Chapter 1: SOY UN VILLANO DE VERDAD SUPER PERRAS
Soy Máximo Wolfer, un nombre que probablemente no signifique nada para ti, y eso está bien. Antes de ser invocado a este mundo, era un joven común y corriente, atrapado en la rutina de la vida diaria y friki de corazón. Pero todo cambió cuando me invocaron a este lugar extraño y lleno de magia. La misión era clara: derrotar al temido rey demonio. En teoría, sonaba emocionante, como algo sacado de las novelas que solía devorar en mi tiempo libre donde el heroe creba un harem y mataba al señor demonio para festejar despues, al follarse a sua mujeres.
Sin embargo, mi llegada no fue como la de esos héroes gloriosos que siempre triunfan. No, en lugar de eso, me entregaron un sistema defectuoso que parecía más una broma cruel que una herramienta útil. Imagina tener que luchar con un arma rota mientras todos los demás tienen espadas relucientes y poderes impresionantes. Pero bueno, no soy alguien que se rinda fácilmente. Con ingenio y un poco de suerte (y tal vez algo de locura con las ganas de dejar de ser virgen), logré vencer al rey demonio.
O al menos eso creía.
La realidad es que mi victoria fue una trampa elaborada por el hijo del rey, quien había sido el responsable de mi invocación. Justo cuando pensaba que podía disfrutar de mi triunfo y crear un harem, sentí el frío acero de una traición atravesando mi espalda. El hijo del rey se llevó el crédito y yo quedé tendido en el suelo moribundo por dias, preguntándome cómo había podido ser tan ingenuo.
Pero el destino tiene formas extrañas de jugar sus cartas. A pesar de haber caído en esa trampa mortal, descubrí que el viejo rey demonio aún conservaba parte de su esencia vital. En un acto desesperado y casi instintivo, robé su energía. Fue entonces cuando comprendí algo sorprendente: también era un invocado en este mundo.
Sin pensarlo dos veces, fusioné mi sistema defectuoso con el del rey demonio caído. Y así comenzó mi ascenso al poder. Con el tiempo, me convertí en el nuevo rey demonio y tomé control total del planeta. Era un sueño hecho realidad… o eso pensé.
Años después, aquí estoy, sentado en mi trono rodeado de lujos y riquezas inimaginables. Pero la emoción se ha desvanecido; la conquista ya no ofrece desafíos ni sorpresas. La rutina se ha apoderado de mí y anhelo algo más emocionante y sobre todo...no hay ningun coño humanoide al cual follar.
Así que he tomado una decisión: explorar otros mundos y llevar mi caos a nuevas dimensiones. Después de todo, ser el villano tiene sus ventajas; es mucho más divertido jugar a ser el malo. Y quién sabe qué aventuras me esperan allá afuera…
Mire mis arcas, y lo que vi me hizo sonreír. Cuatro billones de puntos en total. Una cifra que haría temblar a cualquier rey o emperador en este mundo. Pero para mí, era solo un número. La riqueza no significaba nada cuando podía crear oro a mi antojo; había alcanzado el nivel de un dios, y con ello venían poderes inimaginables.
Mientras contemplaba mi fortuna, decidí que era hora de hacer algo más emocionante que simplemente contar monedas. Abrí la tienda del sistema, buscando una cosa específica: una puerta de realidad o un nexo tipo Vaifrost, como los que había visto cuando jugaba God of War. Después de un rato de búsqueda, finalmente lo encontré. Me costó un billón de puntos, pero valió cada centavo.
pase cuatro años armando y construyendo mi nexo, y aunque perdí el instructivo sobre cómo usar esta maravilla tecnológica, estaba decidido a descubrirlo por mí mismo. Se suponía que debía introducir una condenada coordenada o imaginar el lugar al que quería ir… Así que empecé a pensar en los lugares que había visitado en mi mente: animes, series de televisión, películas…
Finalmente, decidí comenzar con algo ligero y divertido. ¿Por qué no el universo de Las Chicas Superpoderosas? Era un lugar colorido y para mi nivel seria fácil conquistar l destruir.
Concentrándome en mis recuerdos sobre saltadilla y sus habitantes, las tres chicas adorables con superpoderes, imaginé la escena vívida en mi mente: la ciudad vibrante, los edificios altos y esos momentos cómicos donde los villanos siempre terminaban siendo derrotados por las chicas. Con cada detalle claro como el agua, introduje la imagen en la puerta de realidad.
Un destello brillante iluminó la habitación mientras la puerta se materializaba ante mí. Era hermosa y resplandeciente, pulsando con energía mágica. Sin dudarlo más, di un paso hacia adelante y atravesé el umbral.
