—¿Qué quieres decir? ¿No me digas que quieres matar a ese traidor? Sé que estás enojado con él, pero es mejor si nos vamos ahora. Ya habrá tiempo para desahogar tu ira. Quizás esto sea solo una excusa, y quieres recuperar a esa chica? Has demostrado ser muy protector con ella antes.
Gleb pensó rápidamente en las palabras de Lesta, y encontró dos posibles razones. De hecho, sintió que ambas eran correctas.
Después de todo, la traición de Pavel fue algo que decidió el resultado de toda la guerra, por lo que Gleb podía entender que era una gran mancha en el orgullo de Lesta. La parte de Devy era aún más fácil de entender.
—Todos vosotros no necesitáis saber las razones, ir allí y pelear. Esta es una orden.
Gleb suspiró al saber que no había forma de que Lesta admitiera sus intenciones.