Jasper emergió del estudio a la hora de comer. La comida estaba servida, y él se sentó para comer. Quería decirle a Ella que había enviado sus diseños a una diseñadora, pero se detuvo al notarla distante y preocupada. Su entusiasmo habitual faltaba, y en cambio, parecía estar en problemas.
La expresión de Jasper pasó de la emoción a la preocupación. Se preguntaba qué había ocurrido durante esas horas que la habían angustiado tanto.
Por otro lado, Ella estaba dividida entre preguntarle sobre Pablo y guardar sus preocupaciones para sí misma. Al mismo tiempo, tenía miedo de que su pregunta lo molestara y se sintiera ofendido. No quería irritarlo, pero sus pensamientos estaban acelerados con incertidumbres y preguntas.
Finalmente, Jasper rompió el hielo.
—¿Está todo bien, Ella? Pareces un poco...distante. Mira, la luz no se apaga —bromeó, con la esperanza de levantarle el ánimo.