—No pude evitar presionar mi muslo contra el pene de Donald. Me retorcía como loca en sus brazos.
—En este momento, la lujuria dominaba completamente mi mente. Solo quería fundirme en el cuerpo de Donald. Se suponía que debíamos ser uno.
—Donald extendió la mano y frotó vigorosamente mi parte inferior. Casi colgaba del cuerpo de Donald. Su cosa dura y caliente presionaba contra mi muslo. Me revolvía el trasero en esa dirección y seguía gimiendo en mi garganta.
—Escuché a Donald jadear. Su gran mano presionó contra mi cintura y mordió mi labio inferior como castigo —no te muevas —dijo con voz baja.
—Yo— yo te quiero
—Lo sé —Donald lamió el lugar donde acababa de morder.
—Saqué mi lengua para enganchar la suya. Él la aceptó toda con una sonrisa y silenció el gemido que estaba a punto de hacer.
—Donald se volteó conmigo en sus brazos y me presionó debajo de él.