—De acuerdo, eso es suficiente, Sandra. Hola, María. Mi nombre es Aelina Verlice, y soy la Maestra de la Secta de la Secta Doncella de Batalla.
¡María estaba atónita! Nunca esperó que conocería a la Maestra de la Secta de la Secta tan pronto. Ella es solo una débil niña de la Corte Exterior. ¿Por qué necesitaría conocer a la Maestra de la Secta? No, ¿por qué la Maestra de la Secta vendría en realidad a verla?
—¡Ah! Debe estar aquí para hablar sobre Mira —pensó María para sí misma, luego miró a la Anciana Sandra.
—Mira sí dijo que sentía como si la observaran de vez en cuando desde que nos unimos a la Secta. Parece que fue la Anciana Sandra quien informó a la Maestra de la Secta sobre los talentos de Mira. Ya puedo adivinar lo que quieren saber.
Aelina estaba examinando cada pequeño movimiento que María hacía y estaba un poco sorprendida de ver que María probablemente ya había deducido la razón por la cual estaban allí.