Russell llevó a Clara a una villa privada en la capital. Por el camino, hizo todo tipo de llamadas y utilizó sus contactos para encontrar a alguien que ayudara a Victoria a resolver este asunto.
Clara podía sentir que Russell no era una persona ordinaria.
El hombre ardía de ansiedad en la villa mientras se paseaba de un lado a otro. Aunque el dinero podía hacer girar el mundo, hoy en día Internet estaba tan extendido que los ricos y poderosos estaban constantemente vigilados por la sociedad. Se trataba de un escándalo que no podía resolverse fácilmente con dinero.
Mientras tanto, «Victoria» parecía relajada y tranquila a pesar de que acababa de matar a alguien.