En el salón de banquetes…
Cristóbal no dejaba de buscar a la mujer del vestido rojo, escudriñando la habitación en busca de algún indicio de ella. No podía quitarse la sensación de que Abigail lo estaba eludiendo intencionalmente, pero se negó a dejar que el desánimo se apoderara de él.
En medio del alboroto de la actividad, el mismo camarero que había ofrecido una bebida a Viviana se presentó ante Cristóbal, extendiendo un vaso.
Perdido en sus pensamientos, Cristóbal tomó la bebida sin darse cuenta, el líquido fresco aliviando su garganta reseca. Agradeció al camarero y continuó su búsqueda, la bebida en su mano ahora un mero accesorio para su búsqueda decidida.
Con cada momento que pasaba, la determinación de Cristóbal crecía más, su mirada saltando de un extremo al otro, buscando desesperadamente a la mujer del vestido rojo.