Al ver por la ventana de mi habitación, con el vidrio empañado por las gotas de lluvia empecé a recordar cómo hacía dos años atrás, me escondía de la lluvia en una parada de autobús, el cielo estaba gris y mi resistencia a los días de colegio habían terminado, con altibajos, un trabajo fin de semana, durante la escuela, dónde no era agradable pasar desapercibida para todo mundo, me sentía poco agraciada, cuando algún chico se hacercaba a mi amiga, inmediatamente buscaba la manera de retirarme y no "estorbar,"
miraba a mis compañeras de estudios básicos que eran pretendidas por jóvenes, eso solo exacerbava mi soledad, mi falta de autoestima, la incomprensión que sentía no era digna de que alguien pudiera sus ojos en mi, ni siquiera la compañía de mi amiga Mirna que era preciosa y rodeada de pretendientes. Mi ansiedad por ser aceptada me llevo a ser la que hacía las tareas de "mi querida amiga" que se aprovechaba de mi, en todo lo referente a lo escolar era yo la que cumplía con tareas y proyectos, buscando encajar en el hambiente escolar... daba gracias a Dios que esos tiempos habían terminado... Heme aqui recién graduada de educación básica, sola mientras los compañeros festejarían yo esperando en esta parada de autobús para ir a trabajar, no era patética, pensando en cómo se divertirán ni siquiera ese día podía darme el lujo de asistir a un evento así, viviendo con mi tía que por humanidad me acogió en su casa, no quería ser carga ni dar molestias, pensaba en un día ser independiente tener un lugar propio y si poder enamorarse. Una pareja que caminaba sonriendo uno al otro, que no tenían ojos para nadie a su alrededor se notaba el que el amor los había atrapado, gente cubriéndose con sus paraguas de pronto un automóvil paso derrapando junto a la parada y me baño literalmente con agua estancada de lluvia.
Ahora sí Elena lo que faltaba tu regalo de graduación me decía en mi mente, no sabía si reír o llorar, sacudí lo que se pudo de agua acomode mi cabello lo mejor que pude y me dije tengo que continuar... a los 5 minutos se estacionó un automóvil y yo revisaba la hora aún quedaba tiempo para ir a trabajar al restaurat donde trabajaba de mesera, cuando derrepente un hombre me ofrecía un pañuelo para secar mi rostro levanté mi vista y dude es a mi, me pregunte yo misma.... Unos ojos color miel y unos labios carnosos que me preguntaban estás bien, sentí como mis mejillas ardían de calor al ver al joven que preguntaba,.
_Estoy bien gracias, no es nada solo un poco de agua...
_Mi nombre es Sebastián se disculpaba por el incidente, te puedo ayudar en algo, te llevo, me ofrecía.
_yo estaba en shock mi mente solo podía pensar en esos hermosos labios, y esos ojos que me veían, quitándose su saco lo coloco sobre mis hombros, hasta ese momento me di cuenta que mi ropa mojada se adhería a mi cuerpo ...
_ Mis mejillas se ensendian y con voz como murmullo conteste soy Elena....
Sin darme cuenta fui tomada por los hombros con un brazo de Sebastián que amablemente me llevaba a su automóvil, abría la puerta y me invitaba a sentarme, quise poner resistencia, pero la verdad sentía tan cálido ese brazo, que me sujetaba y ese olor embriagador de loción que atravesaba mis sentidos nublado mi razonamiento, su estatura imponía, mis pies se movían como autómatas
_Cómo podría poner resistencia? no soy invisible me decía, que está ocurriendo, si seguro estoy soñando...
despierta... despierta me decía a mi misma es un desconocido, no subas al auto, me sorprendí, pensando en eso cuando escucho cerrarse la puerta del conductor, esos ojos mirándome haciéndome sentir hipnotizada, _ baja del auto, Elena baja es un desconocido, no salían palabras de mi boca hasta que escuche el motor encenderse.