—Fuera.
—Sawyer, yo...
Los ojos de Sawyer se entrecerraron y su cuerpo se puso tenso.
—La libertad no significa que puedas entrar en cualquier habitación que te plazca.
—No quise...
—¡No me importa lo que hayas querido! —gritó; su voz retumbó en las paredes—. ¿Crees que porque te dejé salir del sótano puedes ir a cualquier sitio?
Los ojos de Sawyer la miraban directamente, sus colores sobresalían más que nunca. Su cuerpo estaba tenso, las venas salían de sus brazos. El cuerpo de Waverly se encogió y perdió toda capacidad de movimiento.
—Yo...
Sus puños se soltaron y su rostro se relajó al ver el terror en los ojos de la chica. Apoyó la cabeza en su mano e insistió: —Mira... solo vete.