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44.11% El Reino de las Garras (SAGA) / Chapter 15: Capítulo 2: Caras nuevas

Chapter 15: Capítulo 2: Caras nuevas

Parte 1
-¡Ustedes son los sobrevivientes del examen de ingreso! ¡Felicidades!
La persona que hablaba era la profesora Bellatrix, una señora de bastante edad que ya se le notaban algunas canas en su cabello negro, vestía un abrigo negro con unos acabados dorados similares a la ropa del patriarca.
El papel de Bellatrix en todo esto era algo similar al de una directora en este instituto (Centro de entrenamiento militar).
Todos los estudiantes (cadetes) se encontraban reunidos en filas en lo que parecía un comedor muy antiguo con paredes de piedra, candelabros adornados con telarañas y en cada cierta distancia habían antorchas encendidas sobre las paredes dando un ambiente algo lúgubre al lugar.
La ''directora'' Bellatrix siguió con su discurso ante la multitud de nuevos cadetes.
-Las instalaciones están divididas por 4 distintas instalaciones, que toman nombre de los 4 puntos cardinales, norte, sur, este y oeste. Basándonos en esto, serán asignados a uno de los puntos cardinales y a partir de ese momento vivirán y morirán por su ''casa''.
Un soldado entro por una puerta ubicada al fondo del salón, sus pasos hacían eco por el silencio casi fúnebre de todos los presentes. Procedió a entregarle un pergamino a Bellatrix y luego de hacer una ligera reverencia, el soldado dio media vuelta y se retiró por donde vino.
La directora Bellatrix abrió el pergamino, tosió una vez y siguió hablando.
-A continuación, empezare a asignar sus casas, fueron clasificados en base a las habilidades vistas por los jueces durante el encuentro del coliseo.
Ante las declaraciones de la directora, todos los estudiantes de nuevo ingreso empezaron a murmurar mientras se miraban entre sí.
¿Cuál era el sentido de clasificarnos? ¿Solo eran formalidades para asignarnos un dormitorio? ¿Realmente era algo tan simple como solo el lugar de descanso?, esos eran los tipos de pensamientos que se cruzaban por la mente de Alistair, y al parecer, no era el único con ese tipo de preguntas.
A la distancia, Alistair vio a su compañero Kenric, con el cual había cruzado puños en el examen de ingreso. Ambos cruzaron miradas, miradas de confusión, si ya los habían hecho pelear en una batalla real a muerte antes, el asignarlos a una instalación del punto cardinal, ¿no era otra prueba? Norte, sur, este y oeste, ¿realmente que significaba todo esto?
La directora empezó a leer el pergamino.
-Los estudiantes de la casa del norte son: Ursula, Petra, Equinox, Azarot...
Bellatrix siguió leyendo los nuevos miembros de la casa del norte.
Siguió leyendo los miembros de la casa del Este, Oeste y finalmente llegó el turno de los de la casa del Sur.
En el salón ya los miembros de las casas del Norte, Este y Oeste se habían retirado, en el lugar solo quedaban unos cuantos que por descarte iban a pertenecer inevitablemente a las casa del Sur.
La directora comenzó a leer el listado.
-Gabriel.
Un joven algo fornido de piel blanca, ojos azules y cabello rubio camino al frente.
-Kenric.
Con una sonrisa en su rostro, Kenric salió despreocupado al frente.
Y Así por un corto tiempo, Bellatrix siguió mencionando nombres del listado que tenía.
-Alistair.
Al escuchar su nombre, Alistair salió de la fila y camino hasta el lado de Kenric, el único con el que tenía alguna especie de relación luego de su encuentro.
-Ana.
Una mujer de cabello negro, ojos café claros y piel algo clara sin llegar a un blanco total, esa era Ana, y tomo lugar al lado del resto.
-Y para terminar, Orochi.
Al decir este nombre y solo ver una persona a la cual pertenecía ese nombre en toda la sala, el ambiente se tornó lúgubre, eran ellos y el.
Dio un paso, dio otro, y le siguieron para formar una caminata casual.
