—Eso estuvo más cerca de lo que esperaba —dijo Ian, mientras inspeccionaba los restos.
En su exploración, Ian se percató de que las paredes de la cueva, donde antes estaban los gusanos, brillaban con un tenue resplandor. Se acercó y, para su sorpresa, encontró varios cristales incrustados en las rocas.
¿Qué es esto? se preguntó en voz alta, mientras arrancaba uno de los cristales de la pared.
De inmediato, Ian llamó al sistema, esperando obtener más información.
Sistema, ¿qué son estos cristales? preguntó mentalmente.
El sistema respondió con una voz mecánica y precisa:
Piedras espirituales de bajo rango. Pueden ser utilizadas para la cultivación o para mejorar habilidades mágicas. También son útiles como fuente de energía en diversas técnicas y formaciones.
Piedras espirituales... murmuró Ian, sintiendo el peso del cristal en su mano. Era un hallazgo invaluable para su entrenamiento y para fortalecer sus habilidades. Sin dudar, comenzó a excavar más de estas piedras, llenando su bolsa con todas las que podía encontrar.
Tras unos minutos de intensa excavación, Ian y sus almas esclavas lograron recolectar una buena cantidad de piedras espirituales. Sin embargo, mientras seguían avanzando hacia el fondo de la cueva, Ian sintió algo diferente en el aire. Era una energía extraña, densa y envolvente.
Finalmente, llegaron a una cámara oculta, iluminada por un charco de líquido brillante en el centro. La energía espiritual líquida emanaba del charco como una fuente inagotable, llenando el aire con su poderosa presencia.
¿Qué es esto? dijo Ian, asombrado.
Sabía que estaba frente a una oportunidad única. Sin perder tiempo, se sentó cerca del charco y comenzó a absorber la energía espiritual que flotaba en el aire. El líquido emitía una corriente constante de poder, y Ian sintió cómo su cuerpo comenzaba a reaccionar de inmediato.
La energía fluía por sus venas, elevando su poder y aumentando su control sobre el ki. Ian entró en un estado profundo de meditación, concentrándose en cada partícula de energía que absorbía. Los segundos se convirtieron en minutos, y los minutos en horas mientras su cuerpo avanzaba en el Entrenamiento de ki.
Con cada respiración, sentía cómo su energía mágica crecía, y su conexión con el entorno se volvía más fuerte. Entonces, de repente, un cambio importante ocurrió dentro de él: su ki se estabilizó, alcanzando un nuevo nivel.
¡Tercer nivel del Entrenamiento de ki! pensó Ian, sintiendo cómo su poder espiritual se incrementaba enormemente.
El charco de energía seguía vertiendo su poder, y Ian continuó absorbiendo hasta el límite de su capacidad. Por un momento, sintió que estaba a punto de romper el siguiente nivel, pero justo cuando estuvo a punto de alcanzar el cuarto nivel, algo lo detuvo.
Casi... casi lo consigo... susurró Ian, respirando con dificultad.
Aunque no había logrado romper al cuarto nivel, su energía mágica y su ki habían mejorado drásticamente. Se levantó lentamente, sintiendo cómo su cuerpo estaba lleno de poder renovado.
Después de sentir cómo su poder se había incrementado, Ian se levantó con renovada determinación. Observando las paredes llenas de cristales espirituales de bajo rango y el charco de energía líquida, sabía que no podía dejar esos recursos sin aprovechar al máximo.
Ya no quedan peligros en la cueva dijo en voz alta, haciendo un gesto para que sus almas esclavas se acercaran. ¡Dispersense y recojan todas las piedras espirituales de bajo rango! No dejaremos ni un solo cristal sin excavar.
Los goblins y demás criaturas bajo su control obedecieron inmediatamente, comenzando a excavar con rapidez y precisión. Los goblins magos utilizaban su magia para arrancar los cristales incrustados en las paredes, mientras que los guerreros cavaban con manos y herramientas improvisadas, recolectando cada trozo de piedra espiritual que encontraban.
Ian observaba el proceso con calma, satisfecho de cómo sus órdenes eran cumplidas al pie de la letra. Sin embargo, su atención pronto se centró en el charco de energía espiritual líquida que aún emanaba un suave brillo. Aunque había absorbido gran parte de su poder, quedaba lo suficiente como para almacenar.
Tarek, ven aquí llamó Ian al goblin que había demostrado ser el más astuto en momentos difíciles.
Tarek, el goblin, se acercó rápidamente con reverencia en sus ojos.
Quiero que recojas lo que queda de la energía espiritual líquida ordenó Ian, señalando el charco.
Sí, maestro respondió Tarek, con voz temblorosa.
Sin perder tiempo, el goblin sacó varios frascos de vidrio, los mismos que usaban para almacenar pociones, y comenzó a llenar cada uno con el líquido brillante. La energía espiritual fluía suavemente hacia los frascos, iluminando las manos de Tarek mientras realizaba la tarea con gran cuidado.
Este líquido será invaluable para mi futuro entrenamiento murmuró Ian para sí mismo, observando el proceso. Sabía que la energía espiritual líquida era un recurso raro y poderoso que podría utilizar en momentos críticos.
Mientras tanto, el resto de sus almas esclavas continuaban trabajando diligentemente. El sonido de las herramientas y la magia arrancando cristales resonaba en la cueva. El brillo de las piedras espirituales reflejaba en las paredes, creando un ambiente casi surrealista.
¡Escaven todo! ordenó Ian con firmeza. No dejaremos ningún cristal ni piedra sin recoger. Revisen cada rincón de la cueva.
Las almas esclavas se dispersaron por toda la cueva, explorando cada grieta y cada recoveco. No dejaban ningún espacio sin revisar, asegurándose de que no quedara ninguna piedra espiritual sin excavar.
Ian, por su parte, cruzó los brazos mientras vigilaba el progreso de la excavación. Cada piedra espiritual de bajo rango que recogían significaba más recursos para su entrenamiento futuro, y eso lo llenaba de satisfacción.
Mientras Tarek terminaba de llenar los frascos con la energía espiritual líquida, Ian sintió que todo estaba bajo control. La cueva, ahora vacía de peligros, estaba siendo despojada de todos sus recursos.
Después de varias horas de trabajo constante, el último cristal fue arrancado de las paredes, y el charco de energía líquida fue completamente almacenado en frascos. Ian, viendo que todo estaba en orden, asintió satisfecho.
Buen trabajo dijo en voz alta. Hemos saqueado todo lo que esta cueva tenía para ofrecer. Ahora, es momento de marcharnos y prepararnos para el siguiente desafío.
Con los recursos recolectados y sin más que obtener de la cueva, Ian y su ejército de almas esclavas comenzaron a salir del lugar, listos para enfrentarse a lo que les esperaba afuera.