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Sintiendo la inquietud compartida por sus oficiales, los equipos de reparación trabajaban lo más rápido que podían para tener todo en orden en el campamento. Cada bahía de reparación estaba en uso, y para los mecha que podían ser arreglados sin la bahía dedicada, montaban un lugar en el centro del campamento para trabajar en ellos.
Incluso los soldados sin conocimientos mecánicos eran presionados para trabajar, llevando piezas, sosteniendo placas de armadura y asegurándose de que los depósitos de almacenaje de energía estuvieran llenos.
Solo una vez que cada pieza de equipo estaba en buen estado de funcionamiento comenzaron a relajarse.
La batalla dentro de la ciudad iba mejor de lo esperado. Los narsianos hicieron un empuje una vez que vieron la fuerza principal, pero su número no fue suficiente para desafiar a la fuerza Kepler, incluso con la ventaja de ser los defensores dentro de un entorno urbano.