La dolorosa vida de Ángel.
CAPÍTULO 32
Es imposible que Golan haya descubierto mi identidad con tan solo haberme quitado la máscara unos segundos. Lo más probable es que la sangre que la empleada del gremio puso en mi tarjeta, por alguna razón mágica que desconozco, confirmó mi identidad y le informaron a Golan que regresé.
Hablé sobre esa posibilidad con Crismei y piensa igual que yo.
—Es cierto. Buscamos información sobre ti, pero solo conocen tu nombre, no tenían ninguna fotografía tuya, era imposible que te reconocieran por tu rostro. Es bastante probable que Golan nos haya descubierto por tu sangre.
—Entonces registrarnos como aventureros era una mala idea.
—Tú no sabías que Golan podía hacer eso. Aparte, nuestro plan era conseguir dinero para comprar armamento mejor y conseguir compañeros poderosos. Debíamos conseguir dinero para sobrevivir. Nosotros queremos viajar por el mundo, y para eso necesitamos dinero.
—Sí... Lo sé.
Mmm... Ah... Eso de la sangre me parece una posibilidad, pero no me convence.
Ah... Esto es raro... Ella sabía que yo estaba en la ciudad... ¿Cómo lo supo? ¿Realmente fue por mi sangre?
—¿Cómo sabía que estaba aquí? No creo que haya sido casualidad encontrarnos con ella. La sangre es una posibilidad, pero fue demasiado rápido. ¿Cómo supo por mi sangre que yo era Ángel?
—No lo sé, tal vez tenía algún informante.- Dijo Crismei.
—Tal vez.
Entonces ese informante es tan bueno en su trabajo, que se dio cuenta de mi identidad con tan solo verme un segundo.
Suspiro... Esto no estaba en mis planes. No sé qué hacer.
—¿Qué haremos ahora?- Dijo Crismei.
—No lo sé... Tal vez deberíamos irnos de la ciudad.
—Supongo, tal vez más comandantes o guardias vengan por ti.
Personajes de relleno... Si Golan ya sabe que regresé, ¿por qué envía a sus súbditos por mí? Ella tiene el poder suficiente para hacerme pedazos.
—¿Por qué no viene Golan? Ella acabaría conmigo fácilmente.
—A ella le gusta jugar, estoy segura de que no peleará contigo hasta que derrotes a todos los comandantes.
Me pondrá a prueba. Ni siquiera me considera alguien que valga la pena.
No sé si eso es bueno o malo.
—¿Y cuántos hay?
—No lo sé.
Nos alejamos de la ciudad... Supongo que debo alejarme de todos por un tiempo.
... Realmente mi vida no tiene un rumbo fijo.
No sé qué hacer.
•
•
(Dos horas después.)
Estamos avanzando por un camino, que está en un valle verde y lindo.
Después de avanzar por unas horas, nos encontramos con una escena enferma.
Veo a unos guardias llevando a niños y a niñas con cadenas... Los están obligando a caminar.
—¿Son ladrones?
Crismei asoma su cabeza para ver mejor.
—Creo que son esclavos.
Esclavos...
Me detengo y bajo del caballo.
Esto no lo permitiré.
—Crismei.
Crismei sale del carruaje.
—Sí.
Se transforma en una espada y la tomo con mi mano derecha.
—¡¡Oigan, ¿qué harán con esos niños?!!
Y sin recurrir al diálogo, los guardias sacan sus espadas.
—¡¡¿Qué harán con esos niños?!!
—¡¡Somos mercancía!!
Una niña grita.
—¡¡Nos quieren vender!!
Un guardia la golpea... Ese fue un grave error. Nadie golpea inocentes frente a mí.
—¡¡Idiotas!!
Los guardias me intentan atacar.
—Crismei, mis brazos.
—¡Sí!
Ataco a los guardias y los derroto fácilmente. Esquivé y ataqué. Tan... fácil... Les corté la cabeza... Me da igual, se lo merecían, no siento pena por ellos.
Ya no me importa si me vuelvo un asesino... Ya no me importa nada.
Gracias a Crismei, puedo ver los ataques en cámara lenta, lo que me permite esquivarlos sin problemas.
—Bien...
Reviso los cuerpos y encuentro las llaves de las cadenas.
—No se preocupen, estarán bien.
Los libero... Este mundo es realmente salvaje, y es normal vender esclavos.
... Desearía tener el poder de cambiar este mundo y volverlo más civilizado.
—¡Muchas gracias!- Dijeron todos.
Entre lágrimas y sonrisas, todos me agradecieron... Fui útil... Fui útil esta vez, pero... me sigo sintiendo como una mierda.
—Esperen. Crismei.
