Desde que Andrew decidió apoyar el proyecto de Adam sobre contratar omegas en la cadena de hoteles Royal había entendido que no sería fácil, no solo por la resistencia ejecutiva, sino por el tipo de problemas que eso acarrearía.
El acoso alfa era algo bastante normal, lamentablemente, y también se había vuelto algo bastante normal en la cadena de hoteles, cada mes se recibían uno o tres casos de un omega acosado de una manera u otra durante el trabajo, cada mes se perdían uno o dos clientes, sin embargo, el rendimiento laboral de los omegas lo compensaba.
Había sabido que los omegas eran una fuerza laboral a tomar en cuenta, pero debido a tabúes sociales eso había sido una aceptación lenta durante los últimos años. Empresas Grayson no eran los primeros en contratar omegas, pero si eran una de las primeras empresas que les otorgaban en totalidad los beneficios correspondientes a betas y alfas.
Los omegas hasta ahora, en los pocos meses de implementar el plan de trabajo desarrollado por Adam, habían demostrado valorar eso y reaccionaron en consecuencia.
Andrew, entonces, estaba contento por lo bien que iba el proyecto, pero era lamentable ya estuviera acostumbrado a recibir los reportes de acoso alfa, casos que ya habían sido manejados acorde a un protocolo, sin embargo, se había llevado una sorpresa al leer uno de los reportes y descubrir uno de esos casos había sido Evan Clare.
Era un tema delicado para tratar con Adam, el omega era el papá de su hijo, probablemente sería una conversación difícil de abordar, Andrew no tenía duda su primo al enterarse iría directamente hacia el omega en su próxima visita.
Sabía que no había un interés de Adam hacia Evan, solo que inconscientemente Andrew temía la reacción de su primo.
Cuando Adam había estado interesado en Tristán, había actuado de forma irracional.
Recordaba una ocasión donde un alfa había intentado acosar a Tristán, la respuesta de su primo había sido gruñir y dominar al otro alfa, como un neandertal. En otra ocasión había comprado y cerrado un restaurante solo porque Tristán había sido ofendido en el lugar.
Entendía eran diferentes situaciones, omegas completamente diferentes, Adam había cambiado, había vuelto a su antigua forma de ser, pero la mala experiencia estaba allí.
Sinceramente no tenía idea clara de su reacción. Andrew aflojó su corbata, suspiró y tocó la puerta de la oficina de Adam en su departamento.
Poco después entró y miró a su primo en el escritorio, trabajando tras la computadora.
—Adam, necesito hablarte… ocurrió algo con Clare en su trabajo —dijo Andrew, yendo directo al asunto en cuestión.
Adam hizo una pausa en su trabajo, lo miró sobre la computadora, ojos azul grisáceo insondables.
—¿Algo?
Andrew no se retorció bajo esa mirada, le dio comezón en la rodilla y de ahí su incomodidad al no poderse rascar.
—Fue atacado por su primo Nate mientras trabajaba. Evan está bien gracias a la rápida intervención de una huesped.
—Nate Clare —dijo Adam, su ceño se frunció ante la mención del otro alfa.
—¿Lo recuerdas? —preguntó con cuidado. Se podría decir Nate había sido uno de los tantos rivales de Adam por Tristán.
—¿Se procedió como se debía? —preguntó, en lugar de contestar.
Andrew tomó asiento, concentrado en la reacción de su primo.
—Si, fue vetado, aunque hizo un escándalo cuando lo sacaron. Intentó usar su apellido para intimidar.
Adam se burló.
—Probablemente ignoro estaba en uno de nuestros hoteles –agregó, cuando Adam volvió la mirada a la pantalla para continuar con su trabajo.
Luego de minutos de silencio, Andrew decidió que había estado pensándolo demasiado, su primo no estaba interesado en Evan Clare. Se sintió mal por dudar.
—¿Él está bien?
—Físicamente si, se negó rotundamente a la asesoría psicológica….
El rubio lo miró con una ceja alzada ante ese comentario.
—En el reporte decía que estaba bastante afectado –explicó.
—¿A qué hora paso esto?
—Por la tarde. Te lo digo porque sé te reunirás con él. Ten un poco de tacto.
Adam solo lo miró. Esta vez Andrew si se removió incómodo en la silla.
—Puedes ser bastante intimidante —se defendió—, un omega que acaba de pasar por algo así estará bastante sensible.
—Creí que no te agradaba.
—No importa si me agrada o no, nadie debería ser tratado así bajo ninguna circunstancia.
Adam había decidido dejar a su hijo con el omega y Andrew había tenido un vistazo del porque.
Evan Clare le había parecido educado y decente. Alguien demasiado tranquilo, para el cuál lo único importante en la vida era claramente su hijo.
Adam había tenido razón sobre Chris, el niño era muy inteligente y perceptivo, y se había dado cuenta del desplante de Andrew a su padre omega y en respuesta lo había ignorado, comportándose tan frío como un Grayson podía serlo. Chris era como una pequeña copia de su primo, solo que en lugar de rubio era castaño. Y era mucho más adorable.
—¿Se verán aquí o iras a su departamento?
Adam lo estudió, obviamente descubriendo que Andrew esperaba que se reunieran en el pent-house para llegar sin invitación y volver a ver a su sobrino.
—Iré a su departamento.
Andrew se animó al escucharlo. —Oh, ¿crees que podría…?
—No.
—Bien, solo quería ver al pequeño Chris –refunfuño mientras salía.
____________________________________
Mientras llevaba los platos a la cocina, Evan escuchó como Chris aceptaba la sugerencia de Adam de traer el juego de ajedrez. Dejó los platos en el fregadero viendo al niño pasar hacía su habitación.
—Antes lava tus dientes —le pidió.
