importante. Respondió con un análisis científico en base a que los líquidos entorpecen la digestión. Algo bastante extraño. Si es fundamental para la existencia la infusión de agua. No era de agua sino otros líquidos sintéticos a base de agua. Nunca deducí aquello que expresaba. Era como una locura. Con el tiempo fue adquiriendo la costumbre. Posiblemente en su isla no lo hicieran. Las culturas terrestres somos muy diferentes en tantos aspectos. No quisiera pensar que existan otras más complejas y absurdas. Esa última palabra es orientada a la nuestra. Todas son extrañas.

En fin concluyen su comida, e hicieron unos momentos de receso para descansar el estomago, o mejor dicho una digestión afable para proseguir su periplo comercial.

- ¿Deberíamos continuar? - Preguntó Gaia. – Estoy un poco exhausta. –

- Claro que sí. Todavía hay mucho que ver.

- ¡Uff! Tú no te cansas.

- Debo llevarte a todos lados princesa. ¡Ah por cierto! ¿Decidiste que vas a estudiar? ¿Volverás a antropología? Podrías dedicarte a la ciencia, como lo he hecho.

- Para nada. Me encanta el arte, aparte tú ya venias estudiando bio -- tecnología, y física. Lo que tengo ánimo de estudiar son orientaciones al arte en todos sus aspectos.

- ¿Podrías llevarlos a la isla y emprender un negocio?

- No estoy segura. También la historia me atrae.

- ¡Ahh! ¡Ese debe ser Júpiter!

 

- No es eso. El tiene mucha elocuencia y oratoria en estos puntos. A veces cuando le preguntas sobre algún hecho, se levanta de la silla, y comienza con una rima de mímicas a explicar los acontecimientos. Es una maravilla en cierto sentido, el poder oírlo.

***//*** Impase de tiempo.

 

Gaia...la cuestión fue la siguiente…Arquímedes sabía de antemano que estaban atrapados ante el asedio romano. Por tierra las fuerzas se dirigían a toda prisa con catapultas y por mar los barcos estaban acechando el Adriático. Solo había un arma infalible, y era la mente de aquel hombre que si bien había ideado algunas armas con las cuales resistir tenía un haz en la manga. Los espejos ustorios. ¡Claro! No sabemos a ciencia cierta si fueron reales, pero según testimonios. Esos espejos concentraban el calor del sol radiante. Es la óptica de Euclides ya 300 años atrás. Arquímedes no tenía muchas opciones, por lo que coloco cada uno de ellos desde lo alto de la gran muralla, y un día del antiguo calendario, el puerto comenzó arder. Eran los barcos de Marcelo que ardían. Huyan del ardor de las llamas y de las luces fueron las palabras de varios legionarios. Las fuentes legendarias narran que un rayo parecido al laser destrozo cada barco…tiempo después caería Siracusa, pues como toda pequeña nación, lamentablemente muere con el tiempo. Arquímedes fue asesinado, y su asesino ante la falta de respeto también por su propia gente. Pero aún quedan hechos como aquel día que las luces interfirieron del cielo al mar…..

..El rostro de Gaia se había sonrojado, por las palabras de Júpiter. La fuerza de la oratoria, era emoción en sus mejillas. Su cabello rojizo se teñía en matices oscuros. Siempre que a ella le ocurría una situación en que la emoción subyugase su corazón su cabello tomaba vida y se despeinaba como si el viento los hiciera flamear.

- Gaia, te volviste a perder – Dijo Júpiter – Perdón si fui un tanto aburrido ¡Ja!

¡Ja! - Ella ladeó la cabeza negativamente feliz. –

 

- Solo escucharte es asombroso Danna. Siempre cuéntame historias. – Dijo feliz, en cuanto su cabello se elevaba como si el viento flameará.

- Toma – Dijo Júpiter, y le alcanzó un pequeño reloj – Te quería dar éste regalo. Si hay algo que me encantan son los relojes. Espero te guste.