Crismei vuelve a su forma humana.
—Dales unas 1,000 monedas a cada uno.
—¡Sí!
Necesitan dinero para sobrevivir. Es peligroso que un niño tenga tanto dinero, pero no tengo tiempo para ayudarlos a conseguir un hogar... Y es peligroso que ellos estén cerca de mí. Lo mejor sería que se alejen de mí.
Espero que ellos logren tener una larga y feliz vida... Por favor, sean felices... Por favor.
—Por favor.
•
•
Minutos después, terminamos de repartir el dinero.
Todos recibieron dinero.
Siendo sincero, no necesito tanto dinero, así que no me importa.
—Huyan lo más lejos posible. Adiós.
Todos me agradecen y se van. Dos pequeñas niñas querían quedarse conmigo, pero las rechacé fuertemente. No puedo garantizarles su seguridad... Y tampoco puedo cuidarlas.
Todos de fueron... Los ayudé, pero... sigo sintiéndome igual.
—Bueno... Creí que, si hacía algo bueno, me sentiría bien... Creo que no fue así.
Me subo a mi caballo y Crismei se sube al carruaje.
... Me siento demasiado mal.
—Estoy muy triste... Ayudé a esos niños, pero no me siento mejor.
—Creo que debes descansar.
—Sí... Tal vez después.
Un pequeño descanso me vendrá bien... Eso espero.
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(Minutos después.)
Quería seguir despierto, para evitar que nos ataquen, pero Crismei me convenció de tomar un descanso. No puedo rechazar a Crismei, así que terminé aceptando.
Me subo al carruaje y Crismei se sube al caballo.
—Me avisas si pasa algo malo.
—Sí.
Intento dormir.
Espero que dormir me ayude a sentirme mejor.
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(País Froizan.)
Una chica se acerca corriendo hacia una mujer, que está sentada en un trono, leyendo un libro mientras saboreaba una paleta.
—¡La señal de Alexa desapareció, ella murió!
A pesar de que esa era una terrible noticia, esa mujer no mostró tristeza, sorpresa ni enojo... Simplemente sonrió y cerró el libro.
—Ya veo... La anciana no se equivocó. El familiar renació y sigue con vida. Esto será divertido.
Golan se levanta. Golan es una mujer con el cabello blanco y largo, y ojos blancos. Usa un vestido rosa y tiene un collar con una roca azul.
—Esto lo debe saber mi amiga.
•
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(Minutos después.)
Golan entra a una habitación con herramientas de tortura y Sonia está muy herida, sentada en una cama.
—¿Cómo estás?
Y Sonia la recibió furiosa y le escupió.
—¡Púdrete!
—Vaya, vaya. Tus palabras me duelen. Pensé que éramos amigas. Qué decepción.
—¡Nunca sería tu amiga!
—Bueno, yo solo vengo a decirte que tu familiar sigue con vida.
Ella reaccionó inmediatamente al escuchar esas palabras y se levantó.
—¡¿Ángel?!
—Sí, Ángel sigue con vida. Adiós.
Golan se retira y cierra la puerta.
—¿Ángel sigue con vida? ¡¿Ángel está vivo?!
Una luz de esperanza apareció en la oscura vida de Sonia.
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(País Zouler.)
(Al anochecer.)
Me despierto y Crismei sigue cabalgando.
Ah... Me siento igual. Me sigo sintiendo igual de mal... ¿El tiempo curará mis heridas? No lo sé... Crismei es mi única esperanza. Perdí todo en mi vida. Crismei es mi única amiga. La persona más importante en mi vida. Mientras ella esté a mi lado, seguiré adelante y no me rendiré. Pero... Si llego a perder a Crismei, no sé lo que haría... Probablemente me suicidaría.
Crismei es la persona más importante para mí... No quiero perderla también.
—Buenas noches, Crismei.
—¡Buenas noches, Ángel!- Dijo sonriendo.
Su sonrisa me da felicidad, me ayuda a sentirme un poco mejor.
—Creo que deberías descansar.
Crismei bosteza... Sí, se nota que está muy cansada.
—Gracias.
Cambiamos de lugares.
—¿No hemos pasado por ningún pueblo?
—No.
—Está bien.
Sigo cabalgando... Bueno, será una larga noche.
... Ahora que lo pienso... Hice algo muy raro durante mi pelea.
—¿Cómo logré sacar fuego?
Observo mi mano derecha.
—Estaba muy enojado... Tal vez solo aparece cuando estoy enojado.
Me concentro e intento sacar fuego.
—... Nada... Oye, caballo, ¿por qué no hablas? Me vendría bien tener una conversación.
—Tú no me entenderías.
