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Sintiendo el calor de un abrazo real, Qi Momo finalmente creyó que no estaba soñando.
Se escondió tímidamente en el abrazo de Yan Ling y habló con cautela —Mami, lo siento. Te malinterpreté. No debería haber escondido la verdad.
Yan Ling se sintió tan conmovida por el considerado y bien comportado Qi Momo que no sabía qué decir.
—No necesitas disculparte conmigo. Sé que tu razón para esconder cosas fue para protegerme de salir herida. Pero recuerda, todos esos asuntos son para que los adultos los manejen, no necesitas preocuparte por ellos. Solo sé mi hijo...
Qi Momo miró a Yan Ling con sus grandes ojos como uvas.
—¿No está mami planeando perdonar a papá?
Yan Ling se sorprendió. No esperaba que Qi Momo percibiera sus pensamientos tan sensiblemente.
Pero no se trataba de perdón.
Era si podía dejar de lado el pasado y estar juntos con Qi Yunjue sin ningún resentimiento.