- ¡¡Danna!! Es hermoso – Y beso a Júpiter en sus labios. -

 

***//***

 

- Gaia, ¡Te volviste a perder! – Dijo Luna. -

- ¡¡Perdona!! Soñaba despierta. –

- Tu sueñas muy seguido despierta Gaia, hasta incluso te pierdes demasiado. No debería decirte esto, pero el efecto Júpiter te está afectando demasiado, como a ese niño que no para de seguirnos, y ahora está escondido entre el mural del otro lado de uno de los mostradores de comidas rápidas. No, se que haré con él.

- ¡Je! ¡Je! Eres tan rígida, podrías darle una oportunidad, por lo menos para que no se autodestruya.

- Lo que menos quiero es eso. Es simpático, y atrevido, aún así no sería bueno que se metiese con alguien como yo, que solo vivo de la ciencia.

- Y de los malos recuerdos. Ese es tu problema grave. Deja el pasado esfumarse.

- ¿Ahora me vasa dar consejos?

- Siempre te los daré, para eso están las amigas ¿Qué tal si nos vamos yendo?

- ¿Por qué no? Dirijámonos al sector de tecnología, quiero ver los nuevos elementos para notebook.

Ambas se incorporaron de sus asientos, y fueron por un pasillo hasta dar con la escalera mecánica. La lentitud de la subida era notoria. Desde el extenso edificio comercial se veía parte de la ciudad.

 

- Mira, por allá se ubica el museo en el cual trabaja Júpiter.

- Parece un edificio vetusto, típico de los museos. Un día quisiera ir a visitar

- Podemos ir juntas, en el día de hoy.

- No lo sé. No sería mala idea.

 

Al terminar el recorrido, fueron por un pasillo que se cubría con un negocio. Luna estaba observando todo, y mientras ellas caminaban se volteaba a ver a Gregory escondiéndose. Su rostro se dibujaba con una cierta alegría que Gaia pudo determinar con poca intuición. Lo que de hecho alegró su sonrisa por su amiga.

- Espera aquí Luna.

- ¿Por qué?

- Solo unos minutos. – Dijo Gaia con un tanto de gracia. Ella se volteo y la dejó esperando, para ir hasta donde estaba aquel sujeto con su anotador.

- ¡¡¡Buenas tardes Gregory!!!

- ¡¡AHH!!..Eh…Estem............ Buenas tardes Gaia ¿Bonito

día no?

- Si, ¿No lo es? ¿Qué escribes? – Pregunta, y alcanza a leer antes de que él lo guarde."A ella le gusta la coca refrescante, me pregunto si solo eso, como su rostro es tan bello" - ¡Wow! De verdad eres un buen escritor

¿Cuando se lo dirás? – Pregunta nuevamente.

- ¿No entiendo de que me hablas?

- ¡Ohh! No seas tonto. Júpiter me contó todo. Y no estás aquí por casualidad. Ven conmigo.

- ¿¿Qué?? ¡¡¡No!!!, ¡¡no!! ¡¡Para nada!!

- ¡No seas idiota Gregory!.... Luna puedes venir.

- ¿No te escucho? – Dice Luna. Justo aparecen los dos.

 

- Bien, mi salida contigo se acaba aquí, quiero regresar a casa. Así que me retiro.

- Pero, ¿Y el museo?

- Otro día. Júpiter posiblemente vaya a la universidad.

- Pe..pero..

- ¡Pero nada mujer!

- Yo no quiero ser una molestia.

- ¡Tú cállate detective! ¡Y quédate con la dama!

 

Gaia se retiró del centro comercial saludando a ambos, en cuanto tomaba la escalera mecánica descendiendo.

- Bueno, perdona. Les arruine la salida.

- No es nada. ¿Por qué estás vestido así? ¡Pareces un espía de la KGB!

- No es eso, es que me gusta la ropa soviética.

- ¿Ahora me va a decir que eres de origen ruso? - Opinó con sarcasmo. Gregory en un descuido dejó caer su anotador. Lunar lo recogió.

…La amo desde el primer momento que la vi, y quisiera saber sus gustos y encantos. Quisiera conocerla, aunque sea de lejos. Tenerla cerca.

Así comenzaban las palabras de Gregory

 

..Le encanta su vestido coloreado. Como la física en sus manos, y las moléculas en su rostro que parecen arcoíris dibujando cielos. Me encanta esa libertad que tiene para moverse al caminar, para decir las palabras, para soñar.