—Sí entiendo lo que dices, puedo hablar con los animales.
—¡¿En serio?!
—Sí. ¿Cuál es tu nombre?
—Me llamo Zeus.
—¿Zeus? Te queda bien. Yo me llamo Ángel.
•
•
(Al día siguiente, 9:34 de la mañana.)
—Y así fue como conocí al amor de mi vida.- Dijo Zeus.
—Vaya historia, digna de una novela romántica.
Veo una enorme ciudad a lo lejos. Está rodeada por un bosque... Es una ciudad en medio de un enorme, gigantesco bosque.
—Tal vez deberíamos parar para comer. ¿Qué quieres comer, Zeus?
—Quiero unas zanahorias, por favor.
—Claro.
Me detengo y bajo de Zeus.
—¡¡Crismei!!
Entro al carruaje.
—Oye...
Intento despertar a Crismei... Es muy adorable cuando duerme... ¡Es tan linda!
—Vamos, despiértate.
Crismei abre los ojos poco a poco y bosteza.
—¿Qué pasa?
—Llegaremos a una ciudad para comer.
—Está bien.
Espero no tener problemas en esta ciudad. Solo comeremos algo y nos iremos.
•
•
Minutos después.
Llego a la ciudad y veo a personas con cabezas de animales, colas de animales, orejas de animales y algunos con el cuerpo de un animal.
Por fin conozco a estas razas.
—Vaya... Crismei, ¿ellos qué son?
Debo confirmar mis sospechas.
—Se llaman semihumanos... Creo que estamos en territorio semihumano.
—¿Somos bienvenidos?
—Sí, solo que a los humanos le tienen miedo a los semihumanos, por eso es muy raro ver humanos por aquí.
—¿Miedo?
—Por su apariencia, piensan que son demonios o monstruos.
Discriminación... Ah.
—Ya veo... En la escuela nunca mencionaron a los semihumanos... ¿Por qué?
—Es porque los humanos odian tanto a los semihumanos, que incluso evitan hablar de ellos.
Veo un lugar en donde se estacionan los carruajes.
—Fufu. Un estacionamiento.
Me estaciono y bajo de Zeus.
—Espéranos, ahora volvemos.
—Está bien.
Tomo las bolsas con monedas del carruaje... Mmm... ¿Qué debería comprar?
—Nos quedan como unas 65,000 monedas... ¿Quieres quedarte un tiempo aquí? No creo que nos encuentren en territorio semihumano.
—Estaríamos seguros por unos... Creo que por dos meses.- Dijo Crismei.
—Tiempo suficiente.
Me dirijo a un semihumano con la cabeza de un toro.
—Disculpa, ¿por aquí podría encontrar un lugar en donde pueda dormir?
—¡Claro, amigo!
Me abraza... Es realmente amistoso y cariñoso. Tenía miedo de que fuera el personaje cliché que odia a otras razas.
—¡En el centro de la ciudad hay una enorme posada, ahí puedes dormir!
—Vaya, que amistoso.
Deja de abrazarme.
—Aunque es un poco cara.
El dinero no es problema.
—No importa, muchas gracias.
—¡De nada!
El semihumano se aleja de nosotros... Es realmente amable... Me agrada.
—Vaya, las personas aquí son muy amables.
—Nunca juzgues a alguien por su apariencia.
—Ya lo sé.
Solo los idiotas harían eso.
•
•
Minutos después, y según las indicaciones de las personas, llegamos a nuestro destino.
Llegamos a la posada... Es realmente enorme, es de tres pisos y se ve elegante.
—Vaya, es una gran posada, incluso tienen establos.
—Podríamos alquilar uno para nuestro caballo.
—Se llama Zeus.
Entramos en la posada y veo a un anciano con orejas de gato.
—¡Bienvenidos!
Ah, tenía la esperanza de que fuera una clásica chica gato con enormes pechos... Ah. Siento un pequeño escalofrío.
Volteé a ver a Crismei, que me tomó de la mano mientras hace un puchero furioso. S-se dio cuenta de lo que pensaba. Realmente somos buenos amigos, ¿eh?
—Jeje. Lo siento.
—Hmmmh. Pervertido.
Nos dirigimos al anciano.
—¿Tiene habitaciones disponibles?
—Claro que sí. ¿Por cuánto tiempo se quedarán?
—¿Cuánto cuesta quedarse dos meses?
—Serían... 16,000 monedas Izuk, por favor.
—¿También están disponibles los establos?
—Claro.
—Me gustaría uno.
—¿Por dos meses?
—Sí.
—Serían 8,000 monedas Izuk.
—Entonces serán 24,000... Está bien.
•
•
Terminamos de pagar y nos entrega dos llaves.
