La siguiente mañana, Song Yu Han y Ran Xueyi fueron al lugar de rodaje para filmar algunas escenas. Llevaron al Pequeño Zhanzhan con ellos y, como tenían que aparecer juntos frente a la cámara, solo pudieron pedirle a uno de los guardias de seguridad que Song Yu Han había dispuesto alrededor del lugar que se hiciera cargo de él.
Pero el pequeño tirano se aburría con facilidad dentro del coche. Miró al guardia enorme y musculoso y no habló.
Bajo la mirada del niño, que se parecía tanto a su jefe, el guardia sudó por reflejo.
Al final, el guardia no pudo evitar preguntar, —Eh... Pequeño jefe, ¿tienes algo que decirme?
Al Pequeño Zhanzhan no le gustaba hablar con extraños. Por lo tanto, no le respondió. Sin embargo, continuó mirando al guardia por un poco más de tiempo.
El guardia, que alguna vez fue militar, nunca había estado en este tipo de situación. Se sentía ligeramente ansioso sobre qué hacer y deseaba que alguno de sus compañeros estuviera cerca para poder pedir ayuda.