Pesadilla voló a través del campo de batalla donde los sirvientes de dioses muertos luchaban entre sí, incapaces de resolver su antiguo rencor incluso después de que hubieran pasado miles de años. Todo alrededor del corcel que galopaba, gigantes hechos de huesos negros se enfrentaban con furia asesina.
Cada golpe de una hoja oxidada, cada impacto de una garra viciosa, cada chasquido de mandíbulas aplastantes producía poderosas ondas de choque que removían la arena blanca y hacían parecer como si el mundo estuviera al borde del colapso. Chispas enfurecidas volaban al aire, y un clamor cacofónico llenaba el oscuro cielo.
—Locura, locura… ¡esto es una locura! —exclamó Sunny.
Sunny estaba en forma de sombra, deslizándose a través de la arena frente a Pesadilla. Él servía como guía, y el semental negro seguía, llevando a Jet y Seishan.