Martin era consciente de la complicada relación entre Jordan, Victoria y Russell.
—Russell, es una larga historia. Toma asiento, lo hablaremos en otro momento.
—De acuerdo. —Sin atreverse a desobedecer a Martin, Russell se sentó obedientemente.
El clamor en el local era incesante y los invitados entraban uno tras otro, lo que molestó bastante a Salvatore.
—Hay muchos invitados, pero ninguno de ellos está aquí por el Sr. Jordan. Todos están aquí por los Howard. Oye, ¿cuándo crees que Emily se colará en la boda?
A decir verdad, Salvatore echaba mucho de menos a Emily. Peló otro plátano y se lo metió en la boca. Sin embargo, en cuanto dio un mordisco, se atragantó de inmediato al ver en la puerta a una belleza a la que nunca había visto.
—Cof, cof... —comenzó a toser emocionado mientras seguía señalando la puerta abarrotada.