Cuando Adam se ofreció a lavarlos, Evan aceptó y tomó un trapo para ayudar a secarlos. Le dio una mirada al rubio y se preguntó como sacar a colación lo que quería compartirle. Adam se marcharía luego de jugar una o dos veces con Chris, y a pesar de lo que su niño pudiera sentir hacia el otro, no perdía la oportunidad para hacerle alguna pregunta del juego tras perder, haciendo Adam aprovechará esto para demorar el final de la visita un poco más.
—¿Estas bien?
Un poco sorprendido, Evan dejó de secar un plato y estudió su expresión, se dio cuenta de que probablemente sabía lo que había pasado con Nate. Dado lo que quería tratar estaba relacionado asintió en respuesta y aunque le hubiera gustado no cambió de tema.
–¿Cómo lo supiste?
–Andrew, compartió que fuiste atacado en el hotel donde trabajas. Por tu primo.
Evan volvió a hacer lo que hacía pretendiendo así no se notará la tensión en su cuerpo ante esa declaración.
–¿Lo conoces?
—Nate ya no será admitido en el hotel –dijo simplemente.
—… ¿Interviniste en eso? –preguntó, sintiéndose bastante aliviado, apesar de que no debería.
–Era lo que se debía hacer.
Evan lo miró de reojo, asintió en acuerdo a lo dicho y se guardó un gracias.
—¿Conoces a Nate? –repitió.
Adam hizo una pequeña mueca que lo sorprendió.
—Hace años. Por Tristán.
—Ya veo… —dijo, confirmando algunas suposiciones.
Quedaba claro que los únicos que podían hacer mostrar inestabilidad al compuesto Adam eran los protagonistas.
—¿Hay algo más?
Evan se preguntó de cuanto en realidad podía darse cuenta el otro como alfa, se preguntó si la preocupación tenía olor.
—Hay algo que no me estés diciendo. ¿Se relaciona con Chris?
Suspiró y se movió para apoyarse contra el fregadero luego de inclinarse para confirmar Chris no hubiera regresado.
—… Él sabe sobre esa noche —compartió Evan, un tono aún más bajo del que habían estado usando.
Adam se secó las manos con una toalla de cocina.
—¿Cómo?
— ... Al parecer estuvo ahí.
—¿Qué fue lo que dijo?
—Que cometí un error y yo termine drogado… que mis planes se vieron frustrados —murmuró, cerrando los ojos, ambos entendían lo que significaba eso.
Permanecieron en silencio, meditando lo que implicaría fuera verdad esa información.
Evan había intentado drogar a alguien para obligarlo a estar con él, ¿Adam estaría dispuesto a seguir dejando a Chris a su lado si confirmaba se había hecho algo tan nefasto para dañar a alguien? Por un estratagema tonto de un omega desesperado se había visto involucrado y había desconocido la existencia de su hijo.
—No sé como terminaste involucrado —dijo, sin atreverse a mirar a Adam—. Fuiste drogado, quizás por mi… sigo sin poder recordarlo –se excusó, reconociendo lo débil de esa mentira.
Se dio cuenta del hecho de que Adam se había acercado a él, su mirada menos escrutadora.
—Había considerado el que también te habían tendido una trampa.
–Una trampa… –dijo, pensando en Nate, en su odio al anterior Evan.
—No estaba seguro de tu total culpabilidad esa noche, no sé lo que paso más allá de lo que te he dicho. Hay una gran posibilidad de que haya sido una trampa para ambos.
El rubio suspiró y tocó su rostro, un gesto de remordimiento.
—Recuerdo que fui a ese hotel por Tristán —admitió Adam entre dientes al recordar—. Lo perseguí allí. Luego de llegar y no encontrarlo, bebí una copa de vino, había algo en la bebida que hizo efecto rápidamente… de un momento a otro fui llevado a una habitación.
Evan escuchó con atención, eso era algo que Adam ya le había dicho, sin embargo se sorprendido por la pequeña culpa que sintió esta vez a pesar de no haber sido él quien lo dañara. Villano o no, Adam había sido drogado para estar con un desconocido.
–Tras conocerte y enterarme de la existencia de Chris fue cuando por fin averigüé que el omega allí dentro habías sido tú. Ahora, parece que tu tampoco estabas allí por voluntad propia.
—No sé si realmente estaba drogado… –El anterior Evan parecía haber hecho tantas cosas condenables, creer que alguien también lo había apuntado esa noche no era algo que ahora le sorprendiera.
–Eso ha quedado claro.
Evan sostuvo sus mirada.
Al entender, quizo preguntar el que lo había convencido exactamente de creer en su perdida de memoria, pero se contuvo.
Simplemente tomaría esa ventaja y no preguntaría, o no podría tranquilizarse a su alrededor jamás.
—Intentaré averiguar lo ocurrido esa noche otra vez —Adam continuó—. Te lo dije antes, la información fue enterrada. No tenías y no tienes los medios suficientes para hacer algo como eso.
Antes de que pudiera responder o alejarse, Chris volvió, al verlos parados cerca pareció molesto, sus ojos se centraron en Evan antes de fruncir el ceño y mirar a Adam.
Ignorándolo, el rubio se acercó a la mesa para sentarse.
—Supongo que quieres una revancha por la última vez —declaró, dirigiéndose a Chris.
—O lo hace, disfruta jugar contigo —dijo Evan.
Chris se sonrojo, pero Evan lo cargo en sus brazos antes de que pudiera decir algo, su vergüenza pareció hacerlo olvidar de lo que sea hubiera notado al entrar, no obstante, intuía que volvería a eso tarde o temprano.
Los tres volverían a eso tarde o temprano.
Desempleada, pero ahora con tiempo para escribir... hay que verle el lado bueno a la vida.