No la conozco, pero quiero conocerla. Quiero ser parte de ella, y destrozar todos los muros que nos dividen y armar un puente a su corazón.

- ¿Tú escribiste esto? – Se sonrojo Luna.

- Bueno, ¡Sí! Son borradores, por eso es un ano..anotador – Titubea Gregory

 

- ¿Puedo quedármelo? - Sonrió ella. -

- ¡Estem!.. – ¡Sí!, claro - Se colocó la mano en su cabeza riendo levemente Gregory. – Oye – Luego agachó la cabeza – Perdona, si las interrumpí –

- Al contrario. Yo nunca había leído nada de ti.

- La otra vez que te invité, me quedaron claros las cosas. No quiero ser una molestia para ti.

- Quieres ir a tomar algún refresco. Tengo tiempo libre.

- ¡Claro!

- Y por cierto nunca eres una molestia. Me divierto y eres una persona muy especial. Mi escritor.

Gregory se alegro por ello, como si el espacio del universo estuviera a los pies de ambos danzando hasta que las estrellas dejen de iluminar.

Las risas y las anécdotas llegaron antes de lo deseado. No fue un rechazo como la primera vez, sino un enorme sin fin de sentimientos. Gregory se sentía a gusto. Ya había sido rechazado, y con certeza no se rendiría por nada para lograr que el corazón de Luna se ablandase lo necesario con las palabras precisas.

- Hoy es el día en que debo estudiar con Josefina. – Me dije. Al salir del trabajo, envié un mensaje para ella haciéndole saber que debía encontrarme con una compañera de la universidad.

- ¿Es la chica que te manda mensajes? – Contesto luego de un lapsus considerable de tiempo.

Gaia no parecía molestarle. Generalmente tiene la costumbre de poner en visto los mensajes, sin decir una palabra. Sin contestar ni nada. O todo lo contrario, envía innumerables emojis graciosos y corazones que completan la pantalla del celular móvil. Pero esta vez sí respondió de una forma extraña.

- Ten una buena jornada de estudio con esa mujer.

 

Al ver su mensaje un tanto falto de gracia. Sin tildes, ni comas. Eran palabras opacas con frívola forma e imagen. Podía imaginarla a ella escribiendo con escasa paciencia y meditando las palabras y luego borrándolas nuevamente. Me preguntaba si ella. ¿Estará celosa? No, sería una tontería de mi parte pensar algo tan sacado de contexto. Aunque es una mujer, tiene derecho a ponerse celosa. E incluso por ser mi esposa, por más que todo fuera una mentira, podría usar sus dotes de conyugue para darse el lujo de decirme de todo.

Acaba de llegar otro mensaje.

 

- Hoy pensábamos ir a verte con Luna al museo.

- ¿En serio? ¡Hubieran venido!

- Esta con Gregory.

- ¡Je! ¡Je! No se rinde ese desalmado.

- ¡Se parece a ti conmigo! Aún recuerdo cuando me salvaste la vida.

- Fue hace un buen tiempo.

- Pero no se olvida.

- Ya estoy llegando para encontrarme con Josefina a cenar y estudiar para el examen

Gaia no contestó nada más.

 

- Volveré tarde....Adiós….. – Me despedí. -

 

Seguía sin responder. Puede que se haya puesto celosa. Esa mujer es solo una compañera. Al rato minutos antes responde Gaia. -

- Podría estudiar sola.

 

Al ver su mensaje, me di cuenta de que a Gaia no le caía nada bien aquella mujer. Supongo que deberé dar explicaciones, aunque también es innecesario teniendo presente la situación. Bueno, solo voy a estudiar, tampoco a pasar una noche de pasión descontrolada, si entiendo que Gaia como todo ser humano

 

tiene derecho a ponerse firme ante esta situación con cierta diligencia mal pensada de su cerebro a imaginarse hechos inexistentes. Lo mismo hubiera hecho si me pasara.

Bueno parece que está justo allí. Frente a la pared de un restaurante amplio. Un lugar adecuado para cenar. En principio propuso su casa, pero me negué. Eso pondría peor a Gaia.

