—Mamá... —Raquel murmuró con una mirada de culpa y preocupación mientras comenzaba a acercarse a su madre impactada.
La voz de Cecilia se quebró, una docena de terribles pensamientos chocaron en su mente mientras tartamudeaba:
—¿Qué... Qué haces aquí?
—Ya debes saber por qué está aquí, Cecilia —dijo Asher, su voz calmada y al mismo tiempo firme.
Cecilia se giró lentamente hacia él, su mirada llena de un horror incipiente mientras él añadía:
—Está aquí para ayudarte a ver la verdad.
—No... no... esto no puede estar pasando... —Sus ojos saltaron entre Raquel y Asher, las piezas del rompecabezas cayendo en su lugar, formando una imagen que no podía soportar mirar.
La presentación de Asher por parte de Raquel, las miradas persistentes, el secretismo—todo de repente tenía un sentido insoportable. Todos esos puntos finalmente se conectaron en su mente.
Ella miró a Raquel, su voz quebrándose: