```
[Perspectiva de Margarita]
Hice algo de espacio para que Ángel y los demás entraran.
Mantuve mi mirada en Elizabeth. Parecía un poco rara.
No parecía poder sostenerse. Parecía no notar la afilada hoja en su cuello. Casi fue arrastrada a la casa por el alto Licántropo.
Quería hacer contacto visual con Elizabeth, pero sus ojos estaban vidriosos mientras miraba al suelo.
—¿Qué le hiciste? —le grité a Ángel.
—¡No me hables así! —Ángel alargó la mano y me abofeteó.
Su bofetada me tomó por sorpresa. Tropecé y caí a medias sobre la cama.
Toqué mi cara y miré a Ángel. Ella me miraba con arrogancia, como si yo fuera una hormiga a sus pies.
Por el rabillo del ojo, vi a Elizabeth. Aún se veía confundida. Sabía que este no era el momento de enfadarme.
Cerré los ojos por un momento. —¿Qué le hiciste? —repetí, humillada.
Ángel echó un vistazo a Elizabeth. —Está bien. Solo le di algunas bebidas.
—¿Qué le diste? —pregunté.