—Espera, todos —Elías extendió su mano y detuvo a los demás. No podía permitirles hacer esto. No podía permitirles tratar a su mano derecha como a un animal.
Suspirando profundamente, se acercó con confianza a Williams.
—Ten cuidado, Alfa Asher. Está inestable —le advirtió el Dr. Smith.
—No te preocupes, Doc. Yo me encargo —respondió y se movió un poco más cerca de Williams.
Al acercarse, levantó más su mano para mostrar que no iba a hacerle daño. Entonces comenzó a hablar despacio pero en voz alta.
—Williams, sé que estás ahí y que puedes oírme. Eres un buen hombre, Williams, y no te mereces esto.
—Has luchado por el bien de la manada y para mantener a salvo a sus miembros. Incluso acabaste en esta situación por tu buena voluntad —Elías lo miró directamente a los ojos mientras Williams se tranquilizaba gradualmente.