Mi mente corría con la decisión imposible que enfrentaba. Luther me había puesto entre la espada y la pared. Alexander estaba allí como una distracción, pero ¿cuánto duraría?
—¿Theo?
Parpadeé, mis ojos se dirigieron hacia Warren. Se estaba conectando conmigo a través del vínculo mental.
—Theo, tú concéntrate en Luther. Yo me encargaré de Maggie —dijo.
—T-tú mantuviste el vínculo mental... ¿por qué? —Estaba demasiado sorprendido para decir algo más inteligente para resolver la crisis que nos esperaba que preguntar la pregunta de baja prioridad.
Si Warren mantenía el vínculo mental, eso significaba que aún me veía como el Alfa de la manada real y el Rey Alfa. Pensé que nos había traicionado y me había dado la espalda para siempre. ¿Por qué se había quedado en la manada real? ¿No me odiaban tanto él como su hermana?