La sensación fue electrizante; como si estuviera siendo arrastrado por un torbellino de colores y luces. Cuando finalmente aterrizó del otro lado, me encontré en medio de saltadilla. El aire era fresco y olía a aventura. Miré a mi alrededor con una sonrisa traviesa dibujada en mi rostro.
La ciudad de Saltadilla se extendía ante mí, un lugar que parecía sacado de un cuento de hadas. Los edificios eran coloridos y vibrantes, y el ambiente estaba lleno de risas y alegría. Caminaba por las calles como un civil normal, disfrutando del aire fresco y observando a la gente pasar. Este planeta Tierra era algo más grande de lo que recordaba, y según mi sistema, había kaijus y más países por explorar. La curiosidad me picaba; había tanto por descubrir.
Sin embargo, mi misión era clara: esclavizar a esas tres chicas superpoderosas....¿Adolescentes? Tal vez me estaba equivocando de versión del mundo, pero eso no importaba. Mi lista de objetivos estaba bien definida, y en la cima estaban Bombón, Burbuja y Bellota. Las tres eran poderosas, pero eso solo las hacía más interesantes como mis futuras sirvientas.
Mientras caminaba, noté que Mojo Jojo estaba cerca. A pesar de ser un primate con una mente retorcida, tenía una inteligencia notable que no podía subestimar. Me intrigaba la idea de reclutarlo en mis filas para alcanzar el pico tecnológico en mi propio mundo. Pero primero debía observar cómo se desenvolvían las cosas aquí.
De repente, un estruendo resonó en la distancia. Miré hacia arriba y vi a las tres adolecentes enfrentándose a un Kastor Kaiju que había emergido del suelo como si fuera parte del paisaje. Era un espectáculo impresionante: Bombón lanzando rayos de energía, Burbuja volando ágilmente mientras lanzaba un aliento gelido, y Bellota golpeando con fuerza descomunal.
Decidí quedarme al margen por ahora; sería un espectador en esta batalla épica. Observé cómo las chicas luchaban con valentía contra el monstruo gigante, sus movimientos coordinados como una danza bien ensayada. Pero también noté algo más: la forma en que se comunicaban entre ellas, su confianza mutua… eso podría ser un problema si decidía actuar demasiado pronto si no fera por su falta de técnica y control.
Mientras el Kastor Kaiju rugía y lanzaba ataques descontrolados, sonreí para mis adentros. Era el momento perfecto para hacer mi jugada. Con un simple movimiento de mano, utilicé uno de los poderes que había adquirido al fusionar mi sistema con el del rey demonio caído: creé una ilusión que distrajo al kaiju momentáneamente.
Las chicas se dieron cuenta del cambio en la situación y redoblaron sus esfuerzos para neutralizar al monstruo. Mientras tanto, yo me mantenía oculto en las sombras, observando cada movimiento con atención.
Cuando finalmente derrotaron al Kastor Kaiju con una combinación devastadora de sus poderes, supe que era hora de entrar en acción. Con un paso decidido hacia adelante, me presenté ante ellas con una sonrisa arrogante.
"¡Hola!," dije con voz melodiosa. "Soy Máximo Wolfer, el nuevo rey demonio en este mundo encantador. Y he venido a ofrecerles una oportunidad… o tal vez una servidumbre muy interesante".
Las miradas de sorpresa en sus rostros eran todo lo que necesitaba para saber que había captado su atención. Ahora comenzaría el verdadero juego…
Mire a esas jóvenes, viéndome con una mezcla de duda y curiosidad. La joven de cabello rubio, Burbuja, frunció el ceño y se giró hacia sus hermanas. "Chicas, creo que este tipo no es de fiar", les dijo, su voz llena de determinación. En un instante, las tres adoptaron posesiones de pelea, listas para enfrentarme.
Burbuja alegó que podía sentir mi maldad y que no dejaría que lastimara a nadie. Sus hermanas, Bombón y Bellota, la secundaron con miradas desafiantes. Suspirando, decidí que era hora de mostrarles quién era realmente.
Con un movimiento dramático, dejé atrás mi forma civil y revelé mi verdadera naturaleza como rey demonio. Mi figura se transformó en una imponente presencia oscura, con cuernos afilados y una aura de poder palpable. Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro mientras disfrutaba del momento.
Pero no me detuve ahí. Con un gesto ágil, dividí mi cuerpo en dos versiones más de mí mismo. Ahora había tres Máximos Wolfer frente a ellas, cada uno irradiando energía demoníaca. No les di tiempo para reaccionar; antes de que pudieran moverse o formular un plan, lancé un ataque sorpresa.
