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Al final del camino, sin escapatoria a la vista, Rong Shengsheng se derrumbó de repente en un abrazo cálido y fuerte.
La gran mano de la otra persona sostuvo su cintura, impidiendo que cayera al suelo.
Lentamente levantó la cabeza, sólo para ver una figura alta y poderosa frente a ella, como un pico de montaña.
Su visión era borrosa, sin saber si era una persona o un fantasma.
Pero en ese momento, no tenía miedo incluso si era un fantasma.
—Sálvame... —Sálvame...
Li Hanxian vio a la ensangrentada Rong Shengsheng, y su corazón helado se rompió por completo, abrazándola fuertemente con un dolor en su pecho, la consolaba suavemente, —Ya está bien, déjalo todo en mis manos.
El traficante de personas vio que alguien había llegado y, con una mirada furtiva de sus ojos, tomó la rápida decisión de correr. En la situación actual, si no lo hacía, acabaría en la cárcel.
Además, esta era solo una mujer fea, una pérdida de apenas dos mil yuanes, lo que no le importaba.