Rain se encontró en una encrucijada, indeciso sobre su siguiente movimiento. La vista de las figuras encapuchadas a la distancia presentaba un dilema: ¿debería acercarse para averiguar su identidad o mantenerse discreto y observar desde lejos? Los posibles resultados pesaban mucho en su mente.
Tras un momento de reflexión, Rain optó por ejercer precaución y esperar su tiempo. Aunque la posibilidad de que sus amigos estuvieran entre las figuras tiraba de él, reconoció la necesidad de ser circunspecto. La idea de que pudieran haber caído bajo la influencia de una fuerza externa, como el control mental, era una realidad sobria que no podía ignorar.
Rain se acomodó en una posición donde podía mantener su observación, permitiendo que los eventos se desarrollaran antes de hacer cualquier movimiento decisivo. Entendía que la paciencia era un activo en esta situación, lo que le permitía reunir más información antes de actuar.