Plaza San Hierländ, esquina Noroeste, en el tercer piso de un restaurante.
Cuando el espectro en forma de lobo con la rosa apareció frente a Ernes Boyar, el Conde Mistral de cabello plateado y ojos escarlatas apartó su mirada del Vizconde Sanguine. Una tenebrosa oscuridad surgió a sus espaldas e innumerables murciélagos pequeños aparecieron volando por toda la habitación.
«Soborno...»
Justo cuando ese Sanguine Earl murmuró en silencio esa única palabra, "vio" el transporte volcado, "escuchó" el relincho de los caballos y "olió" todo tipo de aromas. Sin embargo, no pudo identificar rápidamente el origen de la perturbación y del accidente.
En ese momento, su "visión" se oscureció al mismo tiempo que sus "ojos" parecieron perder la capacidad de captar la luz. ¡El estruendo en sus "oídos" también se detuvo!
El Conde Mistral se rio por dentro mientras se fusionaba con los murciélagos detrás de él, materializándose junto a Ernes Boyar en un instante.