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—Buen entrenamiento, ¿eh? —dijo Aiden riendo un poco mientras ella parecía completamente sin energía.
—No, pero en serio, ¿cuándo voy a hacer algo más? Puedo adivinar por qué me pides hacer este ejercicio, pero es duro, ya sabes —se quejó mientras mostraba que ambos brazos ya no tenían fuerza para moverse.
—¿No dijiste que harías lo que yo diga? Ya verás. Creo que en una semana a partir de ahora, probablemente podamos pasar al siguiente paso —anunció Aiden para darle algún tipo de meta que alcanzar.
—Bien, supongo, y por cierto, creo que deberías intentar moverte mientras disparas porque te ayudará en el futuro ya que cuando estés en una pelea será difícil estar completamente quieto al disparar —dijo Emma cambiando completamente el tema de la conversación.
—Hmm, está bien, lo intentaré, pero creo que tomaré un pequeño descanso del entrenamiento con el arco, necesito concentrarme en aprender la técnica de tu familia.