"Cuando la secretaria de Cristóbal vio a Abigail acercarse, se dirigió a ella con una sonrisa amable. —Buenas tardes, señora. Temo que el Sr. Sherman está actualmente en una reunión.
Abigail asintió, su expresión inescrutable. —Esperaré en su cabina.
La secretaria señaló hacia la pesada puerta de madera. —Por supuesto, puede pasar. —Abigail entró en la familiar sala de oficinas, observando las elegantes decoraciones y los lujosos muebles.
La secretaria la siguió, ofreciendo una sonrisa educada. —¿Puedo ofrecerle algo de beber? ¿Un jugo o un café, quizás?
—No, gracias.
La secretaria asintió. —De acuerdo, señora. No dude en hacerme saber si necesita algo más. —Con eso, salió de la habitación, cerrando la puerta suavemente detrás de ella.