Llamó a Jack a continuación, su tono rezumando sarcasmo.
—¿Y tú, Jack? El mejor hermano mayor del mundo. Tú y Madre habéis estado bastante cercanos últimamente, susurrándose secretos el uno al otro, escondiendo cosas del resto de la familia —hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran antes de seguir con un tono más oscuro—. Si fuera otra persona, podrían pensar que ambos estáis tramando cómo matar a Padre.
Tanto las caras de Amelia como las de Jack se pusieron tan pálidas como una hoja de papel en blanco. Se atragantaron, casi ahogándose con su propia saliva mientras sus corazones se hundían en sus estómagos. La náusea era abrumadora, retorciendo sus entrañas como si acabaran de consumir algo tóxico. Se sentían como si estuvieran al borde del vómito, completamente abrumados por el peso de lo que acababan de decir.
Michelle miraba a su madre y a su padre, preguntándose qué habría querido decir Anastasia, la misma situación en la que se encontraba Robert.