- ¡¡Júpiter!! – Se me lanzó encima con un abrazo afectivo. -

- Ho….Hola – Dije un tanto sorprendido. Su perfume a jazmín era muy fuerte y su bufanda de invierno se estiro por mis labios. Tenía un atuendo de blusa, con unos jeans, y zapatos. Su camisa relucía. Su cabello suelto amarronado con un saco de color oscuro.

- ¿Qué te parece este lugar para cenar y estudiar?

- ¿Eh? Es un buen lugar.

- Aquí. Se puede cenar, y podemos tener tiempo para lecturas y estudio. Es un restaurante con sitios privados.

Al ingresar en aquel sitio. Se notaba que era un lugar destacado, pero no para estudiantes. Tenía como el sistema japonés de karaokes, o ciber cafés, cuartos privados, en los cuales reservar para pasar el tiempo las 24 horas. Francamente nunca tuve el placer de poder ir a uno a divertirme. Mi forma pulcra ermitaña no me lo permitía. Puede que Gregory a estas alturas de mi vida, sea el único amigo que poseo, y apenas lo conozco. Todos los demás fantasmas que me habitan son solo personajes de paso.

- Júpiter deja de estar pensativo. – Comentó Josefina. Sin querer ya estábamos instalados en la mesa. Era un cuarto amplio con una pantalla, por si queríamos ver televisión, o jugar algún juego, o ingresar a internet.

Teníamos la carta de mesa allí. Eran minutas bastantes accesibles. Josefina pidió un Sándwich de jamón serrano, queso, estilo parmesano, por mi parte algo

 

ligero para no entorpecer la concentración con una digestión abusiva. Para beber se adelantó ella. Dos jarras de cerveza.

- ¿Cómo? ¿Qué dijo esta mujer? – Me pregunté. Vamos a estudiar, no a pasar el rato.

- Dos jarras de cerveza helada, por favor - Volvió a exprimir sus palabras.

 

El mozo de atención se retiró.

 

- ¿Cerveza?

- Júpiter. Sin cerveza, no se puede estudiar los puntos principales.

- Lo ideal sería un café.

- Te has quedado en el tiempo. Eso se hacía hace veinte años ¡Actualízate!

- ¡Oye! Eran buenos tiempos.

- No seas viejo. ¡Ah! ¡Estas casado claro! ¿Y cómo es la vida de conyugues?

– preguntó colocándose la mano en la mejilla sosteniendo su cabeza con el codo en son de una pregunta aburrida.

- ¿A qué va eso? – Pregunté un tanto anonadado. – Es algo normal. Nos llevamos bien.

- ¿En serio? – vuelve a preguntar ella. – ¿Salen mucho?

- Lo suficiente.

- ¿A dónde suelen ir?

- Restaurantes, cafés, cines. Lo normal. ¡Estem!...es un interrogatorio.

- ¡Je! ¡Je! Claramente - ¿Es una dama especial no?

- ¿Ella? De los más especial.

- ¿Algo que te haya cautivado?

- ¿Qué me haya cautivado? Hay muchas que podría decirse. Su cabello rojizo, sus mejillas, su manera de actuar, su mirada. Sus palabras. Cada una vale algo especial, único.

- ¡¡Mmm!! – Sueña despierta ella. –

- ¿Qué ocurre? – Pregunto con dudas -

 

- ¡Nada! Pero....Debe existir algo más profundo.

 

Por un momento medité, en cuanto ella me observaba fijamente los movimientos. A pesar de que lo mío con Gaia era una farsa, sentía que algo teníamos los dos. Algo muy profundo, y no lo podía determinar solo cuando soñaba. Y luego desaparecía queriendo que ello fuera realidad.

- ¿Si algo fuera especial, como lo catalogarías Júpiter?

- Si algo fuese especial, sería inimaginable. No podría describirse con ninguna palabra, o situación que exista en éste mundo.

- Bien. Te reformulo la pregunta si no es molestia. ¿Qué es especial?

 

Mi rostro cambió completamente imaginándome a Gaia en un campo de flores danzando entre ellas mientras los pétalos vuelan. Y todo a tu alrededor gira con ella como un huracán apacible de brisas.

