Durante un largo y tenso momento, la mano de la mujer se mantuvo suspendida cerca del cajón, la atmósfera cargada de tensión mientras Serena la observaba fijamente. Nvidia parecía empeñada en hacer todo lentamente, como alargando el suspense. Y entonces, sin previo aviso, lo abrió, revelando nada más que una pila de archivos antiguos. Serena exhaló, su cuerpo se relajó ligeramente pero su mirada seguía aguda, observando cuidadosamente a la mujer mayor.
Nvidia soltó una risita suave, sus dedos pasando por los papeles en el cajón, como si disfrutara del momento. —Relájate, Señorita Serena. No estoy aquí para hacerte daño, al menos no de la manera que esperas... por ahora. Sin duda, mi objetivo final es deshacerme del último de la línea de sangre de Edwina, pero creo que ya no tengo prisa. Especialmente después de ahora. Pareces admirar a Edwina. ¿La... respetas? —preguntó.