"Hahahaha!" reí mientras golpeaba a cada chica con precisión. Mis manos impactaron contra ellas como si fueran plumas en el viento; no quería hacerles daño real, solo demostrarles la diferencia entre nosotros. Las tres fueron empujadas hacia atrás por la fuerza del impacto.
Bombón fue la primera en recuperarse, lanzando un rayo de energía hacia mí con toda su fuerza. "¡No te lo permitiré!" gritó mientras su poder brillaba intensamente.
"¿De verdad crees que eso funcionará?" respondí con una sonrisa burlona mientras esquivaba su ataque con facilidad. La batalla apenas comenzaba y ya podía sentir la emoción burbujear dentro de mí...o eso creía.
Burbuja intentó volar por encima para atacarme desde arriba, pero uno de mis clones se lanzó hacia ella y la interceptó en el aire. "¡No tan rápido!" exclamé mientras la atrapaba con una mano.
Bellota se lanzó al ataque con toda su fuerza bruta, pero mi clon estaba preparado. Con un giro elegante, evité su golpe y el clon contraatacando rápidamente con un puñetazo dirigido a su abdomen. "Esto es solo un juego para mí", le dijo mientras ella caía al suelo para impactará.
Las chicas estaban luchando valientemente, pero no podían igualar mi poder ni mi astucia. Era divertido ver cómo intentaban coordinarse entre ellas mientras yo jugaba con ellas como si fueran piezas en un tablero de ajedrez.
"Vamos, chicas," dije entre risas mientras me movía ágilmente entre ellas para volver a ser uno con mis clones. "¿No pueden hacer algo mejor? Estoy aquí para ofrecerles una oportunidad única… ¡y ustedes solo quieren pelear!"
La batalla continuaba, pero sabía que pronto tendría que cambiar mi enfoque si quería cumplir mi objetivo: convertirlas en mis sirvientas y llevar el caos a este mundo colorido o destruirlo. Después de todo, ser el rey demonio tiene sus ventajas… ¡y yo estaba abriéndome de esta pelea.
Ja, novatas. Sin entrenamiento formal, sin técnica ni control. Sus ataques eran mal ejecutados y su desgaste de energía era patético, lo que las debilitaba cada vez más. Eran realmente patéticas. Esquivaba los ojos láser de Bombón con facilidad, como si fueran simples fuegos artificiales. El aliento congelante de Burbuja fue solo una brisa fresca en comparación con el poder que yo poseía, y los golpes reforzados de energía de Bellota se sentían como un piquete de mosquito.
Mientras me movía entre ellas, golpeé sin piedad alguna. Cada impacto resonaba en el aire, y podía ver cómo sus fuerzas se desvanecían poco a poco. "¿Es todo lo que tienen?" les pregunté con una risa burlona mientras esquivaba otro ataque fallido.
Bombón intentó concentrar su energía para lanzar un rayo más potente, pero estaba demasiado agotada para hacerlo efectivamente. "¡No te saldrás con la tuya!" gritó, aunque su voz sonaba más débil que antes.
"¿De verdad crees que puedes detenerme?" respondí mientras me acercaba a ella y le propinaba un golpe rápido en el costado. La vi caer al suelo, respirando pesadamente.
Burbuja voló hacia mí nuevamente, intentando sorprenderme desde arriba. Pero yo ya había anticipado su movimiento. Con un giro ágil, la atrapé en el aire y la dejé caer suavemente al suelo. "Tienes potencial, pero necesitas disciplina", le dije mientras ella se levantaba tambaleándose.
Bellota se lanzó hacia mí con toda su fuerza, pero era evidente que estaba perdiendo impulso. La esquivé fácilmente y contraatacando con un puñetazo directo a su abdomen. "Esto es solo un juego para mí mocosa", le dije mientras ella caía al suelo junto a sus hermanas.
Observé cómo luchaban por levantarse, sus rostros llenos de determinación pero también de frustración. Sabía que estaban lejos de ser rivales dignos en este momento; sin embargo, eso solo aumentaba mi interés en convertirlas en mis sirvientas.
"Chicas," comencé con tono juguetón mientras me acercaba a ellas lentamente, "una vez que sean mis perras, mejorarán enormemente. Con el entrenamiento adecuado y mi guía… podrían llegar a ser verdaderamente poderosas."
Las tres se miraron entre sí, claramente dudando sobre cómo responder ante mi propuesta provocativa. Pero no tenía prisa; sabía que eventualmente cederían ante mi poder y carisma demoníaco a las buenas o a las malas.