- Ella tiene en su interior algo bello que no se puede explicar. Cuando la vi supe que era ella la mujer de mi vida. No puedo describirlo. Es raro es como que mi corazón cada vez que ella está cerca, late sin cesar. No tenemos los mismos gustos, ni ánimos. Incluso somos muy diferentes, pero hay algo en ella, y es que su corazón también late de forma acelerada cuando me tiene cerca. Es difícil de explicar, pues lo siento internamente y ella también. De eso estoy seguro

- ¡Ahh! Eso es amor puro – Dijo –Aunque el término de dos corazones que se siente me parece muy abstracto. Pero…..

Justo a tiempo llegó la cena, para concluir con aquella indagatoria. Íbamos comiendo y ella mientras degustaba bebía uno que otro sorbo de cerveza. El primero en terminar había sido yo, con una gula a gran velocidad, quería apurarme para sacar los apuntes.

- Júpiter, no te aceleres tenemos tiempo para estudiar el examen. – concluyo con cierta parsimonia –

 

Asentí y pronto tome mi celular para ver los mensajes. No tenía nada de Gaia. Y claramente de ninguna otra persona. Luego me incorporé a encender otra luz para tener mejor visión de los apuntes. Josefina había concluido de cenar, y pidió otra cerveza.

- ¿Qué haces Júpiter?

- ¡Hay poca iluminación! – Dije.

- Mira que eres raro. Teniendo esa luz es tan romántico.

- ¡¡¡¿¿¿???!!!

- ¡¡Ja!! ¡¡Ja!! Estaba bromeando. – Se ríe.

- ¡¡Mmm!!..... - - .....No es nada gracioso – Dije por mis adentros – Bueno comencemos – Saqué los apuntes del bolso, y empezamos.

- Sería buena idea usar la pantalla, para buscar información

- No me opongo. – Expresé, con cara rancia, sin observarla, más que a mis apuntes

- ¡Gracias mariscal! ¡Uff! Pareces un militar al que depusieron. – Claramente no escuché a lo que dijo.

- Bien los comienzos de la humanidad se analizan a partir del llamado homínido, pero antes, muchos antes se entrelazaban las evoluciones

¿Estamos de acuerdo?

- Si, y esa llamada evolución darwiniana, fue la que iba produciendo cambios, teniendo presente el ecosistema. El primer avance desde áfrica, en el cual en ese tiempo había un clima cálido, por eso la piel oscura y el pelaje

- Eso es más avanzado Josefina. Hay que analizar que el llamado hombre de las cavernas perdió en un principio el pelo, ¿y por qué? Allí podría establecerse el clima.

- ¡Mmm! Eres bastante inteligente Júpiter.

- Gracias

 

Luego de dos horas de estudio. Nos tomamos un descanso. Josefina me miró ya con dos jarras de cerveza encima, aunque sobria y se rió.

- ¿Cuál es la risa?

- ¡Je! ¡Je! No es nada. – Dijo. Ella tomó un apunte y se dirigió a mí. Sentándose a mi lado. – tengo algunas dudas con éste punto. – Marcó uno al azar. Yo me corrí unos centímetros de ella, debido que estaba pegada a mí, y era un tanto intranquilo para mí persona.

- Bueno este punto.... Y luego.... Hablaba solo prácticamente sin mirarla a ella.. Y el desarrollo de éste otro punto….. – Y al rato comenzó como a caer su cabeza sobre mi hombro a medida que iba conversando. Yo seguía hablando solo, y ella casi dormida susurraba algunas palabras balbuceadas que no se entendían.

- Júpiter eres muy agradable – Y se fue acercando a mí, a lo que me moví rápido en un acto reflejo, y ella despertó.

- ¡¡Ohh!! Perdón me quedé un tanto dormida –

- No te preocupes ¿Supongo que no escuchaste lo que dije no?

 

Ella parecía mirarse en si misma pasándose su mano por uno de sus ojos para quitarse el sueño.

- Estaba medio dormida, pero en ese ínterin, pude oírte, aunque di importancia a un sueño veloz en la cual me proponían casamiento.

