Jasper levantó una ceja.
—Eso es pedir bastante —dijo—. No estoy seguro de que la diseñadora esté dispuesta a hacer eso.
Britney se inclinó hacia delante, sus ojos brillando con convicción.
—Ya me he reunido con él —dijo—. Quiere ver mis creaciones. Si insistes, seleccionará mi trabajo.
Jasper suspiró.
—Le mostraré los diseños —dijo—. Pero al final, depende de él si le gustan o no. No interferiré en su negocio.
La cara de Britney se desencajó, sus esperanzas destrozadas.
—Jasper —dijo, alargando la mano para agarrar su brazo—. Por favor. Tienes la ventaja aquí. Estás invirtiendo en su empresa. No puede rechazar tu solicitud.
Jasper negó con la cabeza.
—Entiendo de dónde vienes, Britney. Pero no puedo forzar la mano del diseñador. No es justo para él, y no es correcto que intente manipularlo así.
El agarre de Britney en su brazo se tensó.
—Por favor, Jasper. Esto significa todo para mí. Siempre he querido ser diseñadora de moda. Esta es mi oportunidad para hacerlo realidad.