"Así que," continué mientras me cruzaba de brazos y sonreía con confianza, "¿qué dicen? ¿Quieren seguir luchando o prefieren aceptar una nueva vida bajo mi mando? Piénsenlo bien; podría ser divertido."
La batalla había sido entretenida hasta ahora, pero estaba listo para llevar esta situación a un nuevo nivel… ¡y hacerlas parte de mi imperio!.
...Ternuras, pensé mientras observaba a las chicas. Como todo héroe genérico, creían que el poder del amor y la amistad podría ganarme. Se aferraban a esos ideales, recordando su vida y a quienes protegían. Pero, ¿espera? ¿Oyen eso? Era el opening de una serie típica, lleno de melodías optimistas y mensajes de esperanza. Hasta resultaba patético.
Con un gesto teatral, hice que pareciera que me "dañaron" en uno de sus ataques fallidos. Me dejé caer al suelo con un suspiro exagerado, como si realmente me hubiera afectado su golpe. Las vi acercarse con preocupación en sus ojos, creyendo que habían logrado algo significativo. Pero era solo parte de mi juego.
"¡No… puede ser!" exclamó Bombón, su voz llena de incredulidad. "¡No te rendirás tan fácilmente!"
"¿Rendirme?" respondí con una risa burlona mientras me levantaba lentamente, mostrando una expresión de dolor que rápidamente se transformó en una sonrisa maliciosa. "Oh, no, chicas. Solo estaba esperando el momento adecuado para mostrarles lo que realmente soy."
Las tres se miraron entre sí, confundidas y preocupadas por mi aparente debilidad. Pero eso era exactamente lo que quería; hacerles creer que tenían la ventaja antes de darles un golpe devastador.
Con un movimiento rápido, lancé un ataque sorpresa hacia ellas. No era letal ni demasiado fuerte; solo lo suficiente para dejarlas algo dañadas y recordarles quién estaba a cargo aquí. "Pronto serán mis perras", murmuré para mí mismo mientras las veía tambalearse.
Sabía que con el tiempo y el lavado de cerebro adecuado, podrían convertirse en mis leales sirvientas. Después de todo, había visto cómo los héroes caen ante la tentación, el placer, el poder y la manipulación. Y yo tenía todos los recursos necesarios para llevar a cabo mi plan.
Mientras las chicas intentaban pero no podian recuperarse, sonreí con satisfacción al pensar en lo fácil que sería convertirlas a mis jugetes. "Chicas," dije con tono juguetón pero amenazante, "no se preocupen por su futuro; pronto estarán bajo mi mando y aprenderán a apreciar el verdadero poder."
Aaaa, no había calentado los músculos en un tiempo. Pero eso no importaba; aunque poca, la adrenalina de la batalla aún corría por mis venas. Tomé a las tres super perras y las dejé en una de mis dimensión de bolsillo, un lugar donde podrían descansar… o más bien, donde comenzarían su transformación. Caminé por la ciudad, disfrutando del caos que había dejado tras nuestra pelea.
Destrucción por doquier: llantos y gritos de temor resonaban en el aire mientras el fuego consumía lo que quedaba de edificios y calles. Era magnífico ver cómo mi presencia inspiraba tanto miedo. Mi objetivo era claro: la alcaldía. Y allí estaba ella, la figura madura que había estado buscando.
Su tez bronceada brillaba bajo las llamas, su cuerpo voluptuoso se movía con gracia entre los escombros. Sus labios carnosos prometían placeres que disfrutaría por primera vez al no tene que follar en mi mundo. Junto a ella, un pequeño hombre intentó interponerse en mi camino, pero lo borré de la existencia con una simple bola de energía. No importaba en absoluto; solo era un obstáculo insignificante.
La miré a los ojos, sintiendo cómo mi poder mental comenzaba a envolverla como una serpiente seductora. Ella cayó ante mi control, desmayándose sin resistencia alguna. "Perfecto", murmuré para mí mismo mientras la levantaba con cuidado y la colocaba en mi dimensión de bolsillo junto a las super perras.
Ahora, con sara bellum bajo mi control, me pregunté: ¿dónde estaba ese científico mono? Sabía que tenía información valiosa y tecnología que podría ser útil para mi imperio. Su laboratorio era el siguiente objetivo en mi lista.
Mientras caminaba por las calles devastadas, disfrutando del terror que había sembrado, empecé a pensar en cómo podría atraer al científico hacia mí.
"¿Dónde estás, pequeño mono?" murmuré mientras avanzaba hacia el laboratorio del científico. La ciudad estaba llena de posibilidades y caos; solo necesitaba un poco más de tiempo para consolidar mi dominio sobre este lugar on simplemente mandarlo a la mierda y destruirlo.