- ¿Casamiento? ¿Qué rara eres?

- Siento un poco de celo de ustedes dos.

- Bueno encontraras a alguien – Le dije con sinceridad esbozando una mueca de cariño.

Ella me miró un tanto sorprendida

 

- .... ¿?... ¡¡Ehhh!!...¿Eh? ¡¡¡¡Ey tú!!!!... ¿no estarás coqueteándome? Lo siento pero no puedo, ya te dije. Tu estas casado, y tu mujer es maravillosa, no podemos. Somos distintos. No tenemos los mismos tiempos. Niño, eres muy cerrado, yo soy divertida. Nos aburriríamos ambos. No puedo, ni quiero.

Yo la miraba con el ceño fruncido. Otra vez divagando con palabras. Que didáctica que es para rechazarme. Perdí la cuenta

- Aparte, no podemos ser amantes, ni nada de eso, somos de mundos diferentes. Lo siento, mis disculpas, pero no se puede. Somos otras razas. Y no quiero ser segunda, ni nada, de ello. Lo lamente, mi amor es el mar, prefiero que seamos amigos.

- ¡Bueno! Bueno ¡Ya te escuché suficiente! – Le dije moviendo las manos gesticulando mi cansancio – ¿Cuántas veces piensa rechazarme esta dama?– Me dije hartado de oírla ese panfleto de palabras. No me interesa para nada.

- Sin embargo... - Y agachó la mirada – Eres agradable Júpiter. Ella debe estar muy feliz – Expreso con sus ojos mirando a la base de la mesa, y sus manos tomadas con los hombros encogidos. – No la dejes ir pase lo que pase –

- ¡Está bien! No es necesario decirlo. - Aunque, la realidad es que un día tal vez me diría que se terminaba la farsa. – Haré todo lo que pueda. Al final de cuentas es mi mujer.

- Bien dicho, aunque no se qué te vio eres zonzo.

- ¿No era agradable?

- Claro que sí, y zonzo también. –

- Bueno tu también.

- ¿Soy zonza?

- No agradable.

 

Ella sonrió. Parecía de la misma calidad que Gaia. A lo que esbocé una leve mirada.

- ¡¡¡Mmm!!!......¿Otra vez? Esa mirada libidinosa. No quieras coquetearme. Ya te dije no podemos. Tú tiene esposa, y yo soy una mujer firme y decidida, que no le interesan personas así que buscan la doble vida con amantes. Y aparte no funcionaria. Y somos de diferentes mundos.

- Aquí vamos de nuevo con el chip de palabras – Esta mujer es especialista para rechazar hombres. – ¡Bueh! ¡¡¡Ya te escuche suficiente!!! - ¡¡Oh!! ¡¡Es medio tarde!!, ¿Creo que es hora de irnos? ¿O continuamos estudiando?

- No y aparte tu eres…..¿La hora? – hizo una pausa para todas tus oraciones didácticas – ¿Estudiemos un poco más si te parece?

 

Proseguimos, aunque era pasada las horas de la madrugada. Al otro día no trabajaba, así que podría dormir, y dar algunos repasos a los apuntes para el examen de la próxima semana.

 

 

Al concluir y despedirme de Josefina, volví a mirar mi móvil estando en la calle a la espera del ómnibus. Todo estaba bien aparentemente. Hasta ver cinco llamadas pérdidas de Gaia.

- ¿Qué rayos pasó? – dije. Intenté llamarla, pero daba número ocupado. Nuevamente repetí el proceso, y ocurría lo mismo. Entonces envié mensaje – ¿Estás bien? ¡¡¡Tengo unas llamadas, tuyas Gaia!!! ¿No comprendo cómo no salían las llamadas? Luego de probar nuevamente, recibí como un contestador con unas palabras. Descolocadas. Eran como ruidos de una voz ronca y fantasmal.

- ¡¡¡!Grueee!!!....grryyye..greee..asii.fggg....gry….uu. – pronto parecía que mi oído estallaría. Colgué, y regrese a intentar al rato. No podía

 

discernir lo que fue ello, si daba escalofríos hasta el punto que mi espina se erizo con un frio inmediato.