Orochi era un joven de cabello negro y ojos totalmente negros, tenía una piel clara, un aspecto relativamente delgado, de hecho, por la cabeza de Kenric no se le ocurre como pudo sobrevivir a la batalla real del coliseo, era extraño. Kenric tenía experiencia en combate, y sabía algo, cada fibra de su cuerpo le advertía que este chico era en extremo peligroso.
Y con esto, Orochi se puso al lado de todo el grupo ahora perteneciente a la casa Sur.
Con Orochi como último miembro, ahora la casa Sur estaba completa.
Por la puerta del fondo del salón entro un soldado pero solo tenía cubierto los brazos con armadura, el resto de su vestimenta era una ropa casual de tela de color negro al igual que su cabello.
-Les presento a su instructor por el resto del año, el estará a cargo de ustedes y se enfocara en que se vuelvan guerreros de elite.
-Gracias directora.
Y con una ligera reverencia, el instructor de la casa Sur dio media vuelta y volvió por donde vino, no sin antes mirar de reojo a los nuevos reclutas y mover ligeramente la cabeza indicando que deben seguirlo.
Todos los nuevos cadetes empezaron a moverse tímidamente en dirección hacia el instructor asignado.
Parte 2
Ya habían caminado por el castillo al menos durante 20 minutos, hasta que llegaron a una salida donde salía un rayo de luz cegador.
Todos se encontraban en campo abierto sobre una colina, a lo lejos podían ver el castillo donde se suponía que deberían estar.
-Bueno, me presento, mi nombre es Arne, y como lo dijo la directora Bellatrix, a partir de hoy hasta el fin de año, seré su instructor, todo lo que se, les será transmitido a ustedes en lo que queda del año.
Todos los cadetes solo guardaron silencio y Arne siguió con su discurso.
-Lo ideal sería que se presentara, ya saben, para forjar lazos entre compañeros y toda esa basura...
Hasta hace un momento el instructor Arne parecía alguien muy serio y riguroso, pero de un momento a otro su personalidad cambio a una totalmente descuidada, como si no quisiera estar aquí.
Una chica salía de entre los cadetes y se paró frente a ellos.
-Hola, mi nombre es Ana.
La chica que Alistair había visto anteriormente en la distribución de los grupos se hacía presente, tenía cabello negro hasta los hombros, ojos cafés, no era muy alta realmente.
-Vine aquí por dinero jajaja.
Ante las declaraciones de Ana, todos quedaron confundidos, incluso Arne, pero Ana expandió más su idea.
-Aunque dudo que les importe, mi padre murió hace muchos años en el campo de batalla, y mi madre desde que tengo 5 años me a criado ella sola, al punto de que su estado de salud se volvió inestable. Quiero devolverle todo lo que ha hecho por mí y que viva una vida saludable sin preocupaciones.
Alistair pensó que era algo muy noble, luego de su presentación más personas pasaron al frente a presentarse.
Eran un grupo de 20 personas aproximadamente.
Eventualmente llego el turno de Alistair, y paso al frente.
-Mi nombre es Alistair, soy originario de aquí, o al menos eso creo, soy adoptado, mis padres fallecieron, por culpa de la desigualdad de este país.
Todos los demás cadetes entre cerraron los ojos y Alistair siguió con su presentación.
-Mi objetivo, es cambiar este país desde adentro, y crear uno donde no haya desigualdad entre ricos y pobres, puede que sea un sueño estúpido, pero al menos quiero la cabeza del responsable del que volvió este país en una mierda en una bandeja de plata.
El instructor Arne solo dio una risa burlona, pero vio en la mirada de Alistair que todo lo que decía era enserio.
Paso nuevamente con el resto de sus compañeros.
El último en salir fue Orochi, aquel chico delgado con mirada perversa.
-Mi nombre es Orochi, claramente no soy originario de aquí, soy del reino del Fuego, vengo por algo así como un programa de intercambio entre naciones aliadas junto con otros nuevos reclutas que se encuentran en las otras casas. No tengo mucho que decir sobre mí realmente, pero, si se meten en mi camino no duden que los dejare en una zanja.
Todos los estudiantes (reclutas) que presenciaron la presentación solo tragaron saliva mientras un sudor frio recorría su espina dorsal.
Y con esto, la presentación de todos los nuevos estudiantes había terminado.
-Ahora, más arriba encontraran unas cabañas donde las usaran para descansar, serán divididos en parejas.
El sol pegaba bastante fuerte sobre los estudiantes.
Orochi rápidamente levanto la mano y hablo.
-A mí no me involucre, realmente no me interesa eso de las parejas, yo usare una cabaña para mí solo.
El instructor Arne levanto una ceja pero lo dejo pasar, dentro de su mente sabía que cualquier irregularidad con los transferidos podría provocar un problema entre naciones.
-Como sea, entonces, Kenric y Gabriel pasen a las cabañas y escojan la de su preferencia, aunque todas son iguales.
Gabriel camino suavemente al lado de Kenric mientras su cabello dorado se sacudía por el viento y contrastaba bastante con la calvicie prematura de Kenric.
Kenric parecía molesto por alguna razón, pero la pareja subió la colina en dirección a las cabañas.
-Los siguientes son Ana y Alistair.
Ana miro con sus ojos cafés claros directamente a Alistair.
-Sera un placer vivir contigo todo el año, jeje.
Ante este ''ataque'' inesperado Alistair no pudo responder y se sonrojo un poco, Ana noto esto y solo dio una pequeña sonrisa. Ambos se dirigieron hacia las cabañas colina arriba.
Parte 3
Se escuchó el sonido de una trompeta a la madrugada.
En circunstancias normales no se hubiera escuchado por el enorme ruido de la tormenta que golpeaba el área, pero Alistair y Ana se encontraban despiertos, en resumen, las cabañas eran un asco. El agua se filtraba por el techo en grandes cantidades, inundando las habitaciones y mojando las camas, era imposible vivir ahí, al menos en épocas de lluvia.
-Esto es un asco, hasta mi ropa interior esta mojada.
Ante estas fuertes declaraciones, Alistair no pudo evitar sonrojarse y mirar para el inundado suelo: -Bueno eso no importa, salgamos, esa trompeta debió ser algún tipo de señal.
-Tienes razón Alis.
-¿Alis?
-Clarooo, de Alistair, es un nombre muy largo, Alis es más bonito, combina con tu aspecto delgado.
-Ehhhh...
Esta chica era algo que Alistair no podía manejar.
-Como sea... salgamos.
La pareja salió a campo abierto donde vieron a las otras parejas esperándolos, eran los últimos. Y ahí se encontraba el instructor con lo que parecía una gabardina para cubrirse de la lluvia.
-Bueno, con todos aquí, es momento de entrenar...50 vueltas a la montaña.
Todos los presentes estaban impactados ante las declaraciones del instructor Arne y empezaron a quejarse.
-¡Silencio! No me importa la razón del porque están aquí, pero una vez aquí adentro deben obedecer mis órdenes, ¡así que vayan y corran esas 100 vueltas a la montaña!
Alistair escuchaba a sus espaldas las quejas de los otros cadetes.
-Creo que subió 50 vueltas más...
-Maldición, no esperaba esto.
-Realmente esto nos ayudara en algo, esperaba peleas con espadas como en la batalla del coliseo.
Y con las ordenes de Arne dichas, todos los cadetes salieron a correr bajo la tormenta y con el lodo cubriendo sus pies.
Parte 4
Ya habían pasado varias horas desde que empezaron a correr, incluso la tormenta ya había terminado y habían visto al menos 80 veces a su instructor sentado en el mismo punto mientras tomaba algo que parecía ser alcohol, no, claramente ya estaba ebrio.
A pesar de su aspecto, Orochi seguía al frente del grupo seguido por el dúo Kenric/ Gabriel, que parecían estar compitiendo entre ellos, aunque sus expresiones eran totalmente opuestas. Mientras que Gabriel mostraba un rostro sereno y feliz, Kenric estaba agitado y muy enojado por alguna razón que realmente no importaba.
Y de alguna manera, todo el grupo logro completar la carrera de 100 vueltas a la colina.
Al instructor Arne le costó ponerse de pie por el alcohol pero lo hizo.
-Bueno, vamos hacia el castillo, iremos a un lugar conocido para ustedes, el coliseo. Es hora de sus clases de esgrima.
Luego de escuchar esas palabras, los cadetes pusieron una sonrisa, como si la energía hubiera vuelto a su cuerpo, era momento del entrenamiento con armas, para lo que habían venido.
Todo el grupo junto a su embriagado instructor se dirigieron al coliseo del castillo.
Los pasillos oscuros del castillo se sentían tan lúgubres como siempre, pero ahora veían varios cadetes pertenecientes a las demás casas, a diferencia del primer día donde no se veía nadie aparte de algún que otro soldado que hacia labor de guardia.
Eventualmente llegaron al coliseo.
En las paredes del lugar se encontraban espadas de madera, mazos, escudos y otros tipos de armas para la práctica.
Una chica de cabello negro hasta los hombros y una postura encorvada llamada Caroline se encontraba algo nerviosa, nunca había usado un arma, y la forma en que supero el coliseo fue solamente escapando. Y su pareja Ririna, una chica de cabello rubio, piel clara tampoco tenía experiencia con las armas, aparentemente pertenecía a una familia adinerada.
-Tranquilas.
Alistair se acercó a la pareja y les enseño un poco de lo que sabía del manejo de espada.
-Realmente eres muy amable.
Le dijo Caroline mientras lo miraba desde su encorvada postura.
El instructor empezó a hablar.
-La mecánica es simple, será una clase autodidacta, el motivo de ser asignados con una pareja es para que ambos crezcan progresivamente y aprendan el uno del otro. Así que solo entrenaran con su compañero de cuarto.
Alistair no podía concentrarse en su pelea con Ana porque le preocupaban las dos chicas de antes (Caroline y Ririna), y en ese instante.
Un golpe llego directamente a su cabeza, por fortuna era una espada de madera, pero igual era doloroso.
El ataque era de Ana.
-Concéntrate Alis, así no creceremos en igualdad de condiciones.
-Está bien, me pondré serio.
Alistair adoptó una postura ofensiva, movió su pierna derecha hacia adelante progresivamente, lo mismo hizo Ana, y ambos en un instante se abalanzaron contra el otro chocando sus espadas de madera.
Y así llego el atardecer, todos dejaron las armas de entrenamiento donde las encontraron y se dirigieron nuevamente a sus cabañas en la montaña.
Caroline tímidamente agarro la camisa de Alistair por la espalda a lo que este se giró.
-¿Pasa algo?
-Ehhhhhhhhhh...
A Caroline le costaba hablar, hasta que se arrimó su compañera Ririna.
Ella solo quería agradecerte por haberle ayudado hoy durante el entrenamiento, y yo también te agradezco, realmente no somos muy buenas en esto de las batallas, así que gracias nuevamente.
-De nada, siempre es bueno tener amigos, y ustedes captaron mi atención, de una forma de amistad me refiero.
Alistair estaba algo avergonzado.
Los tres siguieron hacia la colina mientras en la salida del castillo los esperaba Ana con una sonrisa algo juguetona.
-Realmente eres un mujeriego Alis.
-No es eso.
Por las palabras de Ana, la tímida Caroline y Ririna se sonrojaron demasiado y no hablaron mucho el resto del camino.
Y con esto llego la noche.
Entre líneas 1
-¿Esto no llamara la atención?
-Claramente toda la atención se dirigirá hacia nosotros, de una forma u otra.
-Pero no teníamos opción.
-Ciertamente, no sabemos cuánto había escuchado.
-Realmente sería un problema para nosotros.
-¿Creen que deberíamos ocultarla?
-No, que esto sea una advertencia para todos el día de mañana.
Un hilo de sangre se deslizaba por la pared formando un charco de sangre en el oscuro pasillo.
Tenía un cuchillo en cada mano clavándola en la pared, era una crucifixión, su lengua salía de su boca escurriendo saliva y sangre, sus ojos estaban rojos y parecía que se iban a salir de sus cuencas en cualquier momento, parece que murió de asfixia. Pero también tenía el estómago abierto en vertical desde el pecho hasta la entrepierna dejando caer todas sus entrañas al suelo.
Ella era una chica tímida pero también alegre, no era mala persona en absoluto, pero su vida había acabado esta noche.
Su nombre era Caroline.

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