El futuro esposo de Lorene parecía un noble mercader que poseía un aire de encanto refinado y accesibilidad. Con una figura delgada que lleva consigo un aire de gracia, se alza como un testimonio tanto de su linaje noble como de su agudo sentido del estilo. Su vestimenta está confeccionada con gusto, una mezcla de tejidos ricos y detalles intrincados que denotan su estatus.
Sus ojos tienen un cálido destello, y su sonrisa genuina es rápida en saludar a aquellos con quienes se encuentra. Suaves olas de cabello castaño enmarcan su rostro, agregando un toque de vitalidad juvenil a su apariencia general. A pesar de sus orígenes nobles, hay una falta de altanería en su comportamiento; su naturaleza afable y disposición amistosa hacen que sea fácil para otros sentirse cómodos en su presencia.