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El planeta Nibiru era un planeta extremadamente rico en energía, lo que provocó que desarrollara un mundo vibrante y diversamente poblado. No solo se encontraban decenas de millones de diferentes especies de bestias en este mundo, sino que también poseían una fuerza increíble.
Un resultado inesperado de esto, sin embargo, fue que se convirtió en un planeta extremadamente caótico. Las batallas ocurrían noche y día, y solo unos pocos señores que podían controlar grandes regiones del espacio lograron traer algo de calma a sus tierras, si es que elegían hacerlo.