"Cristóbal dirigió su atención a Abigail, sus brazos finalmente la envolvieron. Tenía una sonrisa traviesa en su cara, sus ojos brillantes.
—Realmente me sorprendiste —comentó, su tono ligero y juguetón—. ¡Un movimiento tan audaz! —Sostuvo su mirada, asombrado y curioso al mismo tiempo—. ¿Qué tienes en mente? ¿Estás molesta con Nancy?
Su pregunta desconcertó a Abigail. Su intento de ocultar su irritación fue insuficiente, y Cristóbal se dio cuenta de inmediato. Sintió una punzada de decepción en sí misma; sus habilidades de actuación no eran tan convincentes como esperaba.
—¿Es tan obvio? —preguntó.
Cristóbal asintió en afirmación. —Sí, se puede ver claramente en tu cara.
Admitiendo la derrota, Abigail se encogió de hombros y concedió: