[Perspectiva de Margarita]
Sentí que él tenía espacio para retroceder. Agarré su brazo y me negué a soltarlo. Le di una expresión coqueta y compasiva.
—Eso no funciona —Donald seguía tenso.
—¿Esto no sirve? —Me puse de puntillas, rodeé con mis brazos el cuello de Donald y le besé la barbilla.
—No funciona.
Vi como la boca de Donald se movía. Estaba mintiendo.
Animada, salté y lo abracé. Enganché mis brazos alrededor de su cuello y le besé los labios. Donald finalmente no pudo aguantar más. Agarró mi cuello muy agresivamente y me besó. Mordió mis labios con sus dientes. Abrí un poco la boca y acepté obedientemente su saqueo.
—Si quieres salir, tendrás que marcarme. Aparte de eso, no te dejaré ir.
—De acuerdo.
Donald se sorprendió un poco por la rapidez de mi respuesta. Levanté la vista y le sonreí. Dije: