Chapter 7: Capitulo 7
Con el paso de las semanas, la relación entre Isabella y Alejandro experimentó cambios sutiles pero significativos. A medida que aprendían a comunicarse mejor y a apreciar las fortalezas del otro, comenzaron a construir una base más sólida para su matrimonio.
Una tarde de sábado, Isabella estaba en su estudio de arte, concentrada en una nueva serie de pinturas inspiradas en sus emociones y experiencias recientes. El tema del matrimonio y las expectativas sociales se reflejaban en cada trazo de color en el lienzo. Estaba absorta en su trabajo cuando escuchó pasos detrás de ella.
Volviéndose, vio a Alejandro observando sus pinturas con una expresión pensativa en el rostro.
—¿Qué te parece? —preguntó Isabella, con curiosidad.
Alejandro la miró, luego volvió su atención al cuadro que tenía delante.
—Son intensas. Capturan mucho más que solo formas y colores —respondió él, sus ojos oscuros evaluando cada detalle.
Isabella asintió, sintiendo un atisbo de orgullo por su trabajo.
—Intento expresar lo que siento y lo que veo a mi alrededor. El matrimonio ha sido una fuente inagotable de inspiración, tanto positiva como desafiante.
Alejandro la miró fijamente, como si estuviera considerando algo importante.
—Isabella, hay algo que necesito decirte —comenzó él, su voz grave y medida.
Isabella dejó el pincel sobre la paleta y se giró completamente hacia él, sintiendo una mezcla de curiosidad y anticipación.
—¿Qué pasa, Alejandro?
Él se acercó lentamente, mirándola directamente a los ojos.
—Hay algo que he mantenido en secreto desde hace mucho tiempo. Algo que nunca he compartido con nadie.
Isabella se quedó sin aliento, sintiendo que el aire se volvía denso a su alrededor.
—¿De qué se trata?
Alejandro respiró profundamente antes de continuar.
—Yo... no siempre he sido honesto contigo sobre mi pasado.
Isabella lo miró, esperando que continuara.
—La verdad es que... no estoy en silla de ruedas por necesidad física.
Isabella se quedó atónita, procesando lentamente sus palabras.
—¿Qué quieres decir?
Alejandro bajó la mirada por un momento, luego la levantó para encontrarse con la suya.
—Fue un accidente hace años. Me dejó temporalmente paralizado, pero luego recuperé la movilidad. Sin embargo, decidí mantener la apariencia de que necesitaba la silla de ruedas por razones personales y profesionales.
Isabella se quedó sin palabras, asimilando la revelación que acababa de escuchar. Todo parecía girar a su alrededor mientras intentaba procesar la información.
—¿Por qué? —murmuró finalmente, sintiendo una mezcla de confusión y sorpresa.
Alejandro suspiró, suspirando profundamente.
—Mi familia tiene negocios muy complejos y competitivos. Mantener esa imagen me brindaba una ventaja estratégica. Pero ahora que estamos casados, siento que debo ser completamente honesto contigo.
Isabella se levantó lentamente, necesitando espacio para pensar. Caminó hasta la ventana y miró hacia afuera, viendo el sol ponerse sobre los tejados de la ciudad.
—¿Por qué me lo estás diciendo ahora?
Alejandro se acercó a ella, sus pasos cautelosos.
—Porque confío en ti, Isabella. Y porque quiero que nuestra relación sea honesta y basada en la verdad.
Isabella se volvió hacia él, encontrando en sus ojos oscuros una mezcla de vulnerabilidad y determinación.
—Gracias por confiar en mí, Alejandro. Pero necesito tiempo para procesar todo esto.
Él asintió comprensivamente.
—Tómalo. Estoy aquí cuando estés lista para hablar.
Esa noche, Isabella se acostó en la cama, con la mente llena de preguntas y emociones encontradas. A pesar de la sorpresa y el desconcierto, también sintió un nuevo nivel de intimidad y conexión con Alejandro. Sabía que esta revelación cambiaría las cosas entre ellos, pero también esperaba que les permitiera construir una relación más auténtica y honesta.
Con esa esperanza en el corazón, cerró los ojos y se sumergió en un sueño inquieto, esperando encontrar respuestas en los días que vendrían.
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