Cada día siempre era lo mismo para Charlotte Ronald.
Ella era la contadora de la famosa empresa, Martha Jones fashion ltd.
Fue a su oficina.
—Buenos días, oficina —sonrió a los equipos de oficina. Esta era una costumbre muy inusual que había cultivado.
Abrió la ventana e inhaló el aire fresco de la mañana.
—Ahh —sonrió.
Caminó hacia la silla y se sentó en su silla.
—Definitivamente hoy va a ser un día muy, muy largo —se rió.
Alguien entró en la oficina.
—¿Charlotte? —era una dama.
Miró hacia arriba, —Oh, hola Mary, ¿qué pasa? —sonrió alegremente.
Mary jugueteaba con sus manos, —Eh... La directora quiere verte —evitó su mirada.
—¿Hay algo mal? —preguntó con interés.
—Deberías ir a ver a la directora, ella quiere verte ahora mismo —mordió sus labios.
Charlotte frunció el ceño, —Está bien.
Se levantó y la siguió fuera de la oficina. La siguió hasta la oficina de la directora. Se quedó parada fuera de la puerta y miró a Mary.