El Director Sun deseaba poder retroceder en el tiempo para no haber cometido ese tonto error. Podía sentir el peso de todas las miradas dirigidas hacia él, y su rostro ardía de vergüenza.
Ran Xueyi, notando la vergüenza del director, lo miró con un toque de preocupación antes de lanzar una mirada burlona hacia Song Yu Han, quien respondió con un suspiro. Ambos sabían que la impactante belleza de Song Yu Han era casi sobrenatural, algo que la gente encontraba difícil de creer. Incluso su hijo, que heredó la mayoría de las características de su padre, era igualmente cautivador y atraía la atención de todos.
—¿Y este quién podría ser? —preguntó el Director Sun, aclarándose la garganta mientras señalaba al hombre que estaba de pie junto a Ran Xueyi.