En mi viaje por el ómnibus, iba probando llamar nuevamente. Una, otra vez, sucesivamente. Otra vez retomé la vos y ahora un pitillo agudo como si fuera un censor de alarma, ------------------------------------------------------------------------------- . Colgué, y

retorné al mismo llamado, hasta que respondió.

 

 

- ¡¿Danna?! ¿Si que deseas?

- ¡Gaia! ¿Estás bien? ¡¡¡Tengo algunas llamadas, de ti!!!

- Si, ¡estaba descansando!

- ¡Ahh! Había unos ruidos.

- ¿Ruidos? ¡Danna deja de imaginar cosas! ¿Seguro estabas ocupado con tu compañera?

- ¿Qué? No digas idioteces ¡REALMENTE ME PREOCUPE!

- ¿Eh? –Gaia se sonrojó – ¿Por mí?

- ¡Creí que te había pasado algo!

- ¡Estoy bien! – Dijo ella con un suspiro alegre – ¡Gracias Jupiter! ¡Gracias cariño por preocuparte por mí! – Dijo con una voz caída. De alguna manera se había alegrado por ello. O sintió que nunca nadie le había demostrado tal preocupación. Ella lo percibió con la voz. – ¡Regresa pronto!

- ¡Gracias! – Y colgué.

 

 

 

"Lo que no le agradó a Gaia fue una cruda verdad que podría ocurrir. El sentimiento del uno hacia el otro. Es simple. El hecho de estar juntos. De compartir momentos".

Cuando regresé. Sin querer estaba en dirección al parque. Esa plaza donde cruzamos la primera vez miradas. Donde la salvé aquel día del accidente. Y que

 

ella propuso casamiento, antes de tener una cita. Fue donde en una lluvia torrencial la encontré frente a la estatua del ángel llorando. Y donde todo se transformó en un sinfín de situaciones difusas.

¿Me pregunto por qué esa vez Gaia estaba allí? Estoicamente, firme, mencionando unas palabras. Me fui sigilosamente ante aquella majestuosa forma de mármol blanquecina. Y me dispuse a querer conversar.

Me miraba sin decir nada al respecto.

 

- ¿Vamos tú la conoces? Perdona, ni siquiera me presenté. Soy el esposo de Gaia. Bueno eso se podría decir. Ya que nos unimos en matrimonio no hace mucho tiempo. Aunque yo creo que pasó más del que recuerdo. Cuando la conocí fue aquí mismo. Con seguridad nos habrás visto. Y ocurrió un accidente en el que casi pierdo la vida. Antes de aquel hecho le pedí una cita. Realmente cuando la ví quedé totalmente deslumbrado. Era como si la persona que tanto busqué o fuera a buscar apareciese ante mis ojos.

Aquel busto solo me miraba y mientras le narraba mi vida con Gaia.

 

- Gaia me propuso casarnos y luego tendríamos una cita. Fue todo muy extraño. Tiempo después ella apareció en mi casa. Y celebramos la boda. Al principio fue todo normal y tuvimos nuestra cita. Luego convivimos como dos seres que se tienen y no. Y un día ella me dijo que todo era una falacia. A pesar de ello la comprendí. No me preguntes. Sera, pues porque quería ganar su corazón. No obstante la apoyaría en lo que fuere. La he visto alocada y desmadrada en todos los aspectos. Es una buena compañera. Es cordial y alegre. A veces se entristece como cuando vino a ti. Siento que eso me devasta ¿No sé qué crees? Pero no quiero que se vaya de mi lado, aunque sé que lo hará. Bueno no tengo mucho que

 

decirte. Y es mejor que me despida. Gaia puede que éste recostada.

¿Quién es Gaia? No me lo dirás. Eso ya lo sé. Adiós.

 

 

 

Cuando llegué a casa. Todo estaba en su orden. Gaia descansaba. Y me preparé par recostarme.

 

 

Una semana después vendría el examen, la Sala Hades se inauguraba...y Gaia desaparecía…


next chapter
Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Rank -- Power Ranking
Stone -- Power stone

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C11
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank NO.-- Power Ranking
Stone -- Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login