Hades~
La puerta se cerró automáticamente, sellándonos del resto del mundo mientras Kael y yo nos sentamos al frente de la mesa. A nuestro alrededor, los gobernadores y embajadores de la manada de Obsidiana llenaban los asientos restantes. Se sentaron en silencio, esperando mi orden.
—¿Comenzamos, caballeros? —pregunté, mi voz baja pero cargando el peso de la autoridad.
—Sí, Su Majestad —hicieron eco al unísono.
Me volví hacia el Embajador Morrison, un hombre de aspecto astuto cuyo rostro surcado de líneas daba la impresión de que había presenciado la Guerra Licantrópica de los Siglos Oscuros en primera persona. Su cabello, con mechones grises, le confería un aire de sabiduría sombría. Me devolvió la mirada con un asentimiento seco.
—Embajador Morrison —dije inclinándome hacia adelante, mis dedos entrelazados debajo de mi barbilla—. ¿Cuáles son los resultados del software espía que plantó en Alturas Lunares?