—Sra. Lucas, venga con nosotros primero y pronto lo sabrá —dijo el que estaba al frente del grupo.
Incluso ahora, todos ellos seguían intentando mantenerlo en secreto.
Sin embargo, ahora la mente de Wendy ya se había aclarado.
Cuanto más sabía al respecto, más sabía que era algo sorprendente.
Wendy sonrió y siguió a los hombres.
La llevaron a una casa. La habitación no era grande, pero una rápida mirada le mostró a Wendy que era un camerino.
Wendy se sentó en una silla y dejó que trabajaran en su rostro.
Pasó casi media hora antes de que se detuvieran.
Wendy abrió los ojos, se miró en el espejo, asintió con satisfacción y dijo:
—No está mal.
—Gracias, Sra. Lucas, por el cumplido —El maquillador estaba muy contento de ser halagado.
Wendy ya era muy guapa. Era una belleza incluso sin maquillaje.
Mirándose en el espejo con maquillaje pesado, Wendy pareció haberse dado cuenta de algo.
Entonces, alguien sacó un vestido de novia.
Ahora, Wendy lo entendió completamente.