Con cada paso que daba, sentía cómo el poder fluía dentro de mí al sentir como uno de los clones llego al nucleo de este planeta. Pronto tendría todo lo que necesitaba para llevar a cabo mis planes más oscuros y divertidos. ¡Y nada ni nadie podría detenerme!.
Llegar a la guarida del científico fue demasiado fácil. Me deslicé por el techo, disfrutando de la sensación de poder que emanaba de mí mientras mi clon absorbia el nucleo del planeta. Una vez dentro, no tardé en encontrar a Utonio rogandole ayuda. Negociar con el mono fue un juego de niños; unas cuantas bofetadas y amenazas fueron suficientes para hacer que hablara. Su conocimiento era valioso, y estaba decidido a aprovecharlo al máximo.
Después de extraer toda la información necesaria de la cabeza del profesor, compartí los detalles con Mojo Jojo. El pequeño simio pasó la prueba cuando le pedí que eliminara al profesor . La forma en que sus ojos brillaron al recibir esa orden me hizo sonreír; sabía que estaba formando un equipo formidable.
Además, fuimos por una chimpancé llamada Moko Jono/ michael, quien había sido la ex de Mojo. Según él, ella lo había engañado y le rompió el corazón. Así que pensé: ¿qué mejor asistente para él que su propia ex? Un pequeño lavado de cerebro aquí y allá, y tendría a Moko completamente bajo mi control.
La dinámica entre ellos era interesante; mientras Mojo se llenaba de rencor y deseo de venganza, Moko parecía estar dispuesta a seguirle el juego. Era agradable ver cómo todo rodaba perfectamente en mi dirección.
Sin embargo, este mundo no tenía tanto que ofrecerme. Así que decidí dejar una marca antes de irme tras absorber el nucleo. Comprimí una bola de energía en mis manos, sintiendo cómo crecía en poder y destrucción. Con un movimiento rápido, la solté hacia el cielo antes de entrar al portal hacia mi mundo.
La explosión resonó detrás de mí mientras dejaba atrás un mundo devastado. Las llamas se elevaron hacia el cielo, iluminando la noche oscura como si fueran fuegos artificiales celebrando mi victoria. Mientras me alejaba con Mojo y su ex, sentí cómo una absurda cantidad de puntos se acumulaban en mi sistema como Rey Demonio.
"Subarashi", murmuré para mí mismo mientras caminábamos hacia nuestro próximo destino. Con cada paso, mi emoción creca, por fin me quitaría estas malditas bolas azules y follaria como conejo.
Tras salir del nexo pedí a uno de mis super esbirros que se encargara de giar a Mojo y Moko al sector científico de mi castillo mientras me dirigía a mi sala de mejora. Allí, liberé a las tres super perras y a Bellum, la mujer madura pelirroja que había capturado. Con ella, el proceso fue sorprendentemente fácil; un poco de manipulación mental y pronto se convirtió en mi sirvienta y asistente personal, lista para atender todas mis órdenes.
Antes de dejarla ir, decidí que necesitaba un pequeño "ajuste". La metí en una cápsula de mejora, un dispositivo que utilizaba para transformar a mis esbirros en super soldados. Sabía que podía hacerla aún más poderosa, así que ajusté los controles para maximizar su potencial. Quería que fuera la mejor versión de sí misma: no solo hermosa, sino también dotada de habilidades sobrehumanas y vitalidad inigualable para ser una secretaria puta y sexy.
Mientras la cápsula zumbaba con energía, observé cómo su cuerpo comenzaba a transformarse en la simulación. Era fascinante ver cómo la ciencia y la magia se entrelazaban para crear algo verdaderamente formidable.
Sin embargo, las tres perras poderosas no eran tan fáciles de manejar. Intenté lavarles el cerebro como lo había hecho con Bellum, pero se resistieron ferozmente. Su voluntad era fuerte, y eso me hizo sonreír; sabía que tendría que recurrir a métodos más tradicionales para quebrar sus mentes.
"Así que prefieren luchar", murmuré mientras me acercaba a ellas. "No hay problema. A veces, un poco de dolor puede ser el mejor maestro."
Comencé a preparar una serie de técnicas mentales y físicas diseñadas para romper su resistencia. Sabía que cada una tenía sus propios puntos débiles; solo necesitaba encontrar la manera correcta de explotarlos. Con cada intento fallido, mi determinación crecía.
"Prepárense", les advertí mientras comenzaba mi trabajo. "No hay escape de lo que les espera. Pronto serán parte de mi harem."
Y con un chasquido los cuatro ya estábamos en mi abitación y ellas fueron atadas a unas sillas.
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