Mirando al gerente, Steve, que balbuceaba incoherencias, Jordan preguntó: —¿Qué pasa, señor?
Steve miró a Lauren y tragó saliva sin parar, aunque todavía no había visto su figura. Si fuera verano, o si tuviera afición por llevar ropa escasa como Elle, a Steve se le saldrían los ojos.
—No... no —Steve fingió estar tranquilo porque no quería perder la compostura delante de su subordinado.
Lauren extendió su mano hacia él y dijo: —Gerente Steve, ¿verdad? Hola, por favor, cuide de Jordan cuando trabaje aquí en el futuro.
Steve se sorprendió al instante: —¡No! ¡No hay problema! ¡Trataré a Jordan como a mi hermano y lo cuidaré bien! Tenlo por seguro.
Lauren sonrió y asintió antes de decirle a Jordan: —Jordan, Chloe y yo iremos al centro comercial ahora. No nos interpondremos en tu trabajo entonces.
—Muy bien —Jordan miró a Chloe y le dijo—: Cariño, te veré mañana por la mañana.