Un tenso silencio se asentó en la opulenta residencia del loco hechicero... quien, mientras tanto, miraba a Sunny con una expresión indescriptible en su pálido y hermoso rostro. Noctis no parecía contento en absoluto a pesar de haber aprendido finalmente el secreto que había estado buscando todo este tiempo.
En ese silencio, la voz ronca de Kai resonó de repente, llena de curiosidad educada:
—Estoy muy apenado... pero ese cuchillo de vidrio del que hablas... ¿por qué exactamente lo necesitamos?
Tanto Sunny como Noctis se volvieron hacia él. Después de una incómoda pausa, el inmortal se rascó la nuca y respondió:
—Ah... esa cosa, ya ves, es lo único que puede matar a Sevras, el bendecido del Sol. Y realmente, realmente quiero matarlo.
Al notar una leve confusión en el rostro del arquero, él pensó por un momento, y luego añadió:
—A ver, últimamente la gente lo llama Sevirax, el Señor de Marfil. ¿Lo has escuchado, verdad?