—¿A dónde vas? —Song Yan llamó desde atrás mientras miraba a Song Lan que intentaba alejarse del almacén—. ¿No te gusta robar suerte? ¡Entonces también debes estar preparada para las consecuencias!
Mientras hablaba, llamó a su familiar de vuelta y luego invocó orbes resplandecientes con un movimiento de su mano que se adhirieron a los siete órganos principales del viejo maestro. El viejo maestro se elevó en el aire como si fuera llevado por un hilo mágico y luego fue lanzado junto a Song Lan, con un golpe se estrelló contra la puerta metálica del almacén y escupió un bocado de sangre a los pies de Song Lan y esta quedó aterrada.