Max les dio a la infantería unas horas para que se acomodaran mientras él iba a revisar a los demás trabajadores, que en ese momento estaban en medio de la orientación con sus gerentes de sección. Hasta ahora, todos parecían ansiosos por empezar, y no había problemas mayores que los gerentes no hubieran logrado resolver, pero Max estaba seguro de que habría al menos uno o dos.
Muchos de los trabajadores tendrían personalidades fuertes, y algunos estarían convencidos de que serían mucho mejores gerentes que aquel bajo el que estaban, lo que estaba garantizado que llevaría a conflictos en el futuro, pero eso era una parte esencial de cualquier nave Segador.
Las mentes débiles no resistirían el estrés, pero las fuertes estaban destinadas a tener conflictos.