—La del establo y la de su habitación. Su habitación es la número 13.
—Vaya, número de mala suerte... Gracias.
—El baño de hombres está por tu izquierda y el baño de las mujeres está por tu derecha. Son las que están hasta el final del pasillo.
—Está bien, muchas gracias.
Bueno, ya nos registramos. Ahora vamos a ver la ciudad.
Salimos de la posada.
—¿Te parece un buen lugar?
—Sí, parece cómodo.- Dijo Crismei.
Veo un letrero... Una cafetería... Tengo un poco de hambre.
—Cafetería... ¿Quieres un café?
—Claro.
Entramos y una semihumana con orejas y cola de perro nos atiende.
Ah... ¡Qué adorable!
—¡Bienvenidos, los llevaré a su mesa!
—G-gracias.
Es linda... Muy linda... ¿Eh?
—Ouch.
Crismei me dio un pequeño pellizco en mi abdomen.
—Pervertido.
—Perdón.
Nos sentamos en una mesa.
—¿Qué ordenarán?
—Dos cafés, por favor.
—¿Lo quiere acompañar con algo para comer?
—¿Tienen pasteles?
—Claro.
—Dos rebanadas de pastel, por favor. De cualquier sabor.
—¡Está bien!
La mesera se aleja de nosotros.
—Vaya, todos aquí son muy amables.
Pensé que me discriminarían... Los semihumanos son muy buenas personas.
—Y también las chicas son muy lindas, ¿verdad, pervertido?
¿Por qué Crismei se ve enojada? Soy hombre, no pude evitar apreciar la belleza de las mujeres.
—No les tengas envidia, para mí, tú eres más linda que ellas. ¡Algún día vas a crecer y serás la mujer más hermosa del mundo!
—¿H-hermosa? Fufu. Siempre sabes hacerme feliz, ¿eh?
Crismei sigue siendo demasiado infantil, aunque es parte de su encanto. Hacerla sonreír con mis cumplidos es fácil, y agradezco eso. Su sonrisa me hace sentir un poco mejor conmigo mismo.
•
•
La comida estuvo simplemente deliciosa. Creo que comer en tranquilidad con Crismei, hace que la comida sepa mejor.
Casi terminamos de comer y unos semihumanos con apariencia de aventureros entran.
—¡Acabamos de derrotar a unos Orcos, nosotros invitamos!
Todos gritan y aplauden.
... ¿Por qué este lugar se volvió incluso más alegre? ¿No deben festejar en un bar?
Bueno, no me pondré a pensar en eso. Lo mejor es no buscarle la lógica a esto.
—Vaya, ¿también hay un gremio de aventureros aquí?
—Tal vez.
—¿Debería ir...? Tal vez me sienta mejor ayudando a las personas.
—¿Aún te sientes triste?
—Solo tengo un vacío... Siento que no sirvo. Tal vez ayudar me ayude a sentirme útil.
—Está bien.
Sí... Sentirme útil me ayudará a sentirme mejor... Ser útil...
Ah... Espero que sea cierto.
•
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Minutos después, terminamos de comer, y pagamos nuestra propia comida. No me aprovecharé de la bondad de los semihumanos.
Salimos de la cafetería.
—Bueno... Vamos por unas zanahorias y luego vamos por Zeus.
—¡Let's go!
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20 minutos después.
Llegamos con Zeus.
—Toma.
Le doy unas zanahorias y se las come rápidamente.
... Vaya, eso fue rápido.
—Gracias.- Dijo Zeus.
—Vamos.
•
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20 minutos después.
Dejo a Zeus en el establo, su nuevo hogar temporal.
—Bueno, la ropa que tenía la dejé en la otra ciudad... ¿Quieres ir a comprar ropa?- Dije sonriendo.
—¡Claro!- Dijo Crismei emocionada y un poco sonrojada.
Qué adorable es. Se emociona por un día de compras, como cualquier chica adolescente.
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(Pov- Crismei.)
Ángel trata de no reflejar su dolor en su rostro... Está sonriendo para no preocuparme... Es tan amable.
Creo que por eso yo... No... Debo olvidar eso.
No es momento de pensar en eso.
Debo concentrarme para ayudar a Ángel a superar su depresión. Quiero volver a ver al Ángel divertido que conocía.
Aunque el Ángel actual es más maduro... Creo que por eso yo... Ah... Mejor olvido eso por ahora.
Ángel es un chico fuerte... Sigue adelante y trata de ocultar su dolor... Es tan genial... Me recuerda a Izuke... Me recuerda demasiado a Izuke... Creo que por eso yo me enamo... ¡¡No, Crismei!! No tienes tiempo para pensar en eso.